No comeré, nunca más, tejido conjuntivo de cerdo (más piel que otra cosa), hervido para extraer el colágeno.
Aunque después se convierta en “gelatina alimentaria “con colores y azúcar, me voy a hacer objetora del consumo de gominolas.
La culpa es de Alina…
El corto de Alina Kneepkens, periodista y cineasta belga, está rodado en orden inverso. Va de nuestra boca (disfrutando de la gominola ) hasta el origen último del producto… Sí, un cerdo…
Forma parte de de un programa de televisión belga llamado “Over Eten” (Sobre comida), el cual documenta como se procesan diferentes alimentos.
Sniffff!
¡¡¡¡¡ PUAAAAAJJJJJ !!!!! ¡Qué entrada más buena !
Yo estoy deprimida… ;-(
con lo ricas que están
Ves olvidándote de ellas además, no pegan con una Mahou…;-)
Con una Mahou pega… cualquier cosa, ja,ja,ja. Hasta otra Mahou.
Tengo entendido que hay gominolas veganas o sin cerdo por tema judíos y musulmanes, de las últimas, las haribo
Gracias! Gracias! Queda esperanza para las gominolas!!
:-)