Luz.

El bastidor es de lino de color crudo de 40 X 40 cm.

He utilizado una tira de led de hilo fino. Y, por fin, he podido usar una trozo de velcro con adhesivo que he estado guardando años en un cajón , por si acaso. Lo he pegado por detrás del bastidor para el soporte de las pilas ( así se puede sacar y cambiarlas). Es un portento de tecnología.

También he dibujado unos puntitos blancos… Siempre caigo…

Es un cuadro cambiante : sin y con luz.

Sin.

Con.

Creo que este arranque de momento de manualidades, es un efecto de la vacuna…

#NuevaRealidad ( La bolita.)

Siento la inquietud pandémica previa al confinamiento de la primavera pasada, así que me he dedicado a embadurnar un bastidor muy antiguo con pintura de pizarra.

Tenía una misión : hace ocho años me regalaron un móvil de viento.  No emitía ningún sonido, pero cuando se movía al son del viento, una bolita de cristal tallado , que estaba insertada en el centro, pendiendo de un hilo, reflejaba la luz del sol, creando un juego de luces precioso.

El tiempo, el viento, la lluvia, el sol… No sé quién es el culpable, pero la bolita de cristal cayó al suelo. No pude volver a ubicarla en su lugar…

Así que ahora,  sigue cerca del móvil, pero pegada a un bastidor embadurnado de pintura de pizarra en diferentes tonos tierra y gris.

Y yo me he calmado un poco…

NB : Así era el móvil…

“Quality Time en tonos ocres con trazas azul grisáceo y muy buen rollo”

Este cuadro es un encargo. Hacía tiempo que no pintaba o lo que sea que yo hago, pero este fin de semana, me lo he pasado en grande, manchándome las manos de pintura…

 

El proceso siempre ha sido terapéutico para mí, mucho más importante que el resultado y, en este caso, el proceso ha sido al aire libre y con buena música en mis oídos.

Al cuadro, lo voy a llamar “Quality Time en tonos ocres con trazas azul grisáceo y muy buen rollo”

 

Otro Marie Kondo Art.

Después de ordenar, limpiar y tirar pinturas secas y pinceles rígidos, me ha quedado un bastidor, pintado de un imposible color dorado, con unas piedras decorativas en un burdeos también muy impactante pero el fondo tenía superficies rugosas de cuando me dio por experimentar con la arena…

Sólo me quedaban restos de pintura de pizarra en blanco roto, azul y gris piedra. Y, en la caja de “cosas para pegar” había una cuerda de esparto negra.

Así que, reciclando con los restos de otras batallas pictóricas (que suelo perder), ha aparecido “Línea de la vida”, aunque la línea la conforme una tira de cuerda…

NB : El primer Marie Kondo Art

Marie Kondo Art

 

 

 

Esto es el resultado de una conjunción de tres factores:

1) Día de sol y tranquilidad. Perfecto para terapia antiestrés.

2) Lienzo para reciclar que ya había pintado con fondo de pintura de tiza de color blanco roto.

3) “Restos” del proceso Marie Kondo que llevé a cabo hace un mes.

Estos “restos” son cuentas de pulseras y collares, botones y cualquier cosa susceptible de ser pegada en un cuadro que fui recogiendo en una cajita cuando me dediqué a ordenar todos los cajones de mi casa en un episodio Kondo muy intenso.

 

 

 

Cucharada.

Elegí un lienzo de 60x60cm para reciclar. Cuadradito y no muy grande. Creo que lo pinté en las navidades del 2012. Se titulaba Happy Nadal y le pegué dos cucharas de madera y unos galets

Tras pasar por mi mesa de trabajo, se ha convertido en un fondo de camuflaje  a base de mezclar colores y pasar el rodillo. He conseguido eliminar el rastro rojo a la vista aunque sigue estando ahí debajo.Si lo descubren dentro de varios siglos y lo examinan, se van a volver locos

He encontrado una cuchara de madera y unas estrellas de unas manualidades infantiles y me ha salido esta “Cucharada”.

En realidad, quería titularlo “He vuelto” aunque también podría llamarse “Me lo he pasado en grande”.  ; – )

Pero es, definitivamente: «Cucharada».

El delantal.

Tengo unas estanterías llenas de pinturas, aerosoles, barnices, pinceles, cajas con “cosas-para-pegar” y bastidores o lienzos usados… Son cuadros de otras épocas, anticuados,  en los que algo salió mal o me cansé de verlos…Están allí, esperando una segunda oportunidad… Y llevan años esperando…

Justamente, estas últimas semanas, ha habido varias personas que me han preguntado: ¿Ya no pintas?  La respuesta me ha dejado un poco inquieta: ¿Ya no pinto?

Siempre he sido una mala alumna de arte y nunca, había deseado pintar. Es más: todo lo referente a las artes plásticas me salía francamente mal. No sé cómo llegué a comprarme el caballete (que nunca utilizo, por cierto) ni el primer bastidor. Sí que recuerdo la risa de mi padre cuando vio mi primera obra que fue un verdadero churro pero, en su ejecución, descubrí lo agradable que era estar al sol, con las pinturas, el lienzo en blanco, la música…

Las flores que pintaba no parecían flores, ni los paisajes, paisajes…Ante mi nefasta progresión en todo lo referente al realismo, me pasé al arte abstracto. Era lo único en lo que podía evolucionar.  Descubría las texturas, las pinturas de relieve, el látex, la arena para manualidades,  los rodillos, las cucharas de madera y…una sensación de “todo vale”. No importaba que no tuviera ni idea. Pero, lo mejor, es que esos momentos de abstracción, con las manos manchadas de pintura, se convirtieron en una gran terapia anti-estrés. De equilibrio. Casi sanadora… Lo olvidé… Todo eso quedó agazapado, en algún lugar, entre esas estanterías llenas de pinturas.

Hace tiempo que quería ordenar ese rincón y ver el estado de las pinturas (algunas parecen bloques de cemento) así que me puse a ello. Fui seleccionando las pinturas y pinceles viables hasta que se produjo el corto-circuito y el ¿Por qué ya no pinto? se me activó en el córtex prefrontal con toda su intensidad.

Yo creo que mi viejo delantal de pintar fue el detonante.

Así que, bajo este sol primaveral, desplegué todo lo necesario para la acción pictórica. Y, sin quererlo, volví a aplicarme una dosis de Arte Terapia…

To be continued.

Historia del cuadro triste (II)

El cuadro triste aparece al mezclar varias cosas: 1) Administración de una dosis de arte-terapia  al aire libre (que me apetecía mucho), 2) una pulsera rota y 3) un sofá camaleónico.

En realidad, la cronología-de-la-creación es otra: 1) se me rompe una pulsera que lleva conmigo muchos años. Es de bisutería y su valor es emocional.  Quiero conservar esas cuentas de cristal… Pienso en ello, mientras recojo las piezas, diseminadas por el sofá. Puto sofá…

2) Me pasé un buen rato, escogiendo la tapicería en la tienda. La miré bajo los focos, bajo la luz exterior, en penumbra… Hubiese jurado que era un tono “tierra” pero cuando llegó a mi hogar lo vi… gris. Gris plomo. Me disgusté. Hablé con la tienda. Comprobé que era el color que elegí. Sí, lo era.  Con la luz del atardecer, se convirtió en un suave color tierra. Pasó lo mismo bajo la luz de los focos led. Y volvió a cambiar a gris, por la mañana… Así que necesitaba un “algo” que conectara la decoración con el sofá camaleónico gris-tierra…

Hasta aquí, los elementos. 3) El desenlace final se produce al ordenar el trastero y descubrir un lienzo hecho polvo que se podía reciclar. También vi un spray de pintura de pizarra…  Al salir del trastero , observé que hacía un día espléndido y, además, tenía la zona de trastear –con-la-pintura, libre y sólo para mí.

Y pasó que todo se conectó entre sí de una forma fluida :  bastidor, pintura, cuentas de cristal, pegamento, sol…Me puse los cascos y… No hay semiótica para explicarlo…

Disfruté enormemente… ; – )

Un DIY de deseos.

diy2

Este es un DIY muy, muy sencillo.

Tiene más valor por su contenido oculto que por lo que se ve a simple vista .Aunque no lo parezca, en cada estrella hay deseos. Los que quieras. Los que más desees. Los que no puedes verbalizar. Los que querrías verbalizar.Todos.

Tu “Wish (star) List” particular.

ins8

Y yo tiendo a la estrella, pero os recuerdo que un deseo puede adoptar cualquier forma y color.

ins6

Es tan sencillo, que me sabe mal llamar a lo siguiente «Instrucciones»…

ins0Ins1

Ins3

Ins4

Ins5

ins7Os deseo muchos deseos.

Dormir apaciblemente…

El cuerpo lánguido y

La cabeza apoyada suavemente

En las almohadas.

El cuadrante abrazado y

las piernas relajadas.

La luz tenue de la farola

de la calle.

La penumbra.

El silencio.

La calma.

La paz.

Y los ojos se van cerrando.

Nada. Un sueño.

Dormir apaciblemente…