¿Te apetece venir a tomar un café?

Foto de Thomas Murphy en Unsplash

“Tomar un café” es uno de esos ritos encantadores que nos hace más sociables, más amigos y, claro, en un primer impulso me vas a decir que sí. Quedaremos en mi casa, te haré pasar a mi salón y te dejaré sentado en mi nuevo sofá color chocolate.

Un poco de música suave enriqueciendo la atmósfera, te hará sentirte cómodo. Tendrás ganas de hablar de la vida, de lo transcendental o, simplemente, de lo que es superfluo, pero nos hace reír.

Mientras comentamos la jugada, me oirás trastear por la cocina. Sacaré mi vieja cafetera de puchero de uno de los armarios y, tú, sorprendido, me preguntarás por mi máquina de espresso de diseño. Sí, la de las capsulitas. Yo te responderé que he vuelto a mis orígenes y que te estoy preparando el mejor café del mundo en la vieja cafetera de mi abuela. Te distraeré, describiéndote los orígenes que he elegido para esta mezcla de granos: un poco de Kenia, Brasil y un toque napolitano…

Foto de Alexandra Gorn en Unsplash

A los pocos minutos de encender el fuego, empezarás a sentir la fragancia sutil del café que se hará más insistente, más poderosa. Ya estarás absolutamente relajado y dispuesto a que nos conectemos con este ritual del tomar el café… Entonces, la cafetera alcanzará su punto místico, al borde de la ebullición y se pondrá a cantar La Traviata. Sí, no lo has leído mal: La Traviata de Verdi.

Serán unos compases que tú no oirás…

Lo descubrí el día ese tan famoso en el que se fue la luz. La avería general afectaba a mi calle y la voz automática del Servicio de Atención al Cliente, me informó que tenía para cinco horas sin suministro.  Esperaba visita así que empecé a pensar como iluminarnos…

Busqué la linterna y no encontré la linterna. Tampoco di con las velas de emergencia que todos, todos, tenemos en casa así que recurrí al precioso velón de vainilla que me regalaron para mi cumpleaños que me había resistido a encender para no perder la delicada forma cubista en la que estaba esculpido.

La cocina se iluminó tenuemente con la suave luz de la llama y un aroma dulzón de vainilla se esparció por la cocina. Me apeteció un café. Un rico espresso, de esos aromáticos y cremosos. Un Blue Mountain sería una buena elección, pero miré mi preciosa máquina de café, de diseño, con sus capsulitas y totalmente muerta y borré de mi mente la idea del café. Pero la idea se imponía en mi cabeza: café, café, café….

Desde pequeña, he vivido el” tomar café” como un rito sagrado. Íbamos a un tostadero, dónde mi padre elegía según los orígenes. Lo compraba en grano, ya que consideraba imprescindible molerlo instantes antes de ponerlo en su cafetera. Este grato recuerdo que casi huelo, me hizo recordar que tenía la vieja cafetera de mi abuela en el fondo de un armario y ¡Funcionaba con mi cocina de gas natural! No necesitaba la dichosa luz. La lavé y la llené de agua. ¿Y el café?  Miré las cápsulas, miré la cafetera. Me dediqué a rasgarlas e ir llenando el viejo cacillo con el café de George.

Foto de Frédéric Dupont en Unsplash

Mientras la cafetera iniciaba la ebullición, cogí mi móvil, que milagrosamente estaba cargado, y llamé a mi citaTenía mis esperanzas puestas en que, por fin, había encontrado a alguien interesante y con posibilidades de un futuro común Me saltó el buzón de voz, al mismo tiempo que la cafetera empezaba a cantar La Traviata. Yo también salté. Primero estaba asustada y después, más tranquila al ver que el viejo cacharro lo único que hacía era tatarear el Brindisi. Me acerqué y con todo el valor que pude reunir, abrí la tapa. El café, caliente y especiado, aparentaba una normalidad absoluta.

Entonces, mi teléfono empezó a sonar. Era él. Para entonces, la cafetera ya se había callado y mi imaginación volvió a encarrilarse hacia la normalidad.

– ¿Cuándo vendrás? Se ha ido la luz, pero se me ocurren cosas maravillosas que podemos hacer totalmente a oscuras.

-. Dentro de un ratito. Tengo mucho trabajo– me respondió él.

La cafetera silbó el inicio del Brindisi. 

No le di importancia.

– ¿Me echas de menos?

– Sí, muchísimo–. 

Y fue acabar la frase y la cafetera, ya absolutamente lanzada, subió el volumen.

La Traviata en su máximo apogeo. Parecía que había una orquesta sinfónica en mi cocina…que sólo oía yo. Fue colgar el teléfono y la cafetera, enmudeció. Me serví un café y vertí el resto en una jarrita de porcelana. Revisé el interior del viejo pote, buscando el ingenioso mecanismo que hacía que sonora la música. Nunca he sido muy de máquinas, así que tampoco me sorprendió no encontrar nada.

Foto de Chris Weiher en Unsplash

El hombre con el que hablé duró dos meses en mi vida. Me abandonó y me partió el corazón. La cafetera tuvo algo que ver, evidentemente. No pude volver a guardar la reliquia de la abuela y, poco a poco, recuperé la vieja tradición familiar del rito del café. Dejé de hacer colas para que me vendieran las capsulitas cómo si fuera caviar y localicé pequeños tostaderos artesanos donde podía experimentar con diferentes blends y siempre que nos apetecía un café lo hacíamos en el viejo puchero.

Y el viejo puchero me cantó tantas veces La Traviata que tuve que admitir que había una relación causa-efecto. Si mientras se hacía el café, si yo le hacía una pregunta a quien estuviera conmigo, El Brindisi me decía si la respuesta era verdadera o falsa. Si me estaba mintiendo, yo oía La Traviata.

Ya llevo bastantes relaciones finiquitadas por mi cafetera-polígrafo.

Ahora entiendo porque mi padre la escondió durante todos estos años en el garaje, en una caja de cartón. Es un chivato de la mentira. De todas las mentiras: las transcendentales y las superficiales y eso es peligroso. Es más fácil vivir ignorando la verdad, creedme.

Yo soy adicta a esa cafetera. Puede ser que también sea adicta a la verdad, pero no siempre toda la verdad es importante. Sí, si lo que quieres saber es si te quieren, pero no si la pregunta es si te queda mejor ese nuevo corte de pelo. No puedo evitar someter a todos mis amantes a la prueba de La Traviata. Ni a mis amigos. Ni a la familia. Podría dejar que las cosas fluyeran naturalmente y volver a conectar mi máquina de café espresso en cápsulas, pero no puedo. La cafetera de la abuela me supera…

Si vienes, te invitaré a catar un increíble blend de un torrefactor artesano. Te encantará. Me lo envían desde Roma. Esperaré que el aroma te llegue al cerebro y te preguntaré…

Foto de Dessy Dimcheva en Unsplash

Libiamo, libiamo ne’lieti calici
che la belleza infiora.
E la fuggevol ora s’inebrii
a voluttà.
Libiamo ne’dolci fremiti
che suscita l’amore,
poichè quell’ochio al core
Omnipotente va.

Una papelera para propaganda electoral.

La ciudad está llena de banderolas, vallas y carteles electorales. Propaganda política de todos los colores , en el sentido literal.

Además, sé que mi buzón ya estará sufriendo las consecuencias de ese SPAM en papel, legal y autorizado. Tendré programas electorales muy concisos, superficiales y publicitarios y papeletas preparadas para su uso.  En el 2021 los partidos políticos se gastaron 49 millones de euros en propaganda electoral..No sé qué parte será la del buzoneo o mailing electoral porque en estos importes hay banderolas y anuncios pero sería una idea magnífica, eliminar el papel que envían a nuestros domicilios. ¿Para qué ese derroche de papel y tinta? ¿Cómo encaja eso con la sostenibilidad,  el medio ambiente y bla, bla, bla? 

Lo más escalofriante es que no conozco a nadie que selos lea. Van directos a nuestra basura, la mayoría con el sobre sin abrir. Y es que tenemos a nuestra disposición medios de comunicación, digitales y tradicionales, redes sociales, Internet…Pero, tenemos ese montón de papel  en el buzón. Esa es la realidad.

Os propongo una papelera exclusiva para la propaganda electoral. Es un diseño sostenible de un cartón liviano que también es bolsa , pensado para reciclar papel fácilmente y lo propusieron , hace unos años,  un grupo de jóvenes diseñadores en la Design Week en Milán.

Se debería situar en el lugar donde están ubicados nuestro buzones, con un mensaje para que el cartero o repartidor, deposite la propaganda electoral directamente en la papelera…

Para acabar : antes de escribir el post , he buscado en Internet y la única formación política que he encontrado con renuncia al mailing electoral, ha sido Podemos en Jerez. Supongo, espero que habrá alguna más.  Y también que podemos excluirnos de este envío de información . En este artículo se explica el procedimiento. Eso sí, este año ya voy tarde pero estaré atenta para la próxima convocatoria.

Insisto. #SantJordi23

Hoy es el Día del Libro. Mi querido Día de Sant Jordi : Libros, rosas y aquel precioso ambiente primaveral en todas las ciudades… Y aquí estoy yo , insistiendo ( creo que cada año lo hago) en montar mi paradita de libros virtual con una de las cosas que he escrito .

Si te gusta el thriller y  te apetece una historia liviana pero intensa  y no muy larga ( solo son 89 páginas ) ,Íncipits es para tí.

Una de las críticas más hermosas que ha recibido es esta :

Mezclar literatura, metaliteratura, trama sociópata entre jefazos universitarios chupasangres manejando siervos psicópatas y nihilistas, con el desarrollo de la investigación policial de tres asesinatos, además de una gran idea, es, el caso, uno de los aciertos en la elección de lecturas de la temporada 2019. Impepinable.Da miedo comentar algo más. Podría torpedearse de entrar estúpidamente al detalle con un desliz laudatorio. El autor, la autora, no lo merece. No miente y sabe contar mundos en 89 páginas. Se agradece la hayas mostrado, es pura lectura.

Un saludo. Julio de entrescritores.com

«Íncipits” es muy típica. Va de un asesino muy loco y un poli , a punto de jubilarse.

Un thriller. Un duelo. Libros y Bibliotecas.

Para la novela , elegí tres bibliotecas de mi ciudad, Barcelona. Dos las conozco personalmente y doy fe que son preciosas . Estos son los escenarios en los que se mueve el Inspector Eusebio Flórez, uno de los personajes principales de Íncipits.

La primera de ellas es la Biblioteca de La Santa Creu i Sant Pau. En el S. XV fue un Hospital. Después, pasó a ser Biblioteca. Es el lugar en el que se inicia el juego del Asesino del Íncipit.

La Biblioteca del Dipòsit de les Aigües de la Universitat Pompeu Fabra. Preciosa es una palabra que se queda corta. Un antiguo depósito de agua, reconvertido en Biblioteca tras usos diversos.

Fotos de Simón García

La tercera, que no conozco personalmente, es la Biblioteca Arús. Está como camuflada en la ciudad…Utilicé estas fotos para hacer la descripción de las escenas en las que aparece en Íncipits.

Si os picado la curiosidad, tenéis tiempo, ganas o simplemente queréis conocer a este asesino en serie fanático de la literatura y al increíble inspector Eusebio Flórez,  aquí la dejo…

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INCIPITS

Feliz #DíadelLibro / Feliz #DíadeSantJordi

incpitfotoshop3

NB : Íncipit

Del lat. incĭpit, 3.ª pers. de sing. del pres. de indic. de incipĕre ‘empezar’.

1. m. En las descripciones bibliográficas, primeras palabras de un escrito o de un impreso antiguo.


					

Jordi, Jorge, George…

Jordi, Jorge, George ,era un hombre que vivió ( supuestamente) en los años 280-300. 

Imagen de Freepik.es

Un guerrero, que trabajaba como guardia personal del emperador romano Diocleciano .Se sabe que allá por el  303, el emperador emitió un edicto autorizando la persecución de los cristianos por todo el imperio. Jorge, que recibió órdenes de participar se negó y confesó que él también era cristiano. Diocleciano ordenó que le torturaran y se le ejecutara.

Tiene mérito que, dieciocho siglos después, sigamos  invocando su nombre el día en que fue torturado y degollado por negarse a masacrar cristianos (supuestamente, en Nicomedia el 23 de abril de 303).   

Fue tal la repercusión de este hecho,  que se fue transmitiendo, de boca en boca y pasando de Oriente a Occidente, con aquellos que iban y venían de Las Cruzadas .

Como ocurre en esa fantástica aventura de la transmisión oral, la historia se  fue transformando, modelando y cada voz fue haciendo suya la leyenda de un hombre–guerrero-héroe-mártir-santo…

El argumento, tenía todos los ingredientes para configurar una historia de éxito, un best seller. : primero,  un hombre valiente, sacrificado por su religión. Después, con los aderezos de la transmisión oral, aparece la chica, una princesa y el mal, personificado en un dragón, un monstruo universal.

Jorge y su hazaña, siguió en el ideario colectivo, en cada zona del mundo con sus características especiales hasta que se”escribió” : es uno de los relatos hagiográficos ( de Santos) de la compilación conocida como La Leyenda Dorada del dominico Santiago de la Vorágine, arzobispo de Génova. Esta prescripción mediática, supone el espaldarazo definitivo para la historia de Jorge..

El marketing de la Iglesia en plena Edad Media era brutal…

La Leyenda Dorada fue uno de los libros más copiados durante la Baja Edad Media y aún hoy existen más de un millar de ejemplares incunables. Con la invención de la imprenta, dos siglos más tarde, su reputación se había consolidado y antes del fin del siglo XV aparecieron numerosas ediciones impresas. A partir de ese momento, en el que se accede a la “distribución”,  el fenómeno “Jorge” es imparable.

Ilustración de Laia Pampols

Se apareció a Reyes como Pedro I de Aragón y Jaime El Conquistador ( que serían otros grandes prescriptores del personaje)…Se empezó a utilizar su símbolo en escudos y banderas. Se convirtió en alguien importante en muchos lugares de España,  pero también en Grecia, Georgia. Inglaterra), Alemania, Etiopía, etc, etc…

Súmale que va la UNESCO y elige el día  23 de abril para hacerlo , oficialmente, el Día Internacional del Libro ( más imagen de marca para Jorge!).

Como diría un experto en marketing : un producto redondo y con un ciclo de vida interminable. Ha conseguido estar de moda , durante 18 siglos…Ahí es nada…

En Cataluña lo celebramos con libros y rosas. El ambiente , en la calle, es precioso. Ver a la gente en los tenderetes de libros. Las calles llenas de paradas de rosas. Una maravilla de día, la verdad.

Si Jordi, Jorge, George, levantara la cabeza el próximo domingo, se quedaría impresionado. En los medios, en las redes, se hablará de él. Acaparará la atención mediática, tendrá su propio hashtag en Twitter (#SantJordi), los niños cantarán y recitarán la Leyenda, habrá fiestas en muchos lugares del planeta. Siglos y siglos después, Jordi, Jorge, George, siguen estando de moda.

Foto de Debby Hudson en Unsplash

Elemental, mi querido Watson.

El origen de este post, tan elemental, es precisamente una reflexión sobre esta palabra.

Hoy,  la he oído adoptando la forma de un adjetivo que quería expresar  algo así cómo básico, primitivo , zafio, Torrente… La riqueza del idioma me puede… ; – ) . Ha sido más o menos así : Este tío es un elemental .

Si le quitáramos el artículo a esta frase , «Este tío es elemental», resultaría que el tipo es básico pero en el sentido de «esencial». Sin él , no somos nada.

La palabra, flexible y traicionera, está en un archivo de mi mente al que acude  ,machaconamente ,la frase «Elemental, mi querido Watson». Y en este caso, este elemental se refiere a algo que es obvio y sencillo de entender.

Yo creía que esta frase tan elemental para todos (¿Quién no conoce a Sherlock Holmes?), la había escrito Arthur Conan Doyle como una coletilla «marca de la casa » del personaje y me entero que NO. Nunca escribió esta frase tal y como nosotros la hemos incorporado a los dichosos archivos mentales. Un simple » elementary»  y punto y una única vez , en una recopilación de relatos….

elemental

El cine , con guiones originales no basados en la obra de Conan Doyle, nos acabaron contagiando… Y yo , contagiada por el espíritu de Holmes y Watson , he investigado sobre esto y he llegado a  las frases apócrifas ( esas que se atribuyen falsamente a un autor/ creador) y he descubierto otra de esas «frases elementales» que No lo es .

Tócala otra vez, Sam

A scene still from

Ilsa (Ingrid Bergman) nunca dijo en Casablanca: “Tócala otra vez, Sam”.  Dice:
Play it, Sam. Play As Time Goes By. (Tócala, Sam, toca El tiempo pasará).

Y, en otro tramo, Rick ( Bogart) le dice a Sam:
You played it for her, you can play it for me. Play it! (La tocaste para ella, la puedes tocar para mí. ¡Tócala!).

Ningún personaje  llega a decir «Tócala otra vez, Sam» en todo el metraje de Casablanca. Es el título original de la película de Woody Allen «Sueños de un seductor» («Play it again, Sam»), homenaje a Bogart .

Ya no he querido seguir, por no derrumbar de una patada todos mis «mitos de frases» .

 

adj elemental [elemen’tal]

1 que es básico o esencial para algo

2 que es sencillo y fácil de comprender

 3 relacionado con los elementos de la materia

 

 

 

 

 

¿Con cuál te quedas?

 

2045.

Opción 1.

Gran elección Sr. 2037. Una buena añada para esta Bodega. Es de las pocas que quedan totalmente limpias. Si le parece, le pasamos el contador.

Gracias. Estoy seguro de que es un vino excelente y limpio, por supuesto, pero si me lo permite, utilizaré mi contador. No es que desconfíe pero sé que el mío está perfectamente calibrado.

No hay inconveniente .Si lo desea, también le puedo traer el rodaballo que ha elegido para su cena y mira los valores.

Perfecto.

Eusebio Florindez está en su restaurante preferido. Espera que el vino le borré el olor a desinfectante que se le ha adherido a la pituitaria, tras pasar la zona de descontaminación del local. En la sala previa, se ha quedado su mono de aislamiento y la máscara adicional que siempre lleva consigo.

Ha elegido rodaballo porque aunque le digan que esas terneras de seis patas y cinco ojos, están limpias de radioactividad, él nos la tiene todas consigo.

Cuando le traen la botella de vino y el pescado, saca su contador Geiger con parsimonia.

 

2045

Opción 2.

– Gran elección Sr. 2037. Una buena añada para esta Bodega. Utilizan abonos orgánicos y la producción mecánica se realiza con energías renovables.

Gracias. Estoy seguro de que es un vino excelente.

Perfecto para acompañar al rodaballo que ha elegido para su cena. Su sabor es insuperable. Desde que no hay vertidos de hidrocarburos en el mar, ni plásticos, ni mercurio, ni tóxicos, ni contaminación , hemos recuperado una calidad excelente en el pescado.

Estoy deseando saborearlo.

Eusebio Florindez está en su restaurante preferido. Está celebrando su pronta recuperación gracias a la nanotecnología médica y espera que el vino le haga olvidar los momentos de incertidumbre y angustia. Ha dejado su bicicleta en la puerta. Tiene previsto dar un largo paseo por la ciudad para disfrutar de sus avenidas verdes, el cielo azul sin monóxido de carbono en el ambiente y el canto de los pájaros… Es pronto para las flores pero ya se huele la primavera…

Cuando le traen la botella de vino y el pescado piensa en brindar por su salud pero, al final, decide que lo hará por la erradicación definitiva de la pobreza infantil. Es una buena noticia que celebrar. La más importante desde que cesaron las guerras en el planeta.

Si te digo que elijas el más plausible, ¿Con cuál te quedas?

Si te digo que elijas el que deseas , ¿Con cuál te quedas?

A las 22:24 empezará la alteración…

No sé qué estarás haciendo a las 22:24 pero , justamente a esa hora, se producirá el cambio de estación y -¡hola!- ya estará aquí la primavera.

Es una cuestión de posición de la órbita de la tierra alrededor del sol que, según convenio, los seres humanos hemos determinado como las cuatro estaciones con sus equinoccios .

Los romanos lo hacían más sencillo: calor y frío. Dos estaciones. Una, la más larga, la conformaban nuestra primavera, verano y otoño ( de nombre latín ver/veris). El invierno (hibernum tempus) era más cortita.

Supongo que se encontraron con una primavera con fases diferentes y decidieron diferenciarlas : para el comienzo  (primo, primus ) de la estación (ver, veris) eligieron primo vere/a y ahí surgió la palabra primavera.

Son los primeros tiempos de la estación templada que terminará con el comienzo del verano.

Durante este tiempo, dice el refrán que «La primavera la sangre altera«,

Descenderá la producción de melatonina ( hormona relacionada con el letargo invernal de los animales) lo que nos dará más energía y bienestar o bien, lo que descenderá serán las betaendorfinas y tendremos astenia, fatiga o melancolía primaveral. Después están las feromonas, que también se vuelven locas … Por no hablar de  la dopamina, norepinefrina y oxitocina,  neurotransmisores  tan simpáticos  que mejoran el estado de ánimo, aumentan el apetito sexual, la actividad física…  Podemos tener una tristeza floral o una energía radiante. La cosa es que, por un lado u otro, hay alteración…

Lo mismo les pasa a las plantas y los animales… “Cuando escuchamos a los pájaros cantar en primavera, es porque una molécula sensible a la luz de su cerebro se ha activado y así las aves se aseguran de que habrá más comida disponible para sus crías cuando nazcan»

En realidad, la mayoría de mecanismos biológicos nos prepararan para la luz .  Y el sol, la brisa, los colores radiantes y brillantes, el verde que nace…

Seremos seres vernales hasta el 21 de junio y , con suerte, se nos alterarán los neurotransmisores adecuados y viviremos el mejor spot publicitario de la vida.

A las 22:24.

O no… : – )

NB : Vernal :Del latín vernālis. Perteneciente o relativo a la primavera. Me encanta esta palabra…

Traficando.

Sentado en aquella oficina, blanca  y llena de luz, nadie diría que estoy a punto de  realizar una transacción en el mercado negro. Y todo , por algo con ausencia total de color…

Enderezo mi espalda y adopto un porte más rígido . Esta posición me hace parecer mucho más seguro …  Sí, así está mejor. Debo recordar lo del hilo …El dinero , que acumulo en cantidades obscenas incluso para ser nombradas, me permite tener de todo y , entre ese vasto mundo de posibilidades que abarca el “todo”, se incluye una coaching personal que me ha ayudado a pulir mi estilo. Una de las cosas que peor hago, según la coaching, es andar y sentarme. Dice que me encorvo… Me repite , continuamente, que tengo que imaginarme que un hilo que sale del centro de mi cabeza, se tensa y se estira hacia arriba, haciéndome enderezar el cuello y la espalda.  Cuando me acuerdo del hilo, me crezco. Necesito estar así. Tenso y seguro.

Estoy sentado ante una impoluta mesa de color blanco, esperando a mi camello. Sí. Un traficante. Descansando en mis rodillas, tengo el maletín de titanio con el dinero que me ha pedido por esta entrega.  Las dosis, cada vez son más caras…

Oigo pasos. El hilo tira.

Cuando entra, no lo miro a los ojos. Basta una rápida ojeada a su maletín, también de titanio, que sé que contiene lo que he venido a buscar. Le entrego el dinero. Oigo el click metálico y el susurro de los billetes.  Cuando lo veo afirmar con la cabeza, abro el mío. Una vez comprobada la mercancía, sólo deseo escapar de allí a todo velocidad. Mi chófer me está esperando en la entrada secundaria ajeno a lo que estoy haciendo en este edificio. No puedo delegar esto en nadie. No puedo confiar. Es demasiado goloso para no caer en la tentación…

Ahora estoy más tranquilo. Ya estoy llegando a casa y , allí, el sistema de seguridad más sofisticado del mundo me permitirá disfrutar de mi botín sin miedo a que me lo roben o me arresten por consumir. Dejo el maletín, casi con reverencia, encima del mármol de la pequeña barra que hice instalar en mi suite. Detrás, hay un espejo que , a su vez, esconde una caja fuerte refrigerada. La abro y saco las botellitas de cristal, vacías, y el embudo .

Acciono la contraseña del maletín y , con mucho cuidado, extraigo una bolsa de plástico , muy parecida a las bolsas de suero de los hospitales, que contiene un litro de agua pura. Clara, cristalina.

La observo con fascinación, pensando en esos tiempos de los que hablan los más ancianos, en los que había agua potable. Y… se la bebían, sin apenas dar importancia a aquel increíble privilegio. Había agua. Tenían agua. ¡Agua!. Cocinaban, regaban, se bañaban, nadaban, pescaban…

Miro por el ventanal y observo el color ocre de la tierra. No. No hay agua. O muy poca… La podemos comprar los privilegiados aunque sea ilegal hacerlo. Si tienes contactos , puedes acceder a esa mafia que controla la poca que queda en el planeta, pagar (mucho) y beber.

Voy a preparar mis dosis. Cuatro botellas de 250cl que voy a rellenar con mucho cuidado y que voy a dejar en el refrigerador.

Cojo el embudo.

Temo fallar. Mis manos ya no tienen el pulso certero de antaño y no puedo derramar ni una gota.

Ni una sola,  puede ser desperdiciada.

 

 

 

Vividor.

Vividor2

Mira ese cielo precioso. ¡Qué azul, por Dios! Lo observo mientras me deleito con mi cappuccino matinal. Está especialmente cremoso y dulce…Mmmm… Me desperezo y sonrío. No me duele nada. Ninguna parte de mi cuerpo protesta como en semanas anteriores: ahora los riñones, ahora el talón, ahora las rodillas…Nada.

En el coche, rumbo al trabajo, suena mi canción favorita en la radio. Canturreo y después, me dejo ir, a voz en grito. Es especialmente liberador.

Sonrío con más frecuencia de lo que es habitual. Mis compañeros de trabajo se sorprenden. Dicen que me ven “radiante”. Y no sé qué será. Nada ha cambiado en mi vida . Me tomó una cerveza en la terracita de mi Bar preferido. Me siento bien bajo el sol tibio de la tarde…

Y en ese estado de deleite rememorativo, me acuerdo de la lluvia de estrellas de la otra noche. ¡Qué preciosidad!

Llovió. La tormenta dejó la noche fresca y un cielo limpio, salpicado de luces… Me puse la chaqueta y salí al jardín. No podía dormir : estaba preocupado por todo y por nada. La vida que pasa. Cosas que no pasan. La rutina.

Me estiré. No me importó sentir la tierra húmeda en mi espalda. La bóveda celeste que pendía sobre mi cabeza me había dejado sin aliento. Y entonces, sucedió. Una estrella fugaz, atravesó el horizonte, dejando una estela larga y preciosa…Me pilló por sorpresa y no puede pedir el deseo que dicen que hay que pedirles.

Pero la noche lloraba estrellas. Y pasó otra: Salud– deseé. Y otra : Salud para toda la familia( por si sólo se había entendido de forma individual). Y pasó una tercera: Amor.  Entonces, me di cuenta que tenía casi todas esas cosas y aun así era incapaz de sentirme totalmente pleno. Cuando pasó la cuarta, ya estaba preparado : «felicidad» era muy pretencioso así que me decidí por : «optimismo».

Y entonces, pasó otra estrella fugaz. Esta vez, una estrella imponente, más grande con una estela más perdurable en el cielo. Y sin casi darme cuenta deseé: Quiero ser un vividor.

Me sonrío al pensar en esa noche. ¿Vividor, yo?? Menos mal que esos deseos no se cumplen…

Voy a ir a comprar un poco de pasta fresca. Me apetece preparar una cena especial. El atardecer es espectacular y he pensado que podemos cenar en la terraza…Paseo hacia la tienda italiana que hace poco abrieron en el barrio. No me había dado cuenta antes, pero es un placer pasear por estas calles arboladas…

Qué preciosa ha quedado la tarde…

Vividor1

RAE : Vividor : adj. Que vive.

Reflexiones ilustradas.

Ilustraciones para reflexionar. De esas que tienen un doble sentido, de esas que hablan de emociones…

Las primeras , de un/a artista japonés/a del que no se conoce nada. Publica en Twitter e Instagram con el nick @Avogado6

Andrea Ucini, ilustrador italiano afincado en Dinamarca.

Creatividad simple y muy eficiente.