Despegazapatos.

Es la noticia de esta semana: ola de calor extremo.

Hay mal humor…

Es muy costoso caminar por la calle. Al principio, ideamos formas para refrescarnos.

Pero , tras varias semanas, hemos empezado a vestir diferente a todos los veranos de nuestra vida.

La buena noticia es que he encontrado trabajo . Por fin.

No había muchos candidatos que se presentaran a la oferta por las condiciones laborales pero yo aguanto bien el calor.

Voy recogiendo los zapatos que se han quedado pegados en el asfalto…

NB: Para compensar el post.

Esa famosa serie distópica es hoy.

Tiempos sombríos y extraños.

Parecen irreales, como si viéramos capítulos de una serie de éxito, con grandes efectos especiales. Una de esas distópicas, repleta de tópicos recurrentes:

Ocurren cosas que, al principio, parecen insignificantes.


Los protagonistas se acostumbran a guerras y cadáveres, incluso de niños.

El planeta sigue consumiéndose sin que nadie logre detener su degradación.


Locos y payasos llegan al poder. La gente observa, pasiva, consciente de que debe actuar como sociedad, como humanidad, pero no lo hace. No sabe cómo. Solo mira. Incrédula.

Anuncian que un meteorito se acerca a la Tierra con cierta probabilidad de impacto.


La probabilidad aumenta.

Mientras siguen en sus guerras , carecen de tecnología para evitar la colisión, como hizo Bruce Willis, en Armageddon.


El meteorito impacta.


La humanidad se extingue.

El planeta renace. Surge otra humanidad, teóricamente más consciente y feliz.

Me viene a la cabeza el dicho: La realidad supera la ficción. Y así estamos. Los eventos reales pueden resultar más sorprendentes, inverosímiles o impactantes que cualquier historia imaginada.

De nuevo, recurro al querido Bruce . Necesitamos un giro de guion urgente y contundente, como en El sexto sentido, para que esta temporada de nuestra serie tenga un final verdaderamente bueno. Bueno para todos.

Ojalá.

El hombre más rico del mundo.

Año 2090

El hombre más rico del planeta acaba de cosechar una lechuga de su huerto. Disfrutar de una lechuga fresca, crujiente y llena de sabor es un privilegio. Una pizca de sal y unas gotas de aceite de oliva virgen, producido por la cooperativa del pueblo, bastan para elevar la experiencia al más alto nivel.  

Ricos como él, ahora son la mayoría.

El mundo se perdió entre algoritmos y concentración de poder. Los más influyentes quedaron atrapados en un entorno artificial, mientras el 98% de la población luchaba por cubrir las necesidades básicas de una sociedad desarrollada y democrática.

Durante siglos, el péndulo osciló de un lado a otro. Un movimiento constante entre posturas conservadoras y progresistas, centralistas y descentralizadoras, intervencionistas y liberales.  

Esta vez, la ley del péndulo en la historia política llevó la situación de un extremo a otro. Se pasó de posiciones radicalmente opuestas: unos planificaban cómo ganar más dinero, acumular poder e irse a otro planeta; otros solo buscaban cómo sobrevivir.  

Ganaron quienes querían sobrevivir. Eran muchos más. Demasiados para ser dominados por tan pocos. Triunfaron quienes se alejaron del ruido, la violencia, las guerras y los conflictos. Quienes renunciaron a las redes sociales y sus algoritmos. Ganaron los que formaron comunidad, cultivaron sus alimentos, protegieron la naturaleza y recorrieron montañas y playas.  

Y vencieron porque aprendieron a no necesitar más que una lechuga fresca y sabrosa para sentirse las personas más ricas del mundo.

La lechuga se ha convertido en un bien de valor incalculable porque no es solo una lechuga. Es una actitud, y hacerse rico en actitud es un desafío. No se puede comprar.

Por ahora, el péndulo permanece inmóvil, aunque todos sabemos que volverá a oscilar. Solo queda esperar hacia dónde nos llevará…

GROK, DALL-E y mis luces navideñas.

Twitter ( el X de ahora, pero no me acostumbro) ha liberalizado la herramienta de IA , GROK, para crear imágenes. En estos últimos tiempos , he estado utilizando DALL-E y he querido compararlas.

Utilizando las mismas instrucciones, cada IA me ha dado resultados diferentes. Parece que me entiendo menos con GROK.

En primer lugar, pido “ilustración” y no “fotografía” pero GROK se empeña en darme una foto en modo real. 

GROK

DALL-E

Tampoco me ha entendido con la emoción : le he dicho que la mujer de la ilustración está desesperada porque las luces de navidad están enmarañadas. En GROK, la chica sonríe. En DALL-E está hasta las narices de las luces.

Quería ilustrar lo que me ha pasado con la decoración navideña de este año. He sacado todas las luces que , ahora, son de un fino cable de cobre y estaban hechas un lío. Las de antes, las de cable de plástico verde me costaban menos de desenredar pero estas , que son más pequeñitas y más monas, son como un cubo de Rubik sin solución.  No hay manera de tener el cable lineal… Siempre hay nudos y, en algún caso, de gran tamaño. Mea Culpa por no guardarlas como toca, pero es lo que hay.

Al final, algo de orden he conseguido, aceptando que , en algún lugar , iba a quedar un agrupamiento amorfo luminoso. 

Le he pedido a GROK y a DALLE-E un abeto con las luces desordenadas.

GROK

DALL-E

Cuando tenía las luces más o menos listas, con intención de ponerlas en el exterior, se ha puesto a llover.

GROK

DALL-E

La IA ha puesto las luces, aún lloviendo, pero yo me voy a esperar que aún quedan dos semanas…

NB : Y , de momento, me gusta más DALL-E

GROK

Abandonada.

Tengo el corazón partido. Me encanta hacer fotos y toda la experiencia que rodea al acto de fotografiar pero , en estos últimos tiempos, estoy aprendiendo a utilizar el DALL-E3 para generar imágenes y estoy en estado de shock.

Ya se me pasará. Eso espero…

He tenido una duda: las fotos que hago con mi cámara son de mi autoría pero ¿qué pasa con las que he generado con DALL-E3?

Le he preguntado a la IA de quién son los derechos de esas imágenes .

Respuesta:

Las imágenes que generas utilizando mis capacidades de creación de imágenes no están sujetas a derechos de autor por parte de OpenAI, la empresa detrás de mí. Eso significa que las imágenes son tuyas para usar de la manera que desees, con la excepción de ciertas restricciones. No puedes usarlas para:

  1. Violar la ley: Esto incluye, pero no se limita a, usos que infrinjan derechos de privacidad, marcas registradas, derechos de autor, o cualquier otra normativa legal.
  2. Generar contenido dañino o inapropiado: Las imágenes no deben promover violencia, odio, discriminación, ni contenido explícito.

Fuera de estas limitaciones, eres libre de usar las imágenes para fines personales o comerciales. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las imágenes generadas no están garantizadas para ser completamente únicas y podrían compartir similitudes con otras creaciones”.

Voy a recopilar todas las fotos generadas a partir de mi imaginación pero con la ejecución técnica de la IA, en esta página que encontraréis en la cabecera del blog.

Aquí iré colgando todas.

Bienvenido , otoño.

Ayer, alas 14:44 , llegó el otoño.

Hay cambio de armario…o no. Ya se verá que parece que volverá el calor.

Esa época en la que las hojas de los árboles, se vuelven marrones, ocres y rojizas y caen de las ramas. O no…

Si llueve, el campo se llenará de setas. O no…

O sea, un otoño típico o no…

Caffè sospeso

Es el café pendiente

Foto de Annie Spratt en Unsplash

Tradición napolitana que empezó durante la II Guerra Mundial: un café que dejas pagado con antelación para otra persona que no pueda permitírselo. 

Hace unas semanas, en un bar de barrio en el que hacen unos bocadillos de tortilla increíbles, dejé un desayuno sospeso. Había una mujer mayor, contando las monedas para pagar dos croissants minis y un café con leche en vaso de cristal y muy calentito. No sé por qué, pero cuando fui a pagar mi cuenta, le dije al camarero que me cobrara un par de croissants minis y un café con leche en vaso de cristal y que se lo ofreciera a la mañana siguiente a cualquier cliente que considerara que podía venirle bien. 

Foto de Andrew Valdivia en Unsplash

Es un pequeño acto anónimo de solidaridad, minúsculo, pero que aporta una gran satisfacción, enorme, para el que deja el caffé sospeso. Hay algo de egoísmo en esa sensación, porque es muy buena para lo poco que has hecho, pero, también hay un efecto secundario: tiendes a repetir y vas dejando por ahí, aunque solo sea en un café, un poco de positividad, que falta que hace.

Y después, lo explicas. O lo escribes en tu blog.

Y animas a probarlo, porque esto del café pendiente, tiene un efecto de contagio maravilloso.

Foto de Kanwardeep Kaur en Unsplash

De compras.

Hace muchos años, fui a una tienda de Sentidos. En ese momento, buscaba un sentido concreto y pasé de largo por secciones de sentidos que, o no estaban de oferta o no me interesaban en ese momento. 

Me acuerdo de la bolsa, de sencillo papel reciclado. Como si San Antonio me ayudará en la búsqueda, la he encontrado en el armario de reciclaje de bolsas. Siempre he sentido que no debía deshacerme de ella y bien que hice porque no me acuerdo donde estaba el establecimiento y seguro que encuentro la dirección en la bolsa. Y ahí está, en un lateral, tan desteñida que me cuesta leerla.

Foto de Dmitry Mashkin en Unsplash

Sentidos Shop es una tiendecita encantadora. Al abrir sus puertas de madera vieja y decapada, me ha parecido que entraba en otra dimensión (igual lo he hecho). Decenas de estanterías de roble, ocupaban toda la estancia y, alineados en perfecta simetría, unos encantadores tarros de cristal, como los de mermelada casera, con unas etiquetas manuscritas en papel reciclado. Un neón luminoso centelleaba: “Sírvase Ud. mismo”.

He cogido una cestita de mimbre y he empezado a recorrer la tienda. Los sentidos físicos estaban en la primera planta (gusto, tacto, etc.…). Los conceptuales, en la segunda y allí me he ido. He pasado de largo la sección de “El Sentido de la Vida” y también la de “El Sentido de nuestra Relación”. En el área de “El Sexto Sentido” he caminado más deprisa, por si acaso… Finalmente he llegado a la sección de “El Sentido Común”. Mi intención era comprar las máximas unidades posibles y repartirlas a diestro y siniestro.

Foto de Darío Méndez en Unsplash

Para mi sorpresa, casi no quedaban frascos y los que quedaban estaban rotos, con fisuras y taras.  Un chico con una camiseta en la que rezaba Staff se me ha acercado a preguntarme si necesitaba ayuda. Le he preguntado si podía buscarme algo de Sentido Común en el almacén o en la central (está tienda tiene filiales en otros países) pero ha negado con la cabeza.

  • Lo siento mucho. Es el único Sentido del que tenemos rotura de stock. No te puedo decir cuándo estará disponible de nuevo. Parece que no hay producción en los últimos tiempos. Por la sequía, el cambio climático, la guerra… Son muchas variables, ya sabes, pero de momento no se fabrica Sentido Común. Si quieres, te puedo apuntar en una lista de espera y te llamo si lo volvemos a vender.

Me he ido, con la esperanza de que pronto, recibiré la llamada de Sentidos Shop, diciéndome que tienen “El Sentido Común”disponible…

Ya os avisaré.

Su trigo, nuestro pan.

Al volver, me reconecto con el mundo. 

Leyendo la actualidad política, recuerdo mi estancia en el pueblo. Este año, conocí a gente joven que intenta desarrollar su proyecto vital en el entorno rural. Agricultores que intentan profesionalizar su trabajo en el campo: hablaban, con ilusión, de su afán por cosechar grano de máxima calidad, utilizando productos naturales y tecnología para optimizar resultados.

También, de cómo se enfrentan a problemas básicos de vida que suenan a los de los urbanitas, pero son más acusados y trascendentes en esos preciosos pueblos remotos. La mala comunicación de la red de transporte, la falta de conectividad, la falta de médicos, de colegios cercanos para los niños, el exceso de burocracia que les obliga a desplazarse aquí y allá…

Son el futuro. Son pocos y les cuesta hacerse oír, pero si se les escuchara, podríamos explorar todas las posibilidades que tiene esa España, mal llamada vaciada. Lo que está es abandonada. Se abandona el talento de esa juventud que se arriesga y apuesta por el campo y también se abandona la materia prima de un país de primera. Tenemos sol, campo, montañas, mar, y, hasta ahora, un buen clima…

Los resultados electorales dejaron fuera a los partidos que representaban esa España tan particular y, a la vez, tan importante. 

Pienso en esos jóvenes agricultores y en la importancia de tener pueblos habitables y no solo ciudades habitables. Que la elección de ciudad o de pueblo, para desarrollar un proyecto vital, sea en igualdad de condiciones porque tal y como vienen las cosas, en esta llamada Crisis de Civilización, un semiconductor puede quedar inservible pero el trigo, está ahí desde hace más de 14.000 años. 

Y su trigo es nuestro pan.

Mientras tanto, solo hay que leer el periódico del día para ver cuáles son las noticias de cabecera. Es desconcertante observar cómo, en el plano nacional, se obvian temas muy básicos y se hace una política de paja.

No pesa casi nada y sirve para dar de comer al ganado.

NB : Por cierto, el pan del pueblo, un tesoro de valor incalculable…

Extrañamente caluroso…

Estos días, hemos exclamado muchas veces “¡Qué calor!”. Parece lo normal para la época:  agosto y temperaturas elevadas. También sabemos qué cada vez hará más calor. Y lo vamos asumiendo y soportando con nuestro ventilador, aire acondicionado, piscina, mar, ducha, agua fresca, sombra… Pero hay algo diferente y extraño en estas tres “olas de calor” que se ha marcado este verano del 23.

Foto de Vika Wendish en Unsplash

Suelo acudir, a mediados de agosto, a la Fiesta Mayor de un pueblecito en Huesca, muy cerca de Jaca. Durante el día, hace calor (cada año más, es verdad) pero por la noche, el ambiente es fresco. Un regalo maravilloso.  Las primeras veces, acostumbrada a las noches mediterráneas, no llevaba nada de manga larga en la maleta, así que acababa la noche con sudadera prestada.  Ya experimentada, nunca me falta algo que ponerme para estirarme en el monte y ver la lluvia de Perseidas, un poco abrigada. Este año, mientras la orquesta sonaba y la gente bailaba en la plaza, la temperatura era de 37ºC. Perseo me regaló una espléndida visión de puntos brillantes danzando en el cielo, eso sí, sudando la gota gorda y con más mosquitos que nunca. Como os digo, una experiencia extraña…

Foto de sheri silver en Unsplash

Después en el Alt Empordà. Abriendo las ventanas de día, el calor es soportable y por la noche, sin necesidad de abrigo, hay un descenso de temperaturas muy agradable. Y, de vez en cuando, una tramuntana suave y refrescante. Pero, eso, ahora mismo, son recuerdos del pasado.  Hay unos vecinos holandeses que llegan cada año, la tercera semana de agosto. Suelen cenar en la terraza. Me gusta oír el tintineo de los platos y cubiertos y el rumor de sus voces. Junto con los grillos nocturnos, es un símbolo del verano que me da una sensación de paz. De tradición. Este verano, no los oigo en el porche. Si que percibo el zumbido de su aire acondicionado… Hoy he hablado con ellos y están sorprendidos por la temperatura, la desaparición del aire que nos hacía de ventilador natural, de las calles, por la mañana, hechas un horno y las noches bochornosas. Les he dicho que pronto se acaba y que vendrán lluvias y tiempo más “normal”. Hemos mirado el campo seco y todos hemos deseado que ojalá sea verdad. Que llueva. Que refresque. 

Foto de Melissa Walker Horn en Unsplash

Que lo extraño no sea recordar las fiestas del pueblo con una chaqueta o a mis encantadores vecinos, cenando en su terraza…

NB : Fotos refrescantes de Unsplash.