Quita. Vete. Calla. Déjame.

Hay una voz en mi cabeza. Es muy clara y nítida pero…sólo la oigo yo.

Hay una voz en mi cabeza que recita, sin descanso, todos los dichos del refranero popular. Quita. Vete. Calla. Déjame.

Me duelen los brazos. El hacha pesa mucho y empieza a hacer frío.

Hay una voz en mi cabeza que me hace observar mi lengua en el espejo para ver si allí hay pelos o no. Que me ha incitado a construir una cama con ramas de laurel.

Hay una voz en mi cabeza que me ha obligado a comprar un loro y darle chocolate. A atar a mi perro con longanizas. A buscar por toda el pueblo, a ese gato que tiene tres pies. A marear a todas las perdices que me encuentro. Me llaman loco. Quita. Vete. Calla. Déjame.

Ya queda poco…Se me están congelando las manos. Me duelen. Me duelen mucho .Los escalofríos me impiden acertar. Ya se me han congelado las pestañas y la nariz pero…tengo que seguir.

Me lo dice esa voz en mi cabeza. Tengo mucho sueño. Me dormiría. El hacha pesa mucho. Me duermo.

Quita. Vete. Call…

Pobre hombre, dicen en el pueblo. Lo encontraron congelado, aún con el hacha en sus manos.

A sus pies, el árbol caído y un montoncito de leña…

calla

ANEXO — DOCUMENTO INCORPORADO AL EXPEDIENTE

Caso: 47/IX-22
Nombre figurado del sujeto: E. M.
Localización del cuerpo: Sendero forestal, margen norte del bosque municipal
Objeto encontrado en el bolsillo interior de la chaqueta
(Documento manuscrito, deterioro leve por humedad y congelación)

Transcripción de frases manuscritas halladas en poder del sujeto.

  1. No tener pelos en la lengua

  2. Dormirse en los laureles

  3. Atar los perros con longanizas

  4. Darle chocolate al loro

  5. Buscar tres pies al gato

  6. Marear la perdiz

  7. Hacer leña del árbol caído

No es elástica.


En física e ingeniería, el término elasticidad designa la propiedad mecánica de ciertos materiales de sufrir deformaciones reversibles cuando se encuentran sujetos a la acción de fuerzas exteriores, y de recuperar su forma original una vez que estas fuerzas desaparecen.

Preferiría que fuera elástica.

Que los tirones no la deformaran. Ni las roturas. Ni los arañazos…

Y que no cambiara por los golpes.

Y que no se encogiera de sufrimiento.

Aunque es esa característica de ser moldeada lo que la hace tan bella.

Si fuera elástica, volvería a su forma original una vez pasada la virulencia del sufrimiento o el éxtasis de la felicidad. Seguiría igual de… ¿redonda?, ¿cuadrada?, ¿triangular?, ¿con forma de estrella?, ¿tipo humo incandescente?…

Y es que no sé qué forma tiene, pero sí sé que el alma no es elástica.


No me lo creo.

Cuando me dijeron que existía esa tienda, no me lo creí.
Tampoco me creí las instrucciones: si conoces la ubicación —que es efímera y cambia constantemente—, debes ir al lugar exacto.
Una vez allí, no todo el mundo ve lo mismo. No me preguntéis por qué; nadie lo sabe. La teoría que circula es que la tienda detecta si, de verdad, crees en lo que allí se vende.
Si es así, la tienda se llama “NO ME LO CREO”, y los frascos contienen un ingrediente secreto que te permite no creer en nada de lo que te indigna o te duele.
Si vas en plan escéptico, el rótulo reza “NO TE LO CREES” y, en los frascos, solo hay golosinas.
Así que, si eres un crédulo honesto y has conseguido uno de los frascos, ya puedes vivir tranquilo.
Yo soy el ejemplo.
Me dices que me haga con un kit de supervivencia por si hay una guerra, y no me lo creo. Me dices que unos cuantos locos idiotas gobiernan el mundo, y no me lo creo. Me dices que nunca habrá paz, y no me lo creo.
No me digas nada que me duela, porque como no me lo creo, no me preocupa.

100 palabras y una mirilla.

«Al otro lado de la mirilla», es el lema de la XVII edición del Premio de Microrrelatos, convocado por las Bibliotecas Municipales del Ayuntamiento de Madrid.

«Una mirilla no deja de ser una abertura que comunica dos espacios diferenciados. Probablemente la primera idea al leer la palabra nos lleve a la abertura en la puerta de casa que comunica con el descansillo. Lógico, pero con este tema queremos abrir las posibilidades, ese es nuestro objetivo: ampliar las miras y dejarnos llevar por una infinidad de aberturas que comunican mundos, espacios, emociones…»

100 palabras.

Hay tiempo hasta el 14 de abril

Las bases aquí.

205 palabras.

Intentar contar una historia en pocas palabras no es tarea fácil. 

Debe tener un inicio atrayente, una trama, un desenlace y un cierre que, si es impactante, mejor que mejor. Todo ello, de una brevedad extrema.

El Museo Del Prado y Escuela de Escritores retan, a todo aquel que se atreva, a escribir un microrrelato inspirado en una selección de obras que se exponen en el museo.

Hay cinco propuestas: 

Perro semihundido, de Francisco de Goya y Lucientes.

Una artista , de Aurelia Navarro Moreno. 

Hermafrodito, de Matteo Bonuccelli. 

Vista del jardín de la Villa Medici de Roma, de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez. 

Sísifo, deVecellio di Gregorio Tiziano. 

Los microrrelatos seleccionados se imprimirán y se podrán leer en una cartela que se expondrá durante tres semanas junto a la obra que lo ha inspirado… en el Museo Del Prado. ¡Qué lujazo!

Podéis consultar las bases en este link. Hay tiempo de presentar los micros hasta el 19 de diciembre y se hace de forma sencilla desde el formulario del enlace.

205 palabras ( se conmemoran los 205 años del Museo) para contar una historia. ¿Os atrevéis?

Un préstamo.

Te envío mil mariposas. Pero no creas que sólo son mariposas…

Cada una, encierra la promesa de un lugar.

Todas juntas, son el mundo.

mariposas

Te las presto por un tiempo…

Después…volverán a vivir en mi estómago…

mariposas2

Premios literarios.

En estos últimos tiempos, me he presentado a varios certámenes literarios. Recibo el boletín de escritores.org y si hay algún relato o proyecto que se ajusta a alguno de los premios, lo presento. 

También me ha servido de catalizador. He leído las bases de muchas de estas convocatorias y, a veces, el tema al que se tiene que hacer referencia me activa para escribir algo nuevo.

Escojo solo los que permiten presentación on line. Imprimir, encuadernar y certificar el sobre del manuscrito me parece de otra época.

Foto de hannah grace en Unsplash

Una vez le das al enviar, allí va tu proyecto que suele estar escrito con ilusión y esperanza de éxito, pero, en muchas ocasiones, no sabes si está perdido en el mundo digital. Encuentro que los organizadores son poco empáticos con los concursantes. Cuando envías el relato, el cuento o la novela por mail, no te responden ni con un acuse de recibo. Solo sabes que tu gran obra ha llegado a destino si es por Certificado Digital, que suele ser en premios de Administraciones Públicas, tipo Ayuntamientos, etc. De seis certámenes a los que me he presentado, solo uno ha respondido con un mensaje de” Recibido.” Que los responsables le den una vuelta al tema igual que al tema del papel.

Dicho esto, escribir para estos eventos es altamente gratificante. Se pasa por un proceso realmente placentero en toda la ejecución. Mientras piensas, organizas, construyes y destruyes la trama. Decides los nombres de los personajes y los imaginas. Investigas sobre temas de referencia, lees y relees…

Si os gusta escribir y tenéis curiosidad, solo tenéis que entrar en escritores.org y dejar que una de las propuestas os haga crick-crick.

Y … a disfrutar escribiendo. 

Fotos con palabras.

Dudó.

No sabía si sentarse.

No se fiaba de los bancos…

¡No vayas a la fuente!

Decidió sentarse de espaldas al mundo.

Y se quedó parada en la calle.

Inamovible.

Dice que le enseñaron a no pisar las plantas.

Ninguna planta.

Street Art (relatado).

Street-Art de Pejac (en París)

Cada vez hacía más calor. Se oían truenos.

Se asemejaban a unas carcajadas infantiles, distorsionadas y a un volumen que reventaba los tímpanos….

Estábamos desconcertados.

Corríamos, corríamos, corríamos…Huyendo del haz de fuego que aparecía de repente.

Desesperados.

Elegía a uno de nosotros y lo carbonizaba…

Seguimos huyendo pero, por poco tiempo …

Se nos acaba la pared…