Adjetivo que parece apropiado para una flor, aunque, en sentido botánico, no existe ninguna flor en este mundo que no se marchite. Incluso la llamada siempreviva (immortelle, en francés) no hace más que conservar su color cuando se seca, pero… se seca.
Pero sí que hay cosas inmarcesibles. No son flores, aunque podrían serlo, porque son bellas como las flores.
El amor verdadero, que no se debilita; la memoria de un ser querido, cuyo recuerdo permanece intacto; la belleza de una obra de arte; la dignidad que se mantiene incluso ante la adversidad; la amistad que no cambia aunque cambie la vida; el conocimiento, una vez adquirido…
Una que se pasea con su cámara, rastreando la foto… Las flores dan para mucho. Son muestras de arquitectura natural y de pantones espontáneos. Mucha belleza disponible y una tentación.
Lo que ocurre es que me gusta saber el nombre de mis modelos. Ya que se prestan tan generosamente a la foto despiadada, me parece una cuestión de respeto saber cómo se llaman.
Esta flor captó mi atención por su soledad. Por la sensación casi zen que transmite, ahí sola, coronando con mil flores la cima de ese tallo que parece que no las va a poder sostener.
La cuestión es que no sabía su nombre, la bauticé como la Solitaria. Para darle más empaque, podríamos denominarla Solitarium Malvis.
Comento lo de la Solitarium a alguien que sabe de flores y mira mi foto y me dice que es muy, muy similar al…ajo.
Curioso final para esta serie romántica de fotos. Todo parece apuntar a que esto es un “ajo ornamental” (allium). Sí, señor: una planta de ajo que no se come. Adorna.
Lo siento, pero más que ajo silvestre, la quiero recordar como SolitariumMalvis…
Al principio, hasta sentíamos simpatía por él. Las agresiones se centraban en pintadas en las fachadas y puertas. Se publicaban proclamas en Twitter y en blogs, y hubo quien las hizo virales. Había una cierta lógica en lo que se decía…
—Sois vosotros los que no lo veis. Estáis ciegos. Totalmente ciegos. Sois cómplices de esta barbaridad. Y culpables. Exhibís los cadáveres y os da igual. Sólo os interesa que todo “esté bonito”… Imbéciles. Malvados. Sois seres repugnantes…
Yo mismo dejé de comprar flores… Pero su locura fue avanzando a medida que conseguía más impacto social. Supongo que ese fue el detonante para que su manía se convirtiera en una psicopatía grave. Se volvió loco…
(…)
Estamos trasladando al Asesino de las Flores del juzgado al hospital psiquiátrico, donde pasará el resto de sus días. Lleva una camisa de fuerza, está esposado y con los tobillos encadenados, pero se nos ha olvidado taparle la boca. No para de vociferar. Ni las mamparas de seguridad de la furgoneta policial consiguen amortiguar sus gritos. Mi compañero sube el volumen de la radio para no oírlo. Hay un atasco en la salida… Tenemos para rato…
—No me arrepiento de nada. ¿Qué, no os dais cuenta de que son seres vivos? Nacen, crecen, se alimentan, se reproducen… ¿Os gustaría que os dejaran sin nutrientes hasta marchitar lentamente y morir? ¡Se mueren! ¡Las matáis! ¡Sois vosotros los que deberíais estar aquí!
Es un hombre muy grande. Sólo su dimensión ya da miedo… Asesinó a los propietarios de siete floristerías de la ciudad, estrangulándolos con esas manazas que imponen, incluso esposado.
Dice que matamos las flores. Dice que las amputamos de sus raíces, desde las que absorben sus nutrientes, y las dejamos morir en un jarrón, con la única justificación de que es ornamental. Dice que alteramos la cadena trófica. Dice que los asesinos somos nosotros…
Respiramos aliviados cuando lo dejamos a cargo del personal del pabellón de alta seguridad del hospital. Su mirada, al bajar del furgón, nos hiela la sangre. Este tío es un asesino que ha matado a siete personas. Una de ellas, Juani, la propietaria de la floristería del barrio.
Cuando nos estamos alejando, oímos sus gritos desgarradores. Son como un trueno…
(…)
A los pocos días, nos enteramos de que ha muerto. ¡Qué ironía!
Las enfermeras intentan humanizar el ambiente del psiquiátrico y ponen un jarroncito de flores en todas las habitaciones. Eso es lo que se encontró el Asesino de las Flores cuando entró en su celda. Al ver las margaritas, le dio un infarto. Los médicos no pudieron reanimarlo.
De camino a la comisaría, acabando ya nuestro turno, le pido a mi compañero que pare en la Floristería Juani y compro un ramo. Hemos creado un fondo común.
Antes de dejar el coche patrulla, aparcamos en el cementerio. Las cenizas del Asesino de las Flores están en un columbario municipal. Nos acercamos hasta allí. No hay ninguna inscripción, pero nosotros sabemos que está ahí.
Es muy aproximada a la que le he mostrado, la de verdad.
Pero mientras yo fotografiaba este olivo precioso, oía el canto de los pájaros , sentía el viento suave y olía a hierba y flores ya que acababa de llover…
Por mucho que se empeñen, el día de la liberación, como tal, no existe en un día como hoy, 2 abril.
Por si acaso, se lo he preguntado a Grok, y me dice esto:
El «Día de la Liberación» el 2 de abril no parece ser una celebración ampliamente reconocida o establecida a nivel global o en un contexto histórico/cultural específico basado en la información general disponible. Sin embargo, podría estar relacionado con un evento local, regional o conmemorativo que no es de conocimiento común o que tiene un significado particular en un lugar específico.
Así que he creado “El día de la liberación de las flores”, que es primavera y el mundo es bonito.
Cuesta mucho escribir cuando lo que sientes es una tristeza muy profunda. Solo deseo tiempo, tiempo y tiempo para hacer que el dolor sea más liviano y el recuerdo que me entristece hoy, me arranque una sonrisa mañana. Eso es … Sigue leyendo →
Esto es un ficus elastica, también se le llama Planta del Caucho, de la Goma o Gomero. Cuando una rama se quiebra o se poda, exuda una savia lechosa de textura de látex, que, transformada por procesos industriales se convierte en caucho.
El objetivo de este látex es proteger la planta del “ataque” de posibles depredadores ya que esta sustancia es tóxica e irritativa. Además, le sirve para cicatrizar rápidamente, el lugar en el que ha sido herida… En cualquier caso, es un arma de protección de la naturaleza. Lo del caucho, ya es cosa de la humanidad…
El ficus elastica ha estado presente en mi vida desde la infancia. Siempre me ha llamado la atención, como esa vaina rojiza contiene esas preciosas hojas, enrolladas a la perfección, a la espera de su despliegue máximo… Estas gruesas hojas, actúan como un purificador de aire, absorbiendo toxinas aerotransportadas. Precisamente, que no produzca flores de colores llamativos es por una co-adaptación evolutiva. Sólo polinizan las llamadas avispas del higo y, estas son las únicas que detectan estas vainas. Si fueran flores multicolores, atraerían a otros polinizadores y no les conviene por el tema de la supervivencia mutua…
Hay muchos ficus “ornamentales” en la zona de la costa mediterránea. Está tan adaptado al entorno que yo pensaba que era autóctono, pero…no. Viene de la India y el sur de Indonesia y no fue hasta 1887 que no apareció en España.
Al noreste de la India, hay una zona llamada Cherrapunjee (una de las regiones más húmedas de la tierra) donde los nativos utilizan las raíces y ramas del ficus elastica para construir puentes…
Concretamente en Meghalaya hay puentes que han sido utilizados, diariamente, durante más de 500 años. Y es que se ve que las raíces y ramas, aún se hacen más fuertes con el paso del tiempo.
Un destino para tener en cuenta en nuestra agenda de futuros viajes…
Microrrelato con fotos. Me dicen que al final del camino, está el árbol de los deseos. El árbol no es mágico, pero si las flores que lo rodean. Son diente de león, la más típica de las flores cuando de … Sigue leyendo →
Laalbahaca sibaritaha llegado a los 15 cm aproximadamente. Es el momento de realizar una poda de hojas… Si no se poda, la planta se hace más alta, florece más rápido y pierde más capacidad de regenerarse. En realidad, es su ciclo natural: crecer, florecer, producir semillas y reproducirse pero, en este caso, con intervención humana y tijeras de podar en ristre, quiero que la planta se ensanche, no florezca y produzca más hojas.
Para mis sofritos de tomate para la pasta, la cojo fresca… ¿Qué hacer con la albahaca que he podado? Lo más habitual es lavar y secar bien las hojas cosechadas y congelarlas. También se puede aromatizar aceite, pero, esta vez, me he decidido por la sal.
Sal de albahaca. Se mezclan las hojas (siempre limpias y secas) con sal gorda y se tritura todo. Lo extendemos encima de una lámina de papel de horno y la dejamos secar a 150º durante 5 minutos. Pasado este tiempo, la removemos y le damos otro toque, misma temperatura, mismo tiempo. Después se deja enfriar y tenemos el condimento preparado.
Lo hemos probado en un tomate abierto con una pizca de sal de albahaca y aceite.