Cloud Dancer

El color seleccionado para 2026 por el Pantone Color Institute es Cloud Dancer — un blanco suave con matices sutiles, identificado oficialmente como Pantone 11-4201.

Calma y claridad en un mundo agitado: Cloud Dancer se describe como un “blanco aireado” que aporta serenidad, claridad mental y una sensación de paz en medio del ruido cotidiano. Es un “susurro de calma y paz en un mundo ruidoso”. (People.com)

Es un blanco suavizado que no se parece al blanco puro. Hay matices de marfil, crema o gris según la incidencia de la luz.

Pero lo que más me gusta de este color , es el nombre con el que lo ha bautizado Pantone…

Expectativa Pinterest, realidad tostador ( y el olor a coliflor).

Expectativa: Quieres que la cama luzca como la de un hotel de lujo: muchos cojines de diferentes tamaños y un camino de cama perfecto sobre una colcha impecable.

Realidad: Cada noche tienes que destruir la muralla de cojines que no vas a usar, doblar el camino y la colcha y buscarles un sitio hasta el día siguiente. Y vuelta a levantar la fortaleza al otro día. Y al otro. Y al otro… Bonito, sí.


Expectativa: Una cocina minimalista: solo el exprimidor y la batidora a la vista, una planta en cesta de mimbre y un cuenco de fruta natural.

Realidad: Tienes más utensilios que usas y quieres tener a mano cuando cocinas. Y ese tostador horizontal, de bar, que te va de maravilla, te acompaña desde hace años y ya ni siquiera se fabrica. Es feo, sí, pero imprescindible.


Expectativa: Cocina abierta al comedor-salón. El espacio se ve más amplio y, cuando tienes invitados, puedes hablar con ellos mientras preparas la comida.

Realidad: Funciona si solo haces ensaladas y platos fríos, pero si guisas, te encanta el pescado a la plancha o la coliflor hervida, prepárate para abrir todas las ventanas y montar una ventilación cruzada para sacar el olor a comida de toda la casa.


La expectativa es lo que sale en las revistas y en los proyectos de interiorismo.
La realidad es la vida que pasa dentro. Y una casa vivida tiene vida. La tuya.

Los Objetos Imposibles

 

sofaEs la casa. Creo.
¿Será la casa la que convierte los objetos?…
¿Qué les pasa a estos muebles?
El sofá se me sube por las paredes.
Una silla se me pone en plan obsceno… ¿O me hace una peineta? No sé.

sillapata

La blanca, de lamas,  me intenta agredir cada vez que me acerco.

silla hieero

Y la silla de la cocina, esa silla…Se desploma cada vez que voy a sentarme.

silladesplomada

Los cubiertos han mutado…

cuchara-tenedor-cuchillo

Durante semanas he estado buscando información en la Biblioteca Municipal. He investigado todo: fecha de construcción, reformas, censo de propietarios e inquilinos, estado del terreno antes de edificar…
A mí me marcó Poltergeist y, cuando empezaron estos episodios, pensé: “Ya está, cementerio, tierra sagrada”. Reconforta tener una explicación, aunque no encaje. Pero no: ni tierra sagrada ni rinconcito místico—eran campos de patatas.

La casa —un bajo esquinero adosado— se levantó en 2003, en una urbanización de alto standing con piscina comunitaria. Hablé con los antiguos dueños: nada raro.
Aquí, además, nunca pasa nada… “Es todo muy tranquilo” —dicen los vecinos—.
Salvo una novedad: han inaugurado, a pocos kilómetros, un gran outlet de mobiliario.

Desde entonces, mis muebles y el menaje, están a la defensiva. Se mueven, gruñen, posan. No es poltergeist: es una revolución.
Han oído lo de “renovar por menos” y no quieren acabar sustituidos por madera hueca y barniz de oferta.
Algunos, incluso, han empezado a imitar a los objetos imposibles de Jacques Carelman, como si la rareza les garantizara el puesto.

 

Les he propuesto un trato: se quedan si firman la paz. Nada de trepar paredes ni peinetas. A cambio, prometo no meter nada del outlet. Creo que están dispuestos a negociar.

 

A dos canciones…

Lo que más me costó fue parar.
Quería transmitir calma y, al mismo tiempo, tenía un propósito decorativo claro. Mi idea era dejar el bastidor casi vacío, porque sabía que iba a convivir con un pequeño taburete de mimbre y un jarrón. No hacía falta que compitiera con ellos: todos los elementos debían tener su propio espacio para respirar.

Fui disciplinada: pinté la base, pegué las estrellas que había ido encontrando en estos últimos tiempos y las situé en la parte superior, para que quedaran visibles. Después, dejé que la gran superficie en blanco hablara por sí misma, sostenida solo por la textura del fondo.

Pero no fue fácil. Con los cascos puestos, pintando al aire libre, las manos pedían seguir. El impulso era llenar, añadir, completar. Me costó detenerme.

Al final lo logré. Aunque confieso que estuve a dos canciones de rendirme.

Flor de San Juan.

Este cuadro lo hice el día de San Juan, sin un plan. Usé la estructura de unos farolillos solares que tenía guardados y formé con ellos una flor. En el centro, un cristal.

Pinté una botella de vidrio con pintura de pizarra beige. También pinté las ramas secas para que todo respirara la misma calma. En el ramo, coloqué otro farolillo como un guiño al cuadro.

Luz de verano y algo de inspiración.

Estará en el hogar de una gente preciosa…

NB : La IA lo explica así.

“Inspirado por la dualidad entre lo natural y lo artificial, el conjunto nace de materiales cotidianos transformados en arte a través del gesto manual, la mirada poética y la precisión geométrica.

El elemento central del cuadro está compuesto por estructuras de farolillos solares para iluminación exterior, reutilizadas para formar una flor estilizada de seis pétalos. Su diseño recuerda el facetado de piedras preciosas, con un pequeño cristal en el centro que actúa como núcleo brillante, generando una metáfora visual entre la energía solar y la belleza natural.

Para acompañar la obra, se creó un ramo escultórico que dialoga con el cuadro. Una botella de vidrio fue pintada a mano con pintura de pizarra en tono beige, generando una base sobria y mate. Las ramas secas fueron también pintadas cuidadosamente, en la misma gama, para integrarse en una composición armónica y monocromática. Como gesto final, uno de los farolillos fue integrado en el centro del ramo, como un eco tridimensional del motivo floral del lienzo.

Todo el proceso fue realizado con calma, en un entorno doméstico, al aire libre. La elección de materiales sostenibles y la reutilización de objetos funcionales aportan un discurso silencioso sobre la belleza que nace del uso consciente, del detalle y de la luz que se conserva.”

Kintsugi .

El Kintsugi  (en japonés: carpintería de oro) o Kintsukuroi  (en japonés: reparación de oro) es una técnica de origen japonés (S.XV) para arreglar fracturas de la cerámica con barniz de resina espolvoreado o mezclado con polvo de oro, plata o platino. Forma parte de una filosofía que plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse, incorporarse y además hacerlo para embellecer el objeto, poniendo de manifiesto su transformación e historia. 

Yo lo he hecho con un jarrón chino. Si, uno de esos grandes jarrones, llenos de colores brillantes y figuras de dragones en relieve. Uno de esos que nadie sabe dónde ubicar… Este llegó a mi vida hace muchos años. Mi padre era médico y un paciente muy agradecido con su atención, le regaló un jarrón chino en los años 70. En aquella época, era un objeto de decoración muy valorado. En nuestra casa, el jarrón chino nunca cuajó, pero, mi padre, que le tenía especial estima a la familia que se lo había regalado, no tuvo el valor de deshacerse de él u ocultarlo. Estaba en un rincón de su despacho. Disimulado…

Así que aquel jarrón, nos fue acompañando en las mudanzas y los cambios de domicilio hasta el momento en el que mi madre, ya cansada de aquel festival de colores brillantes y lacados y aprovechándose de mi independencia,  me pidió que me lo llevara. Mi padre me dijo : “Pero no lo tires”.

En mi casa, estuvo escondido en un trastero, acumulando polvo y años…

Un día de esos de “orden y concierto”, me puse a arreglar el trastero y apareció el jarrón. Seguía sin gustarme, pero, el tiempo, le había dado un valor incalculable. Una cualidad diferencial importantísima: mi padre, ya no estaba con nosotros y ese jarrón chino , me conectaba a él, a nuestra historia. No pude tirarlo. Lo hice mío con pintura de pizarra, que siempre se puede eliminar y lo coloqué en mi despacho. Sé que, a mi padre, le hubiera gustado…

Hace unos días, se rompió. Mi familia consideró que ya había llegado el momento de decirle adiós, pero, de nuevo, yo me vi incapaz de deshacerme de él. Y, entonces, leí un artículo sobre el Kintsugi.

Vuelve a estar en mi despacho, pintado de blanco pizarra y con una intervención en pintura de relieve color oro, para ser fiel al concepto del Kintsugi . Cuenta una historia, llena de afectos y dice , en blanco y oro,  lo mucho que echo de menos a mi padre.

Y, quiero decirte, que no, no lo he tirado…

 

Sueño-Deco.

Me despierto en una casa que no es mi casa pero que yo creo que es mi casa. La sensación es muy rara .

cama

El dormitorio, lleno de color, no tiene nada que ver con el que yo creo que es el mío, de colores crema y blanco roto. Minimalista y soso. En cambio, las sabanas coloristas, la caja decapada que hace de mesita de noche, las flores,…todo aquello me pertenece. Estoy segura.

Me levanto de la cama, mullida y cómoda. Estoy confusa y expectante .Mi cuerpo está descansado y me dice que se duerme muy bien en mi cama. Sé qué dirección tomar sin dudar. Aquella es mi casa aunque no la conozca ( que sí).

En la cocina, el desayuno está servido. Me espera.

desayuno

De nuevo, los colores me impactan. No dudo en tomarme unos croissants y un cappuccino. Algo me dice que voy a necesitarlo.

Tras el desayuno, me doy una vuelta por esta casa que no es mi casa. Estoy en la playa. Genial!

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Me detengo en la buhardilla con ganas de tener un libro en mis manos y todo el tiempo del mundo.sofa

Llego a una habitación en la que hay un sillón lleno de cojines y unas maletas. Todo es precioso. Me podría acostumbrar a vivir aquí. Prendido del respaldo, hay un sobre con mi nombre manuscrito.Leo la nota que contiene. No debo olvidar que esto es un sueño…¿verdad?.

cojines

“ Si te sientas en este sillón, aquí te quedarás para siempre. Si eliges las maletas, seguirás tu camino”.

maletas

Entiendo que en este sueño de una casa preciosa que-es-mía-pero-no, debo tomar una decisión. Puedo sentarme en esta preciosa butaca y dejar que el tiempo pase, en este lugar hermoso que, ahora , me pertenece pero miro las maletas y me digo. ¿Por qué parar aquí? ¿Por qué no seguir caminando?…

…¿No es ese el gran secreto de la vida?

No me hace falta más. Elijo la maleta de color violeta y me digo que sí puedo elegir, de verdad, ahora quiero montaña.

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Y me despierto, de nuevo, en una cama diferente pero que yo reconozco. Es otra de esas camas mías.

Inspecciono mi casa de ahora.

ventanas

Hay flores y estrellas.

flores

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Veo, complacida, que hay una hamaca en el jardín.

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Y a lo lejos, un precioso camino arbolado…

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Y un butacón con una mantita.

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Y unas maletas…

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Rama de olivo.

En este cuadro hay una rama de olivo.

El símbolo de la paz y la reconciliación.

La rama es natural y la cambiaré cuando esté seca y haya perdido su tonalidad verde oliva característica.

La iré renovando sin cesar…

Mocha Mousse

Para el año 2025, el Instituto Pantone ha seleccionado como Color del Año el tono Mocha Mousse (Pantone 17-1230), un marrón cálido y rico que evoca la suavidad y profundidad del chocolate.

Este color busca transmitir “una sensación de indulgencia reflexiva y conexión armoniosa con los placeres cotidianos y la naturaleza” .

Este color busca transmitir “una sensación de indulgencia reflexiva y conexión armoniosa con los placeres cotidianos y la naturaleza” aunque yo lo resumiría en algo más básico : se podría expresar como el placer de comer chocolate…

Muy fan del color de este año.

Antropólogo alienígena.

He llegado al lugar donde la tribu reúne los elementos esenciales para su hábitat. No compiten por obtenerlos. Hay en abundancia y los intercambian mediante su peculiar sistema de trueque con papeles y plásticos de gran valor para ellos.

Los miembros de la tribu recorren pasillos , siguiendo unas indicaciones visuales, hasta localizar los objetos que necesitan. Siguen los caminos de ese laberinto sin descanso.

En una zona específica, encuentran vehículos rudimentarios de dos ruedas que usan para transportar los objetos seleccionados. Estos están distribuidos en otra área de pasillos, donde señales gráficas les indican las coordenadas para localizar los artefactos que han seleccionado anteriormente y que conformarán su entorno vital.

Los miembros de la tribu enfrentan volúmenes enormes: altos, largos y anchos. Para muchos, resulta difícil tomar posesión de ellos y aún más transportarlos hasta su hábitat.

Una vez en la cueva, deben reconstruirlos. No todos los individuos poseen la misma habilidad para ensamblar los artefactos, que reciben completamente desarmados. Muchos no han desarrollado la destreza manual ni la comprensión de las instrucciones de montaje. Deben invertir más del doble del tiempo previsto para completar estas tareas. Durante ese proceso, expresan palabras malsonantes y otras en un sueco deformado, difícil de entender para este investigador.

Una vez estructurado el hábitat con todos los artefactos en su lugar, los miembros de la tribu experimentan una profunda satisfacción.

Concluyo que el placer de ver el artefacto ensamblado es la recompensa obtenida tras el arduo proceso para lograrlo.

Propongo crear un centro de prueba en nuestro planeta.

Fin del Informe.

Antropólogo nº 2025

Nota 1 : Imágenes generadas por ChatGPT

Nota 2 : Les va a pasar lo mismo…