
Dudó.
No sabía si sentarse.
No se fiaba de los bancos…

¡No vayas a la fuente!

Decidió sentarse de espaldas al mundo.

Y se quedó parada en la calle.
Inamovible.
Dice que le enseñaron a no pisar las plantas.
Ninguna planta.
No se sabe quién desarrolló este invento prodigioso, pero invadió el planeta.
Un artefacto inteligente, capaz de modificar la munición de cualquier arma de fuego. De todas.
La primera batalla que se libró con las nuevas armas fue histórica y cambió el mundo.
Jamás, nadie, había disparado ideas…
