Además de ese aplauso diario y la emoción que siento cada vez que veo a todos esos equipos de personal de la Sanidad, todos , dejándose la piel por nosotros, no me queda más que invocar al recuerdo permanente.
Ojalá existiera un conjuro, una pócima mágica que sirviera para no olvidar, nunca, lo que hoy está pasando. He oído dos veces, en diferentes momentos de mi vida, la frase “Estamos haciendo medicina de guerrilla”. Una fue, durante la crisis anterior, cuando se aplicaron los recortes en sanidad por las políticas de austeridad. Mi padre ya estaba enfermo y visitaba a los médicos en el Hospital de Sant Pau, el lugar donde ejerció como cirujano pediátrico . Lo hacía como paciente y como colega. Mi padre adoraba su hospital y siempre salía de las visitas, incrédulo, ante lo que sus amigos le narraban.
La crisis se superó, pero la Sanidad , no. Se quedó congelada en el modo de “guerrilla”.
En estos últimos días, ocho años después, he vuelto a oír la frase. ““Estamos haciendo medicina de guerrilla”.
Y sé que el hombre, es ese animal tonto e inepto que va tropezando con la misma piedra, varias veces en su vida y en la historia, pero, esta vez, el golpe ha sido tan fuerte que nos duele muchísimo el pie. Y casi, no podemos caminar.
Cuando aplaudo, lo hago también por el recuerdo permanente, para no olvidar que , cuando esto acabe, urge revisar como distribuimos los recursos para que nuestro sistema de salud sea sólido, que nuestros médicos y personal sanitario estén bien renumerados, que haya más, que nuestras Universidades ( de las más prestigiosas en este campo) puedan formar e integrar a los nuevos profesionales, que nuestras estructuras no sean deficitarias en tecnología y material.
Seguro que estamos gastando en cosas innecesarias, en burocracia y en ineficacia.
No hay que olvidar cuando esto acabe.
Me sumo a tus palabras
Tenemos a los mejores sanitarios, pero no los medios suficientes y algunas veces a destiempo.
Nuestro mejor tesoro como sociedad es todas estas personas que están tirando hacia delante. En un futuro se tendría que cambiar la valoración y potenciar lo que de verdad es importante
Tengo la esperanza que la ciudadanía normal, superará a la política. Esto generará cambios positivos. Un abrazo, Cristina
Yo también tengo esta esperanza, pero tengo mis dudas 😘😘
Bueno, el miedo y,a la vez, el apego que hemos sentido juntos , nos tiene que transformar. Yo también tengo dudas, cuando veo las noticias y oigo a nuestros políticos ( todos) pero…la esperanza es que si no son robots biónicos , también habrán recibido el “impacto humano”.
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