Su trigo, nuestro pan.

Al volver, me reconecto con el mundo. 

Leyendo la actualidad política, recuerdo mi estancia en el pueblo. Este año, conocí a gente joven que intenta desarrollar su proyecto vital en el entorno rural. Agricultores que intentan profesionalizar su trabajo en el campo: hablaban, con ilusión, de su afán por cosechar grano de máxima calidad, utilizando productos naturales y tecnología para optimizar resultados.

También, de cómo se enfrentan a problemas básicos de vida que suenan a los de los urbanitas, pero son más acusados y trascendentes en esos preciosos pueblos remotos. La mala comunicación de la red de transporte, la falta de conectividad, la falta de médicos, de colegios cercanos para los niños, el exceso de burocracia que les obliga a desplazarse aquí y allá…

Son el futuro. Son pocos y les cuesta hacerse oír, pero si se les escuchara, podríamos explorar todas las posibilidades que tiene esa España, mal llamada vaciada. Lo que está es abandonada. Se abandona el talento de esa juventud que se arriesga y apuesta por el campo y también se abandona la materia prima de un país de primera. Tenemos sol, campo, montañas, mar, y, hasta ahora, un buen clima…

Los resultados electorales dejaron fuera a los partidos que representaban esa España tan particular y, a la vez, tan importante. 

Pienso en esos jóvenes agricultores y en la importancia de tener pueblos habitables y no solo ciudades habitables. Que la elección de ciudad o de pueblo, para desarrollar un proyecto vital, sea en igualdad de condiciones porque tal y como vienen las cosas, en esta llamada Crisis de Civilización, un semiconductor puede quedar inservible pero el trigo, está ahí desde hace más de 14.000 años. 

Y su trigo es nuestro pan.

Mientras tanto, solo hay que leer el periódico del día para ver cuáles son las noticias de cabecera. Es desconcertante observar cómo, en el plano nacional, se obvian temas muy básicos y se hace una política de paja.

No pesa casi nada y sirve para dar de comer al ganado.

NB : Por cierto, el pan del pueblo, un tesoro de valor incalculable…

Una historia en la que no pasa nada…

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Me siento en una vieja silla de madera, delante de la ventana. Mi vista se relaja: un campo de trigo y un cielo azul…Bellísimo pero muy aburrido… No pasa nada…

O poco… El viento mece el trigo. Los pajaritos revolotean, graciosamente ( lo admito) y picotean las espigas…Hay nubes…

Sólo veo dos. Dos nubes. Es curioso, parece que quieren acercarse la una a la otra.

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Se levanta una brisa ligera que, poco a poco, será Tramontana. El viento hace de alcahueta y las nubes se unen…El amor…

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Dejo de mirar las nubes. Hay un gran pájaro que vuela en círculos. A su alrededor, están los pajaritos del trigo. Y abajo, comiendo tranquilamente. Sube, sube y sube…Después, inicia un descenso, también dibujando círculos. De repente, inclina el cuerpo y desciende en picado a una velocidad vertiginosa. Se sumerge en el campo de trigo durante un instante y emerge con alguien más. Me sobresalta pensar que es uno de los pajaritos. Prefiero ratón de montaña. Vuelve a ascender…

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Me deja mal cuerpo tanta naturaleza en estado puro . Será sabia pero también es cruel. Vuelvo a mirar hacia las nubes amantes….Se han separado. No sé si fue la presión dela convivencia, el miedo al compromiso o este viento que las agita a su voluntad pero… se han escindido. Una, por eso, con más nube que la otra.

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El siseo del trigo , el canto de los pájaros… Un ruido atronador. Una estela simétrica. Ahora, aparece un intruso en el cielo.

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A la izquierda, veo un grupo de nubes singles que se desplazan rápidamente…Deben tener prisa …

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He reducido el mundo a mi jardín y ahora veo la inmensidad de todo lo que existe.

José Ortega y Gasset

NB : No me quiero dejar esta en el tintero…También pasó por allí.

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Las amapolas rojas…

La amapola se ha asociado a la agricultura desde épocas antiguas. Su ciclo de vida se adapta a la mayoría de los cultivos de cereales, floreciendo y granando antes de la recolección de las cosechas. Se considera una mala hierba, una planta intrusiva, pero es fácil de eliminar en los cultivos invadidos…

Es una flor bellísima y le da un toque especial a los campos de trigo … La novia del campo, como decía Juan Ramón Jiménez…

No pasa lo mismo con este otro invasor. También mala hierba

El terrícola que va dejando sus trazas de color rojo plástico en su propio planeta…

Buscad una especie más estúpida y no la encontrareis…