Estoy en Milán. Llueve y el día es gris como es habitual en esta ciudad. No me extraña que Ronaldiño está deprimido:nuestra luz es terapeútica!.Mi experiencia «aeropuerto» hoy, ha sido extraña. Hemos tenido dos impactos crisis que nos ha dejado a todos los que viajábamos , con el espíritu tocado. Primero, en un Bar de la zona de facturación. Mientras dábamos cuenta de nuestros bocatas ( Qué asco, por Dios. ¿Es tan difícil hacer buenos bocadillos ?), ni nos hemos percatado del chico con pinta de guiri que estaba apostado en el final de la barra. Ni de la chica que lo acompañaba ( o no, eso no nos ha quedado claro). Cuando nos hemos ido, uno de nosotros se ha vuelto a acercar a la mesa, pensando que se se había dejado algo y hemos visto como el chico primero y la chica , después, se abalanzaban sobre nuestros restos … Bueno, piensas, un estudiante colgado, un viajero mochilero… Cualquier cosa menos que estas dos personas buscaban alimento vital.
Cola de seguridad para pasar a la zona de embarque. Vemos a seis o siete personas revolviendo las papeleras que están en el perímetro. Es donde los viajeros «tiran» los alimentos, cosmética, etc… que no dejan pasar por exceso de contenido, por ser líquido , etc… Allí, estas personas , en un ambiente agresivo por la lucha de llegar el primero a la papelera, buscaban, también algo con lo que sobrevivir.
Esta imagen se repite , cada día, en el Aeropuerto de Barcelona.
Para rematar, leo La Vanguardia durante el vuelo. Un dato del día de hoy : 20% de la población española vive en el umbral de pobreza.
Nada más que añadir y sí mucho en lo qué pensar.
