Me encantan.

Ellas , todas diferentes ( sustantivos, adjetivos, verbos, artículos, pronombres) pero que juntitas, configuran frases que impactan en nuestro cerebro ,que  a veces nos hacen sonreír o reír a carcajadas, otras que nos hacen llorar, nos enfurecen o nos permiten reflexionar.

Me fastidia que algo tan bello y tan complejo se pueda utilizar , a veces, tan mal y que esos símbolos , encadenados, puedan significar hambre, guerra o violencia cuando sólo debería haber espacio para las palabras bonitas : paz, amor y…chocolate ( por ejemplo). Pero, de la misma forma que los esquimales precisan de más de setenta palabras para diferenciar la nieve, la humanidad como globalidad , como planeta, precisa de esas palabras horrorosas para reflejar su entorno real. Y en este mundo que vivimos precisamos de muchas palabrejas.

Me parece que no es justo para las palabras, ni para las frases , así que siempre que veo una «composición de palabras» que me atrae , me la guardo en una carpeta. Es mi pequeño homenaje y un acto de desagravio de los seres humanos, por haber creado tantas malas palabras...

Aunque, claro, todo ( incluidas las palabras) puede ser mentira…