El banco.

El día es nítido y la temperatura agradable. El mar absorbe la mirada y la lanza en dirección al infinito. Quieras o no quieras, el cerebro recibe el input y te envía una gran ola de calma. 

Estoy un rato mirándolo. Y, después, lo quiero fotografiar. Avanzando unos metros por el Camí de ronda, llego al mirador. 

El mejor banco está ocupado.  No importa. Tengo la foto y es algo más que la de un banco mirando el mar. 

Hay algo que no se ve en esta instantánea: el reencuentro, la alegría, la expectativa, la ilusión, las ganas y la juventud. Hay que añadir el sonido del mar, el olor a sal, la risas y el día brillante, como diciéndoles: “Hasta el infinito y más allá.”

Sigo el camino sonriendo. La alegría se contagia y, tal vez, también, la esperanza. 

En ese banco está el futuro…

Paparazzi de petirrojos.

Nada, este año se ha dejado ver, pero no fotografiar.

En el momento que lo detectaba desde la ventana, era hacer el gesto -sutil-de coger la cámara y se largaba, volando como le toca. Bien alto y fuera de mi alcance.

Es joven. Empieza a colorear el plumaje, pero solo apunta tonos rojizos en la cola, hay que esperar que se haga mayor. Entonces, ya se habrá acostumbrado a la persona que hay tras la ventana con la cámara preparada para vulnerar su intimidad.

Paparazzi de petirrojos, la llaman.

El reloj que marca la hora que quiere.

Tenía un mecanismo de reloj de un pack de manualidades y aún me quedaban unas letras de madera así que pinte “El Reloj que marca la hora que quiere”.

No solo es libre de marcar las horas, si no que se para cuando él cree conveniente y vuelve a funcionar también cuando le da la gana.

Me dicen que pinté las manecillas y las desequilibré con la pintura. Es posible, pero, a veces ha dado la vuelta completa al día y, a veces, no. Más o menos, cuando él quiere. También he comprobado la pila que lleva el mecanismo, pero, ni nueva, marca el tiempo de forma continua. 

Lo quería colgar en mi cocina, pero, de momento, lo he dejado apoyado en una pared. He decidido registrar a qué hora se para y a qué hora vuelve a funcionar. 

Ahí, en ese reloj, hay un misterio…

Un ramo bonito.

Es bonito cuando lo recibes. Es bonito cuando las pasas a un jarrón o, en mi caso, a una cubitera de zinc. Es bonito cuando lo ves, al pasar por delante de la mesa.

Es bonito el ir adecuándolo, sacando las flores que se marchitan antes. Es bonito cuando se va haciendo más pequeño. Hasta es bonito cuando desaparece, vuelve a la tierra y se recicla.

Qué bonito es el cariño.

Azul que es blanco.

La Phalaenopsis Blue es una variedad de orquídea de las más de 25.000 especies que existen. No es azul de forma natural.  

Existe una de las variedades, la orquídea Vanda Coerulea, que sí que es azul en la naturaleza. Este color no es el más habitual en las flores, pero aparece de vez en cuando: en las hortensias, en las campanillas, en los hibiscos, en los lirios, etc.

Para crear flores azules, la planta realiza un proceso a través de unos pigmentos llamados antocianinas.Cuando consigue la tonalidad que busca, la flor se abre y es azul. Este color les permitirá atraer a insectos, pájaros, polinizadores en general y diferenciarse del resto. 

En la mía, la Phalaenopsis, el proceso químico natural, se ha sustituido por un tinte que, aunque presume ser natural y no afectar a la planta, es artificial. Solo actúa en las primeras flores. 

Requiere, como mínimo, tres o cuatro años para la floración, así que esta que tengo es el resultado después de este tiempo. La floración es anual y si consigo que florezca una segunda vez -nunca he conseguido que una orquídea sobreviviera a mi vera- las flores serán blancas. O sea, volverá a su estado natural. 

La cuidaré siguiendo las instrucciones que me han dado y en un año, veremos si he conseguido preservarla y si mis cuidados permiten ver, de nuevo, esas preciosas flores en su color verdadero.

Bonita, en azul, lo es un rato…

Vespa y Seiscientos.

Post para acabar el periplo romano.

Cada día, veíamos a un pintor, concentrado, con todo su material expuesto en una escalera de un portal de camino a la Fontana Di Trevi.  Pintaba lentamente, ajeno a la marabunta humana que pasaba por su lado. Una de las veces, esperé un rato a su lado, mientras hacían cola para comprar un helado. Pude ver cómo iba completando una de las láminas, con trazo seguro y de esos que salen fácil. Dada mi incapacidad para el dibujo y la pintura, envidié sanamente ese don. También que sonreía a cualquiera que le interpelaba o miraba como pintaba… como yo.

Le compré una lámina. El tema de incluir Vespa o Seiscientos, en el paisaje turístico, no es demasiado original, pero yo le puedo dotar de un análisis semiótico artístico-emocional imbatible: la pintura representa el recuerdo del viaje a Roma y la de ese extraordinario y humilde pintor.

La Vespa (una modelo Primavera y otra con faro Mortadelo) me traslada a mi juventud. Esa moto me llevó a muchos sitios a los que volvería.

Y, finalmente, el Seiscientos. Ese coche encantador, que fue el primero que tuvo mi madre. Arranque de palanca y muchos viajes con “parada técnica” porque el coche se recalentaba y salía humo por el radiador. También volvería allí…

NB: No le pregunté al pintor por su nombre. No caí en ese momento así que publico su firma para que quede constancia de la autoría. 

El acebo es el rojo… #FelizNavidad

Cada año tengo que refrescar mis conocimientos navideños y asegurarme que el muérdago es el de los frutos blancos y el acebo, el de los frutos rojos.

acebo

El muérdago es el que se lleva el premio a la antigüedad ya que lo incorpora la tradición celta y, también, es el adorno “romántico” por excelencia. El Dios Balder es el responsable de lo del beso, cuando estás debajo …

muerdago-131119_L

En cambio, el acebo es el responsable de la tendencia decorativa de la Navidad desde la Edad Media.

acebo8

Precisamente para eliminar los rastros de los cultos “paganos”, cambiaron el muérdago, blanco (y celta), por el acebo, rojo…

n6

Y con esta acción, el rojo y el verde se convirtieron en los colores principales de esta época del año.

corona

El verdadero gurú de la decoración navideña es el tipo que, en el siglo V, se decidió por el acebo (rojo!)…

acebo8

Os deseo unas Felices Fiestas decoradas con los colores del acebo y muchos , muchos besos bajo el muérdago…

Poinsettia’s Killer.

Me he enterado que la Poinsettiaes de origen azteca y que su nombre , cuetlaxochitl, significa «la flor mortal que fallece y se marchita como todo lo que es puro».  Aunque sea un renegar de su origen, me alegro que se quede en «Flor de Pascua» porque es muy difícil pronunciar cuetlaxochitl.

Foto de Charlotte Cowell en Unsplash

El diplomático Joel Robert Poinsett, embajador de Estados Unidos en México de 1825 a 1829, conoció la también llamada Flor de Nochebuena cuando una Navidad,  visitó  la Iglesia de Santa Prisca, engalanada con las flores . Poinsett ayudó a difundir la planta, enviando ejemplares a varios de sus amigos horticultores y a muchos jardines botánicos de Estados Unidos y Europa.

Foto de Jessica Fadel en Unsplash

Lo que más me ha llamado la atención,  es que el significado de la palabra azteca: «flor que se marchita».

Foto de Charlotte Cowell en Unsplash

Nunca más me sentiré culpable cuando se me muera la Poinsettia.

Era su destino , pensaré. Y es que este año, voy a batir mi record de Poinsettia’s Killer. No llevan ni una semana, y ya se me están cayendo un montón de hojas y tienen pinta de desanimadas. En fin, como su nombre indica, simplemente siguen su camino…

Mente cuadrada.

Cabeza cuadrada, según la RAE, se refiere a una persona metódica y demasiado obstinada.

En cambio, no he encontrado en la Real Academia, la expresión Mente cuadrada que es el título de este cuadroY aunque no esté recogido oficialmenteexiste un significado asociado que casi todos reconocemos: alguien poco flexible, con unas ideas o comportamientos rígidos que es difícil cambiar. Tener la mente cuadrada, no es malo en sí mismo. Lo que lo hace un rasgo negativo es el marco cuadrado en el que se ancla esa mente. Si se es una mente cuadrada en lo referente a la ecología y a la sostenibilidad, es un atributo positivo. Si, en cambio, por poner un ejemplo, la mente cuadrada no acepta la diversidad de pueblos y razas y solo es buena opción su pueblo y su raza, es un atributo negativo. Desgraciadamente, cuando nos referimos a mentes cuadradas que no cuadriculadas, no nos referimos a lo bueno. 

Si algo vas aprendiendo, de la naturaleza, del ser humano y de la vida en general es que hay cambios. Muchos, pocos, buenos, malos, pero nos enfrentamos a situaciones nuevas en contextos nuevos que solo podemos superar si nos adaptamos, cambiando al más puro estilo Darwiniano y ahí, de nada sirve ser cuadrado. 

Esto es un cuadrado compuesto por círculos.

Evolución. 

Señales arbóreas.

Los árboles me envían señales. Y, además, causalmente, llevo la cámara de fotos encima cuando se muestran.

Son mensajes positivos por lo que me es fácil creérmelos y creerme, también, que son presagio de tiempos mejores.

Lo sé. Estoy a un par de fotos más, de vestirme con una túnica e irme a pasear por los bosques.

Hace un tiempo, fotografié un árbol sonriente. 

Ahora, el mensaje me lo envía un olivo, el símbolo de la concordia por excelencia.

Un corazón leñoso y robusto en su tronco.