Eso duele ( en el blog).

El primer comentario negativo. Y no me refiero al que es crítico con el contenido de tu post, se manifiesta en desacuerdo o te corrige. Me refiero al que te endilga un » he perdido el tiempo leyendo este post» , de forma directa y sin sutilezas. Esa primera vez, duele en el alma de bloguero porque, evidentemente, lo que has escrito es bueno ( lo piensas sinceramente) y si no es bueno, no es tan malo. Tras varias puas y varias collejas virtuales más, ya te puedes considerar inmune … ( o un poco más inmune…).

El primer «exposure» con comentarios negativos. Publicas en apezz, en meneame o taringa e inmediatamente, ese grupo activo de inernautas que están esperando el último post para hacer su comentario, se dedican a encadenar una serie de opiniones que suelen dejar tu post más mal que bien. Te provoca una cierta introspección bloguera ( te quedas en territorio conocido) y sólo un tiempo después, olvidada esa íntima humillación, te vuelves a exponer.

El comentario spam » pero que al principio no lo parece». Y la ilusión que te hace tener comentarios y lo que te joroba cuando crees que alguien se ha comunicado contigo y aparece el típico que quiere promocionar su blog, su vídeo en youtube o bien, el que deja un mensaje que no tiene sentido para tí.

El comentario elogioso » que le han dejado a todo el mundo». Te encuentras un comentario que ensalza tu blog y te invita a participar en un portal o al intercambio de links. Si buscas en Google con las palabras básicas de ese comentario, encontrarás cientos, miles de esos comentarios en otros cientos y miles de blogs. Descubres que es un comentario masivo. Ya no eres un bloguero interesante…

La disminución drástica de visitas sin motivo aparente : «publico cada día, busco temas interesantes, he seguido un ritmo regular…¿Por qué ahora me leen la mitad?» , que pasa a la siguiente reflexión: ¿Funcionarán bien las estadísticas?.

Los followers de Twitter que te abandonan: Hacer ver que no pero cuando tienes pocos , eso duele. De 20, pasar a 18 significa que hay abandonos. Gente que pensó que podía ser interesante seguirte , ahora te dejan a tu suerte. ¿Quien no ha mirado quien es el traidor, cuando ves disminuir el número de seguidores?… Eso, también se pasa y tras los primeros twitt-disgustos, tienes la coraza a punto.

Estas son algunas de «esas cosas que duelen» , de esas que hacemos ver que no nos importan pero que , en el fondo, dejan de doler pero nunca de «escocer». Es lo que tiene dedicar parte de tu tiempo a un blog: al final le coges cariño y no puedes evitar ponerte  tonto si se meten con tu criatura.

Aunque… para eso estas las tiritas, ¿no?…