Hace unos días , escribía el post “Corred hacia la luz”, en el que intentaba describir las direcciones opuestas que ha emprendido la política versus la ciudadanía.
Tras las inundaciones en #Valencia, solo podemos constatar, desgraciada y dolorosamente, que , efectivamente, transitamos por carreteras diferentes.
En el “día después”, no se ha sabido actuar con la rapidez , la coordinación y la empatía que la situación requería. Y si no hay empatía , la velocidad en la respuesta de ayuda no era negociable.
El intervalo temporal en la toma de decisiones, ha sumado más dolor a una situación extremadamente frágil.
Y en este contexto, han aparecido ellos.

Los #voluntarios anónimos que son luz , en estos días oscuros.Es emocionante ver a la multitud que ha acudido con palas y rastrillos a sacar el barro de las calles, a llevar agua, medicamentos o comida. Son gente normal que transita en esa carretera solidaria.
Después de la rabia y el dolor, llegará la reflexión.
Mientras tanto, estamos en deuda con ellos, por empezar a andar hacia los que lo necesitan…ahora.

«Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo” . Eduardo Galeano.















