No sé en qué fase estaré cuando se publique este post pero, sea cual sea la fase, pasan cosas raras…
-. Observar a los que pasan a #Fase3 y notar que parece que los de la Fase 2, también estamos en la 3 .
-. Acostumbrarme a llamar Nueva Normalidad a la Nueva Realidad. No voy a dedicar más tiempo a pensar por qué no lo han llamado, directamente, Nueva Realidad.
-. Que haya más gente que se ha sentido «confortable» en esta época de confinamiento que los que echaban de menos, la Nueva Realidad.
-. Que la palabra “reconstrucción” haya desaparecido de los contenidos políticos e institucionales.
-. Ver los aplausos a los turistas alemanes a la llegada a su hotel en Mallorca. También se me ha hecho raro.
-. Seguir dudando del uso de la mascarilla cuando todos sabemos que es sí. Viene para quedarse un largo tiempo.
Ahora vienen cosas aún más raras…

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-. Saber de la intervención del Diablo , el Anticristo y/o Satán en el virus y su vacuna . Ha sido una sorpresa…
. Esperar que los iluminados de turno empiecen a hablar de conspiraciones y de los illuminati. A mí ya me han hablado y recomiendo, mucha paciencia ( y terapia para el iluminado).
-.Leer lo que dice Miguel Bosé desde Raticulín. Más raro, imposible. ¿Por quéeee, Miguel?
Cosas raras…. ¿O no?
NB : Acabo de saber que cuando se publiquen estas líneas, habré surcado la #Fase3 (no ha durado ni 24 horas ¿?) y ya se levanta el Estado de Alarma. A partir de ahora, la Nueva Realidad…


















































Hay una confabulación para proporcionar la máxima facilidad al que lo visita. Refrigeración del ambiente por doquier para soportar esos 45ºC del desierto que te hacen comprender que significa estar a 45ºC. Amabilidad de sus gentes, tanto los que son de la India, Paquistán, Vietnam, Laos, Filipinas o Somalia como de los locales, apenas un 10% de la población.
Impactante el contraste entre lo occidental y oriental. Aun sabiendo de la predominancia de la cultura islámica, es extraño, al principio, ver a esas mujeres vestidas de negro con la abaya , algunas enseñando el rostro, otras sólo la mirada, mezcladas con las mujeres de otros países que, sinceramente, van vestidas como quieren.No viviría allí y es posible, que sólo me perdiera -turísticamente hablando- en una escala hacia la India, por ejemplo. No me ha seducido el “más” pero sí que he vuelto encantada de la gente y la hospitalidad.



