#Encasa (lo de la rutina 2)

El tema de la planificación: sigo sin perfeccionarla. Hay una serie de tareas que marcan el inicio del día y que , dependiendo del estado de la situación , pueden trastocar mis planes porque…¡ tengo planes!  e, incluso,  antes de ir a dormir, pienso lo que voy a hacer el día siguiente.

Lo primero tras toda la rutina del despertar, es “la ronda de llamadas”. Y la duración de estas, depende de muchos factores, pero me pueden consumir un tercio del tiempo. Bien invertido, por cierto.

Después están los factores externos. Planificar limpiar los cristales o aceitar la mesa de teca ( porque el año pasado compre más aceite del que debía y lo tenía guardado) y…que llueva. Vale. O querer ordenar todos los cajones del despacho y que, antes de hacerlo, no encuentre la pieza fundamental del trípode de la cámara que siempre está en un lugar concreto e, inexplicablemente, durante el confinamiento, ha desaparecido de mi vista. Resultado: dos horas buscando la pieza sin éxito. Ni San Antonio, ni San Cucufato. Y de ordenar, nada. Más bien, desordenar. Y es que , enseguida, enlazo con la hora de cocinar.

La rutina de ejercicio es la más estable, junto con la ducha diaria y sacarme el pijama sí o sí. Sólo un día, deambulé estilo zombie y despeinada aunque,  como dice Mafalda, lo que tenía mi pelo es libertad de expresión…La verdad,  la experiencia no me ha compensado.

Por lo demás, van pasando los días y no hago nada de lo que tenía previsto, pero, a la vez, no paro de hacer cosas.

Eso sí, el momento de escribir estos posts #Encasa, ya se han convertido en obligatorios y, como ya preveía, totalmente terapéuticos.

Gracias!