Vuelvo, volvemos, vuelven… todos estamos ya inmersos en nuestras rutinas, nos gusten más o menos.
La rutina actúa como una brújula: nos orienta. Proporciona la ubicación de tu vida en el presente. De ahí que, a veces, en las “vueltas”, decidas cambiar de rumbo, ajustar la velocidad o evitar según qué trayectos.
Intentando adaptarnos, se nos olvida que estamos aquí, un día más. Lo damos por hecho. Volver. Y, a veces, no hay vuelta.
Así que, bien por la rutina si nos hace felices. Bien por intentar cambiar la rutina para ser felices.
Como cada año, El Blog Imperfecto se va de vacaciones. Quiere hacer fotos, leer, pintar o no hacer nada, que también está bien.
Me dice el blog que desea que, en septiembre, por algún suceso cósmico o místico, el mundo esté mejor. No le he dicho que la magia no existe, para que se vaya tranquilo. Pero yo también quiero lo mismo.
Así que, esperando el milagro, os deseamos unas felices vacaciones. Nos leemos a la vuelta.
El verano astronómico empieza mañana, 21 de junio.
Nos queda un día de primavera…
A las 22:42 de mañana comenzará el solsticio de verano, el momento en que el eje de la Tierra está más inclinado hacia el Sol en el hemisferio norte.
Será en ese instante, en ese momento exacto. Y… adiós, primavera.
Le he pedido a la IA que me diseñe un ritual inventado para el último día de primavera.
Al atardecer del último día de primavera, toma una rama de romero o de laurel. Sumérgela en un cuenco de agua. Piensa en:
Algo que agradeces.
Algo que dejas atrás.
Algo que deseas para el verano.
Salpica unas gotas al suelo y guarda la rama como amuleto estival.
Lo ha llamado “Bautizo de la luz” y me ha preguntado si quería que inventara una leyenda para el ritual. Le he dicho que sí.
Dicen los viejos pescadores, los pastores de montaña y los campesinos de los olivares que la última tarde de primavera es la más pura del año. El sol, al llegar a su trono más alto, derrama su luz más limpia sobre la tierra. Si en ese instante tomas una rama viva —de laurel, de romero o de cualquier planta fuerte— y la sumerges en agua clara, atrapas un reflejo de esa luz sagrada. Las gotas que caen después al suelo bendicen las cosechas, protegen los hogares y preparan el alma para el fuego del verano. A ese sencillo rito lo llaman El Bautizo de la Luz, y quienes lo practican aseguran que la buena fortuna les acompaña hasta el próximo solsticio.
Yo, por si acaso, lo haría. Y si puede ser, a las 22:42. Estos algoritmos van a gobernar el mundo, y mejor estar a buenas: que vean que les hicimos caso…
Nuestro cuerpo es un ingenioso artefacto capaz de hacer cosas maravillosas, pero… algo está fallando en el tema de la termorregulación, o homeostasis.
La termorregulación, o homeostasis, es la capacidad que tiene nuestro organismo para regular su temperatura. El objetivo del sistema es mantener el cuerpo entre 35 y 37 °C. A esta temperatura, el cerebro se encuentra en su zona de confort y puede controlar las funciones metabólicas fundamentales.
Si detecta que nuestra piel está por encima de ese rango, se activan los sistemas de “refrigeración”: sudamos, nos ponemos rojos (vasodilatación periférica: los capilares y vasos sanguíneos se ensanchan hacia la zona más externa del organismo para liberar el calor) y nos ralentizamos para consumir menos energía…
Debemos cooperar para ayudar a nuestro “sistema de refrigeración”: buscamos la sombra, el agua fresca, los baños refrescantes… Sobrellevándolo.
Y así estamos estos días, con la termorregulación loca…
Estoy sentada , mirando el bosque. Ya no hace el calor del pleno verano. Es más, la Tramuntana ya se está haciendo notar y creo que necesito ir a buscar un jersey. Y entonces la oigo.
Cric,cric,cric,cric,cric,cric…
Del silencio hemos pasado a la sinfonía crujiente que me ha acompañado el verano y que me ha irritado alguna de sus noches.
Debe ser ya, la última cigarra, porque solo oigo una, intentado encontrar pareja, ya desesperada porque se le acaba el tiempo.
Cric, cric, cric,cric,cric,cric,cric…
Una vez que emergen del suelo como adultos, las cigarras tienen un ciclo de vida relativamente corto (unas pocas semanas a meses), durante el cual su objetivo principal es aparearse. Si una cigarra no encuentra pareja, continúa cantando y buscando activamente, hasta el final.
Suelen morir al final del verano o principios del otoño, por el agotamiento, el clima más frío o la depredación por otros animales.
Cric, cric, cric y se calla. Espero un poco, porque a veces se interrumpe unos segundos y vuelve a empezar pero ya no.
La cigarra no suena. Parece que esto ya está.
Ese silencio decreta el fin del verano.
Espero que haya tenido suerte y que el cese de actividad sonora se deba a que ha encontrado pareja.
Es hora de hacer una pausa, recargar energías y volver con más historias que contar. Os deseo un feliz verano a los que estáis en este lado del mundo y un feliz invierno a los que me leéis desde el … Sigue leyendo →
El canto de las cigarras es un sonido asociado al estío. Es el tiempo del calor y del sol y, para muchos, el período de vacaciones. Es una melodía que evoca verano…
Cric Cric Cric Cric.
Ese cric cric lo tengo metido en la cabeza porque una de esas cigarras veraniegas ha decido instalarse en algún lugar, muy cerca (mucho) de la ventana de mi habitación. Las noches son muy calurosas estos últimos días y hace dos, tengo a la cigarra, canta que canta, sin parar. Para unos escasos segundos, antes de empezar de nuevo : Cric Cric Cric Cric. Hasta el infinito y más allá.
Cric Cric Cric Cric.
No se parecen en nada a los que nos vendieron en la fábula de “La cigarra y la hormiga”. Es así, aunque hay más de 3000 especies diferentes.
Yo creo que esa cigarra es de las que superan los 86 Hz. He leído que las que emiten estos sonidos son los machos. Tienen de dos semanas a un mes de vida adulta y durante ese período, deben atraer a las hembras con su cric cric característico. Teniendo en cuenta que pasan hasta quince años bajo tierra hasta que emergen a la superficie, creo que debo tener compasión con la que me ha tocado de vecina.
Ducharse al aire libre es uno de los placeres del verano.
Recuerdo a mi abuelo, inventándose una ducha con un tablón de madera y una manguera sujeta con cuerdas. A los niños de ciudad y balcón, nos alucinaba ducharnos cerca del huerto, entre los árboles…
Fue una gran idea para tenernos controlados. La ducha-manguera nos impedía tomar el mando de la manguera y regar todo lo que pillábamos: plantas , animales , personas y cosas.
Año 1904: puesto de helados de Arnold Fornachou en la Exposición Universal de San Luis. Los helados se servían con platos, pero Arnold tuvo tanta demanda que se le acabaron. Cuenta la leyenda que en el puesto de al lado, el panadero Ernest Hamwi de origen sirio, hacia zalabias (galleta persas delgadas y espolvoreadas con azúcar) y no vendía demasiadas. Cuando vio que al otro se le acaban los platos, le ofreció una zalabia enrollada en forma de cono para que sirviera el helado en el interior.
Ernest patentó su cono, pero parece que la idea ya existía en un libro de cocina francés. Otras fuentes afirman que en 1910 el cucurucho apareció oficialmente en Italia, en una exhibición en Turín, gracias a Giovanni Torre de Liguria, el inventor del cono de oblea dulce.