La silla.

Me llegué a obsesionar. Lo sé.

Tal vez, demasiado.

Este tiempo , me ha servido para ver las cosas de una forma diferente. Entiendo que me desbordé y entiendo que mi familia vio como me desbordaba y por eso, me trajeron aquí. Para contenerme. Para ayudarme. Nunca se lo podré agradecer lo suficiente. Ni a mi familia. Ni a usted, doctor. No tengo palabras.

Sí. Ya estoy preparado para salir.

Estoy absolutamente seguro. ¿Por qué esta vez sí? Yo se lo voy a decir, doctor. Esta vez es la buena. La de verdad. No sé cómo explicárselo sin emocionarme.

Han sido muchos años buscándola…He surcado mares, he cruzado fronteras muy peligrosas, he escalado montañas, he recorrido los cinco continentes…He analizado todas y cada una de las sillas que me he encontrado en mi camino.

Y la he encontrado. Por fin.

¿Qué cómo sé que es esta? Muy fácil, doctor. Me he acercado a la silla y me ha susurrado: “Soy yo, la silla del que se fue a Sevilla”.  Lo ha repetido tres veces. Tres. Ella misma lo ha admitido. No hay duda.

Es la silla que perdió el que se fue a Sevilla.

¿Qué no me va a dejar salir?  ¿Por qué? No lo entiendo, doctor.

¡Si ya he encontrado la maldita silla, joder!

lasilla

 

Quien fue a Sevilla, perdió su silla.

Pérdida de algún derecho, propiedad o privilegio por el simple hecho de haberlo abandonado de forma momentánea.

Este refrán está basado en un hecho histórico: durante el reinado de Enrique IV (1454-1474), rey de Castilla, se concedió el arzobispado de Santiago de Compostela a un sobrino del arzobispo de Sevilla, Alonso de Fonseca. Dado que la ciudad de Santiago estaba un poco revuelta, el sobrino pidió a su tío que ocupara él el arzobispado de Santiago para apaciguarlo, mientras él se quedaba en el arzobispado del tío, en Sevilla. Y así fue hasta que Alonso de Fonseca, una vez pacificada Santiago de Compostela, quiso volver a Sevilla. Como su sobrino se negaba a abandonar Sevilla, hubo que recurrir a un mandamiento papal a la intervención del rey castellano y al ahorcamiento de algunos de sus partidarios. (Instituto Cervantes)

Esa piedra…

He infringido una de las normas más sagradas de mi trabajo. Sé que me despedirán o, aún peor, me querrán detener y silenciar…Es posible que acabe mis días en una Embajada cualquiera, encerrado o… de tránsito eterno en un aeropuerto de un país que no tenga acuerdo de extradición…

No sé qué pasará después de esto, pero creo que es mi deber alertar a la población.

En enero de este año, recibo una llamada del Smithsonian , informándome que “la piedra” , puede encontrarse en mis coordenadas. Soy uno de los agentes secretos que participa en la búsqueda de “la piedra” en la Tierra. Estamos diseminados por todos los lugares del mundo, cubriendo unos 10 Kilómetros cuadrados cada uno. Nos movemos por nuestra zona, analizando todos los restos pétreos que encontramos…

No hay piedra en este planeta que no esté censada y controlada…

Nuestro objetivo es encontrar “la piedra”.

Sí, esa piedra…

En una de mis incursiones en trabajo de campo, descubrí un yacimiento de piedras muy interesante que conformaba  los restos ruinosos de un castillo medieval. Siguiendo el protocolo habitual, extraje muestras y envié el informe con las pruebas gráficas a La Central.

piedra

Han pasado ya siete meses en los que no he recibido noticias de mis superiores…hasta hoy.

Me han enviado un informe lleno de “Warnings” y  “Top secrets”  : una de las piedras que seleccioné, es… “la piedra”. Cuando me lo han notificado, un escalofrío ha recorrido mi espalda con una extraña mezcla de emoción y reverencia. He descubierto esa piedra…

p4

Nuestro trabajo es secreto y también, la existencia oficial de “la piedra “. No sabemos qué pasaría si la hiciéramos desaparecer o la modificáramos, ni que efecto tendría en el equilibrio del universo, si la elimináramos… Unos dicen que las cosas mejorarían-muchísimo- para el ser humano y otros, que si no existiera “la piedra”, nos veríamos incapacitados para aprender.

p3

Es un asunto polémico y delicado y la comunidad científica no se pone de acuerdo en lo que es más conveniente,  así que, de momento,  la orden, en caso de encontrarla,  es dejarla en el lugar en el que fue localizada pero con un micro-chip- especial –para- piedras que nos permita controlarla.

 Pero…sabiendo yo que es “ la piedra”, ¿Cómo puedo dejarla ahí, para qué cualquiera tropiece con ella… de nuevo? Y es que no estoy hablando de la piedra filosofal (esa no existe, es una leyenda urbana). El tema es más importante…Nivel de seguridad máximo…Esta piedra es esa con la que el ser humano tropieza más de dos veces (y tres , y cuatro…). La del refrán. Esa piedra…

p1

Es mi deber hacerla visible y que todo el que se tope con ella, sepa que es esa piedra. Es una alarma visual. Creo que es imposible que pase desapercibida para un ser humano. Se podrán evitar esos tropiezos reincidentes que pueden amargar la vida…

Así que, violando mi juramento de Official Stone Ranger, la he pintado de vistosos colores.

p2

…Lo sé.

Soy un héroe…

…………………………………………………………………

 

NB 1 :Del Instituto Cervantes:

Proverbio :  “El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”

Ideas clave: Error – Torpeza – Reincidencia

Significado: El ser humano no siempre sabe discernir conforme a la razón y por esa causa no aprende de la experiencia y vuelve a equivocarse en una situación semejante.

Marcador de uso: Poco usado

NB 2 : Este es un DIY , para que la teja tuviera compañía… Me lo pedía constantemente…

p6