El buen despertar.

De momento y , como primera cosa positiva del día, alégrate de estar despierto.

Tiene algo de mágico eso de abrir los ojos cada día,  y ver que el mundo sigue donde lo dejaste ayer. Habrá un día en que no te despertarás y entonces, entenderás ( supongo!) lo perfecto y maravilloso que es hacerlo día tras día.

Parece fácil pero tiene su mérito…Como te decía, sonríe pues estás despierto, vivito y coleando y con un día por delante. Desperézate lentamente y disfruta del cappuccino ( café con leche, café, té…) de la mañana.

Una ojeada al periódico y la voz del señor de la tele que te dice que «han aumentado los contagios pero se han estabilizado las hospitalizaciones gracias a la vacunación «te situarán en este universo.Cuando lo tengas todo un poquito más claro , estarás preparado para la ducha matinal.

Con tus neuronas funcionando, ya estás preparado para vivir este día. Ahí estás, con los ojos abiertos , dispuesto a no perderte nada.

Practica con regularidad el «buen despertar»: no dejes de felicitarte ni un día por haber abierto los ojos, por tomarte ese café, por la ducha, por el día que empiezas y vas a caminar…

Y si el día que viene es complicado, piensa que en algún momento volverás aquí , te sacarás la ropa del día y el día habrá pasado. Lo dejarás atrás y, de nuevo, dormirás. Y como por arte de magia, al día siguiente , abrirás los ojos y te darás cuenta que sigues aquí, que es un nuevo día.

Estarás preparado para disfrutarlo, de nuevo y si se deja.

Estas aquí y ahora y este día te pertenece.

Y no olvides coger tu mascarilla y el gel hidroalcohólico …

NB: Este texto es una actualización del «Buen despertar» que , en realidad, es un cuadro que surgió de una improvisación con un bastidor y un rotulador negro. Lo tengo a la vista cuando me despierto…

El hombre invisible.

Ha pasado casi un año desde que iniciamos la época pandémica de manera oficial . Debería estar acostumbrada. Ha pasado mucho tiempo para seguir sintiendo un cierto nivel de extrañeza cuando veo a los paseantes de la playa.

Día radiante, colores intensos. Todo parece normal, pero todo el mundo lleva mascarilla. Estoy sentada en un banco y los observo. Veo,  claramente, como se cuida la distancia social-sanitaria porque hay cambios espontáneos de ruta para eludir a los caminantes que pueden acercarse demasiado.

Sé que esto es la “nueva normalidad”, pero mi cerebro sigue manifestando desconcierto.

Mi vista se deleita con el agua. Reflejos plateados. Destellos .

Hay alguien sentado muy cerca de la orilla.

No distingo más que una silueta lejana , inmóvil.

Me relaja.

El mar está precioso.

Extiendo los brazos sobre el banco y dirijo mi rostro al cielo. Entonces, soy consciente que llevo las gafas de sol y la mascarilla . En esta nueva normalidad , parezco el hombre invisible cuando se pone las vendas …

Un año ya.

Póster «The Invisible Man» en redbubble.com

Luna y navajas.

En las fotos, no se aprecia el paso de las nubes por la superficie lunar que se ve desde mi perspectiva y con el zoom de la cámara. Estoy más tiempo del normal porque me cuesta pillar a la luna, pero tengo más tiempo para pensar en un entorno “higiénico”: la noche, el exterior y el silencio.

Pienso en navajas.

Tengo la navaja de Ockam : “Si para explicar un fenómeno determinado tenemos dos o más hipótesis, lo más razonable es aceptar la más simple, es decir, la que presenta menos supuestos no probados.”

Intento buscar las explicaciones “sencillas” para entender cosas como :

convocar unas elecciones en pleno pico de pandemia ( movilización de 5 , 5 millones de personas; incluidos grupos de riesgo y contagiados); que no se tuvieran en cuenta los tipos de jeringuillas a utilizar para amortizar al máximo las vacunas, bien súper escaso (“mi tesooooro”) ;que a estas alturas las mascarillas -todas-no tengan el IVA reducido y el precio reducido ( y más si ahora ya están lanzando la campaña promocional de las FFP2) ; que no se puedan gestionar los presupuestos para eliminar gastos “no necesarios“ en tiempo de pandemia y se puedan invertir en paliar los efectos en economía ( pequeños negocios , restauración , hostelería);  que no hagan ni puto caso a médicos, profesionales sanitarios y científicos especializados que gritan sin que nadie les oiga ( nos dicen : esto va a peor. Hay que hacer algo urgentemente)…

No sé si hay explicaciones sencillas para todo esto. Tal vez, Ockam no nos sirve de mucho.

Al final, si he de elegir una navaja, me decanto por la Navaja de Hanlon.

“Nunca hay que atribuir a la malicia lo que pueda ser adecuadamente explicado por la estupidez”.

Aclara un poco.

 Las nubes no molestan tanto y consigo la foto.

Guardo la cámara y las navajas.

#NuevaRealidad ( Fin de año.)

El resumen de este año nos lleva a lugares comunes definidos en palabras como estas : irrealidad, confusión, miedo, ansiedad, tristeza, incertidumbre , soledad, pérdida, resignación…También nos unen otros espacios colectivos con palabras más bonitas : comunidad, solidaridad, civismo, responsabilidad, emoción, afecto, empatía y…vacuna.  A principios de enero, nadie se imaginaba que “vacuna” sería sinónimo de “esperanza”…

Ojeando las entradas del blog, que tan terapéuticas fueron para mí en tiempos pandémicos , he revivido el temor con el que fui al garden a buscar perejil y me vine con una albahaca pequeñita. Iba más protegida que El Mandaloriano y mi rapidez en entrar y salir, fue asombrosa.

Los ratitos de riego, cuidados y extras que me dio la albahaca ( el aceite aromatizado, por ejemplo) me permitieron distraerme en el confinamiento.

En esos instantes, estaba solo yo y mi albahaca, en un marco mental mucho más allá del maldito virus .

Meses más tarde, planté un olivo.  Dicho así, la fotografía desmerece, pero…es un olivo de verdad. Confieso, por eso, que es muchísimo más aburrido.

La albahaca me dio más juego, pero, finalmente, acabó su ciclo y fue sustituida en mi proceso de “planta terapéutica” por una camelia.

Y en eso estoy, con una planta que florece en invierno. De un color rosa intenso.

Así está ahora. Preciosa. Vitalista y esperanzadora.  

Como espero que sea el año que viene para todos.

NB : Eso sí, a la que pueda, vuelvo a plantar albahaca…

#NuevaNavidad

Tengo dos deseos para estas fiestas:  abarcan a todos en el presente, pero, sobre todo, en el futuro.

#Cuidarosmucho

Feliz Navidad.

Photo by Joanna Kosinska on Unsplash

#NuevaRealidad ( Aplazar.)

Yo soy la vacuna.

Es el mantra que nos tendríamos que ir repitiendo estos días hasta que la vacuna sea una realidad para todos.

Convertirnos en la vacuna de forma temporal, conlleva asumir una serie de responsabilidades personales. La más difícil, es no poder reunirse con las personas que queremos (mucho) pero con las que no convivimos habitualmente.

Photo by Nick Fewings on Unsplash

Ponle la palabra que mejor defina tu amor : familia o allegado. No importa: cada uno sabe quiénes son sus seres queridos y por eso, porque nos queremos, tenemos que ser vacunas y aplazar los encuentros. Quererse, se puede hacer a distancia mientras esperamos el momento de la piel.

Yo soy la vacuna.

NB : Aplazar /De a- y plazo./1. tr. Retrasar el momento de realizar algo.

#NuevaRealidad (La vacuna.)

Photo by Amelie & Niklas Ohlrogge on Unsplash

Es una de las tiendas más impresionantes que he visto nunca. No es tanto por su decoración si no por la amplitud de los espacios y la luz. Todo es muy blanco y brillante.

Cada pasillo está rotulado con el nombre del producto y, en sus estanterías, los viales se alinean con una precisión milimétrica. Me recuerdan a las botellitas de esencia de perfume.

Photo by Seyedeh Hamideh Kazemi on Unsplash

Antes de elegir el pasillo, miembros del staff, te ayudan en el proceso, proporcionándote toda la información necesaria : efectividad proyectada, efectividad real, efectos secundarios, nivel de dolor del proceso, tiempo establecido de protección, parámetros de seguridad y precio. Aunque toda esta información es muy valiosa, lo que más convence al usuario es la experiencia de alguien cercano y los comentarios que se suceden en las redes :

-“ Pues la CureVac le ha sentado muy bien a la Mari”

-“Mi padre se puso la Sputnik-V y ha aprendido a hablar ruso a los 75 años!”

-“Yo soy más de Oxford. No sé. Tiene como más solera, ¿no?”

-“Apostad por nuestros científicos del CSIC. Kilómetro cero.”

 Una vez hemos realizado nuestra elección, accedemos al pasillo y una voz nos indica el número de vial que debemos coger. Casi de forma inmediata, un brazo robótico lo reemplaza, de esta forma, la imagen es de una abundancia de viales que marea. Cuando tenemos el frasquito en la mano, la voz te da una nuevas coordenadas.

Photo by Bill Oxford on Unsplash

Llegas a la zona designada,una sala blanca y brillante también, y un profesional sanitario, coge el vial , lo introduce en una jeringuilla y te lo inyecta. Tras un reposo de aproximadamente 2 minutos, sales de la sala, te ponen un lazo de regalo en la cabeza y te dan un código QR que certifica que te has vacunado.

Todo es muy fácil. Limpio e indoloro, pero yo llevo viniendo aquí ya tres días consecutivos y aún no me he podido vacunar.  

Y quiero, pero…es que no me decido. Demasiada información. Que, si la americana es mejor, que la otra aún no saben cuánto tiempo será efectiva , que esa es muy buena pero no hay datos científicos sólo comerciales, que la de allí duele mucho,…

Así que, aunque me tira mucho el CISC , mañana, lo decidiré al azar.

Si me atrevo .

Photo by Brett Jordan on Unsplash

Vacunas ( no están todas).

Moderna

Pfizer-BioNTech

CureVac

Instituto Pasteur/Merck/Themis

AstraZeneca/Universidad de Oxford

Universidad de Hong Kong

Novavax

Inovio

Clover Biopharmaceuticals

Universidad de Queensland/CSL

Sputnik-V

Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC)

Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC)

Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS)

Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria(INIA)

Universidad Santiago de Compostela

Navarrabiomed

#NuevaRealidad ( Disconnect.)

Photo by elnaz asadi on Unsplash

No sabía que tenía un interruptor de desconexión tan avanzado. Última tecnología y de la buena. Seguro que muchos de vosotros, también lo tenéis. Para que se active y se actualice tienes que estar mucho tiempo recibiendo impactos informativos, cifras, comunicados y anuncios oficiales. Es condición sine qua non, que dichos impactos informativos no se ajusten a la realidad que vive el ciudadano ( o sujeto experimental).

Tras un tiempo sometido a la exposición del estímulo, se pasa al modo “Como quien oye llover”. Eres capaz de estar oyendo, pero no escuchando, desconectado totalmente de la información. ¿Vacunas? ¿Plan de vacunación? ¿Navidades?

Photo by JanFillem on Unsplash

Qué bonito es el sonido de la lluvia…

NB : “Como quien oye llover” . Etimología : es una expresión que proviene del encuentro de Hernán Cortés con Moctezuma en 1519. Los aztecas acudieron con un séquito entre los que se encontraba una persona que era el Quiahuitlacapoc (quiahuitl, lluvia / acapoc, escuchar). Era una especie de sacerdote cuya función era escuchar e interpretar la lluvia ya que los aztecas creían que era mensajera de los Dioses. Mientras los grupos de emisarios españoles y aztecas se centraban en sus conversaciones/discusiones, el Quiahuitlacapoc escuchaba la lluvia, ajeno a lo que allí ocurría .

#NuevaRealidad ( Flores y luz.)

Visito a un ser querido, a una persona amada. Está sentada, delante de la terracita que hemos inundado de plantas. La vista la serena: luz, muchos geranios y la cruz de una iglesia que se ve en la lejanía…

Photo by Juli Kosolapova on Unsplash

Recuerdo , por ella y en su nombre ahora que ya no puede recordar, cómo decoramos aquel piso. Con ilusión y premura, escogimos telas y muebles. Cuadros, jarrones y espejos. Quedó un espacio muy bonito .Siempre he sentido un cierto orgullo personal y vanidoso porque , aunque adaptándome totalmente al gusto de los que la iban a habitar , me dejaron hacer… Ha mantenido un equilibrio atemporal hasta que la estética ha perdido protagonismo .  

Ya no hay paseos por la calle. O muy, muy pocos. La mascarilla la desconcierta. Ya no le explicamos lo del #Covid . Cada día, recibía la noticia como si fuera la primera vez. Ahora, cuando pregunta, le hablamos de una gripe muy contagiosa. Con eso vale.

En estos tiempos pandémicos, lo hemos cambiado todo para que tenga su espacio seguro y confortable. Hemos apartado las mesas, hemos desplazado el sofá, hemos quitado puertas, hemos movido objetos… Un pequeño oasis en el que ya no es importante aquel sofá , tapizado de color ocre, con una tela que ella escogió personalmente .Ahora, prima el butacón cómodo y motorizado, delante del balcón.El espacio es diáfano para cuando hay que utilizar la silla de ruedas o la grúa.Todo está orientado a las flores, a las plantas,  al sol, a la luz.

Photo by Dragana Rapo on Unsplash

Nada es ya como fue, aunque ahora , es lo que tiene que ser.

Sentada a su lado, a un metro y medio de distancia y con la mascarilla que no acaba de entender, a mí también me confortan las flores y el sol que inunda el salón…

#NuevaRealidad ( lo que falta.)

Cuando hago las fotos de la luna y cuando riego las plantas, me concedo unos minutos de higiene mental, intentando ordenar la información que he ido recibiendo.

Ya he procesado que las cosas de la pandemia están mal. Las cifras , por muy confusas que sean a veces, hablan alto y claro. Esta semana, además, se han ido introduciendo conceptos , ya conocidos :  “estado de alarma” o  “confinamiento domiciliario”. Es una estrategia muy básica de inducción subliminal: para que nos vayamos haciendo a la idea.

Lo que no veo que se introduzca en ninguno de los argumentarios es lo que falta. Lo que necesitamos a cambio de nuevos encierros y restricciones que la gran mayoría de ciudadanos, cumpliremos con resignación.

Lo que falta es que se concreten otras cifras y cantidades. Para que resurjamos de estas cenizas pandémicas necesitamos números :  el número de médicos , enfermería y profesional sanitario que se contratarán para reforzar la Atención Primaria; Ídem para el número de rastreadores ; la cifra de pruebas diagnósticas que se van a realizar; los refuerzos a la Atención Hospitalaria; el número de personal de apoyo para las Residencias.

La luna sigue ahí, indiferente a mis cálculos mentales. Las próximas fotografías, igual ya son en confinamiento domiciliario. Espero, por eso, que ese día me cuadren todos los números.