Un amigo joyero.
Una idea de diseño: le pedí que me hiciera un anillo ancho y plano, de oro cepillado y en el que (yo misma) tenía que escribir Bypils ( ya apuntando egocentrismo con el pseudónimo).
Me he reecontrado con él este verano y es mi anillo de referencia ( o sea, lo llevo siempre).
Aún recuerdo como se me fue el punto de la “i” y la rabia que me dio.
Parece que fue ayer y ya han pasado más de quince años. Eso sí, el anillo ( de diseño sobrio e imperfecto ; – ) no ha pasado de moda…


