Te envío mil mariposas. Pero no creas que sólo son mariposas…
Cada una, encierra la promesa de un lugar.
Todas juntas, son el mundo.
Te las presto por un tiempo…
Después…volverán a vivir en mi estómago…
Hace ya semanas que no tengo mi cámara conmigo. La olvidé en uno de los lugares donde más fotografías me gusta hacer, así que sabía que volvería y la recuperaría, pero, aun así, la he echado muchas veces de menos. El teléfono hace unas fotos muy chulas, pero la experiencia con la cámara es distinta y en mi universo personal, no la sustituye.
Así que me he reencontrado con ella, en un universo de flores y colores.





Y, de premio, mariposa…


El miércoles va a llegar el otoño.
Y sé que es una medida de tiempo universal y que no hay ninguna duda de que el día 22 llega el otoño a mi entorno, pero yo sigo inmersa en un ambiente más primaveral que de fin de verano.
Será cosa del cambio climático o yo, que empiezo a tener alteraciones de percepción.
No sé, que se lo pregunten a las mariposas de este fin de semana…

Hice unas fotos a una mariposa pequeñita de color azul.

Es la Polyommatus icarus una mariposa que antes estaba en la clasificación de “común” y ahora, ha dejado de estarlo porque cada vez hay menos…

El reverso es pardo, salpicado de puntos negros rodeados de blanco y franjas anaranjadas en el borde de ambas alas.
Actualmente es una especie amenazada porque hemos ido destruyendo sus hábitats y se está produciendo una alarmante disminución de su población.
Hemos conseguido casi eliminarlas. Miradla bien , por si ya no las vemos más.
Somos su virus…

Por fin, una se deja fotografiar. Coincide que se posa en la flor, cuando yo estoy haciendo la foto.
La tengo.

Por el rabillo del ojo, siento una presencia.

Una cosa es observar mariposas y , otra, encontrarme con este ejemplar de lagartija, que por el tamaño, yo digo que es un lagarto … Pasa completamente de mí y, tras un rato al sol, desparece entre las flores.
Me gustan más las mariposas…
Una de las mejores formas para inhibir mi mente y entrar en un estado de calma, es haciendo fotos.


Son fotos de observación. Y, sobre todo, de observación animal, pero sin ninguna vocación de etóloga: me coloco en la tumbona, me aplico protección solar y el repelente de insectos (si no, es imposible) y con la cámara en la mano, me concentro en observar. Después de un rato de observación sin intervención de la foto, pongo en marcha la cámara y voy buscando…


Esta vez, había mariposas. Difíciles de convencer para un posado…


Buscad la mariposa. Hay una en cada foto…
Ya son varias las primaveras que me encuentro con las mariposas. Les gusta la lavanda y se pasean por allí… Y yo también estoy allí, en plan intruso. Ocupo su hábitat y las persigo con la cámara, en plan paparazzi…
Como cada año, llegan a esta lavanda como si fuera un Resort de vacaciones. Un todo incluido, en el que se pueden poner moradas de lavanda y practicar sexo. Las ves, cortejándose, danzando y envolviéndose las unas a las otras…
Es posible que estén ya, al final de sus días en el planeta. La mariposa,en su fase de adulta, vive de unas horas a unos pocos meses, según la especie.
El promedio medio es de un mes.
Antes, ha pasado ese proceso tan fascinante que va de huevo a larva , de larva a oruga, de oruga a crisálida y de crisálida a mariposa adulta. No es moco de pavo…
Una transformación integral que, según las últimas investigaciones científicas, la convierte en el único ser viviente capaz de cambiar por completo su estructura genética durante el proceso de transformación: el ADN de la oruga que queda envuelta en la crisálida, es diferente al de la mariposa que surge… Los tejidos, órganos y miembros de la oruga han sido modificados en el tiempo que dura la crisálida .Eso… son palabras mayores.
Además de todo es esfuerzo molecular, la mariposa debe tener cuidado con los peligros a los que está expuesta. No es fácil la vida en la naturaleza… Está ella, haciendo todo eso que precisa un ¡cambio de ADN! , cuando viene un pájaro y se come la crisálida… O, ya está volando hacia el sol, libre de la oscuridad y la intercepta un sapo baboso….O aparece un grupo de humanos, armados con lo que se llama “ caza-mariposas”…
Cuando las veo, en la lavanda y de jolgorio, pienso que hay que dejar que disfruten de la fiesta.
El tiempo vuela y , con él, las mariposas…
.Un préstamo.
Te envío mil mariposas. Pero no creas que sólo son mariposas…
Cada una, encierra la promesa de un lugar.
Todas juntas, son el mundo.
Te las presto por un tiempo…
Después…volverán a vivir en mi estómago…
La fórmula secreta.
Quería encerrar los buenos momentos.
Quería conservar la esencia, sin fecha de caducidad.
Investigué y estudié. Busqué por todo el mundo, pero nadie sabía como sellar los recuerdos y mantener las sensaciones frescas e intensas.
Y, entonces, en un sueño, alguien me susurró al oído la fórmula secreta:
1) Fotografía del momento y una botella de vidrio.
2) Antes de cerrarla, debes acercar tu aliento y dejar escapar tus palabras.
3) Describe el momento, como si fuera poesía y deja se deslicen los adjetivos, como una capa de barniz sobre la foto. Cuando veas que brilla, deja de hablar. La botella ya estará llena.
Después, y si te apetece, la colocas en la chimenea como objeto decorativo,…
La investigación sobre el Organismo No Identificado ha sido muy exhaustiva. He consultado a fuentes especializadas (jardineros) , a otras menos especializadas pero que se creían “especializadas”, a cultivadores de marihuana que son los que más se preocupan por las plagas y, lo mejor,la búsqueda inversa de imágenes.
En la primera fase de la investigación, casi he concluido que esas cosas amarillas no son alienígenas dispuestos a invadir el planeta desde mi huerto. No. Eran huevos de…mariquita! La mariquita es un insecto beneficioso para los cultivos. Ataca al pulgón, es un “exterminador” natural… Y ya he tenido una mariquita amarilla viviendo en el huerto… Concretamente, en una hoja de berro…
Menos mal. El insecto es muy mono… pero…esas larvas que veía en pantalla eran más bien lisitas y las mías tenían unas estrías … Eran momentos de duda e indecisión que se dan en la investigación de este tipo de casos…“Quieres mariquita pero no va a ser mariquita”… Aún había la posibilidad de los marcianos invasores…
Entonces me topé con este nombre: Pieris Brassicae y esta foto ( tan buena).
Las piezas del puzzle empezaban a encajar. Mis “cosas” eran idénticas.
Os presento a Pieris Brassicae, la mariposa de la col. Una vieja conocida de este blog ( vaya casualidad) ya que hubo una mañana de primavera de mi vida que me harté de hacer fotos de estas mariposas , poniéndose moradas de lavanda.
La mariposa de la col es un insecto oportunista. Las larvas de la mariposa de la col se alimentan,sobre todo, de coles y otras crucíferas, como coliflores, colza, nabos o rábanos. Añado que también le gusta la rúcula.
En la época de reproducción, la hembra deposita en el reverso de las hojas, en paquetes de 20 a 50 huevos amarillentos. Al cabo de muy poco tiempo, unos diez días, eclosionan las larvas de los huevos. Argggg! Ya no pasará porque, sin querer y por motivos de seguridad nacional, ya no hay huevos de Pieris Brassicae en mi rúcula.
Sí, ahora soy, además de una vegeticida, una vil exterminadora de mariposas.
Es lo que tiene el huerto urbano…