«En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira» del poeta Ramón de Campoamor (1817-1901).
Ese cristal con el que miras la vida… ¡Ay! ¡Maldito cristal! ¿Por qué tiene que existir? Y, ¿Por qué hay tantos colores? ¿No podrían eliminar los colores tristes y angustiosos?
En este blog, mucha veces he utilizado el recurso del “odio al lunes”, publicando chistes y viñetas al respecto o bien, textos en los que se expresa el sentimiento de lunes, el de color gris…
¡Vaya estupidez! Lo admito. ¿Qué más dará que sea lunes, no? Y qué tonta soy , al no aprender que más que asignar “colores” lo que debería hacer es ser consciente que es mi mirada la que cambia el color… Así que un lunes en el que, por ejemplo, le dan el alta hospitalaria a un ser querido, resulta ser un lunes de color radiante, brillante, precioso. Deja de ser lunes. Deja de ser gris.
No voy a meterme con los lunes nunca más. Lo que haré es asediar a ese cristal famoso, para que sea de un color bonito cuando mire…
Total no todos los lunes son lunes para todos. Ese cristal que a todos nos confunde, habrá que conquistarlo y controlarlo!