
Me estaba esperando, toda ilusionada, a recoger mi cosecha de tomates en luna llena .Ya sabéis que la luna deja notar su influjo en los mares, en los campos, en los seres humanos… He leído muchos artículos sobre lo adecuado que es cosechar en noches de luna llena… Y eso era lo que me creía yo…
En esta web ( plantelia.com), hay un extenso artículo sobre la Influencia de la Luna en los cultivos. Proporciona muchísima información, documentada y con bibliografía y entre todo ese contenido he descubierto que los tomates, junto con las berenjenas, los pimientos y las calabazas, son de las denominadas “Plantas Indiferentes”.
Los tomates son indiferentes totalmente. O sea, la floración y el fruto no dependen del fotoperiodo ( tiempo de exposición a la luz) y menos de la luna. La luna los deja más que indiferentes. Pasan de ella…

Cuando salga con mi cestita ( monísima, con una estrella) , en plan hortelana urbanita que ofrece sus frutos a la madre luna, los tomates se van a morir de risa.
Aunque, como ocurre en la mayoría de las veces, “Quien ríe el último, ríe mejor”.
Van a la cesta.

NB : La foto, por eso, la he hecho. Digan lo que digan los tomates…

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