Los canalones han sido la traca final de esta bacanal romana, grande bouffe o lo que sea que se han convertido las Navidades. Las madres y suegras cocineras, siguen haciendo esas terribles estimaciones de cantidad y preparan manjares para la familia pero…al duplicado . El ritmo es frenético: comes-descansas ( de comer)-comes ( en comes se incluye, el «bebes») . Eh! Y nada que sea liviano. De empaque…que es Navidad.
En la mayoría de comunidades , la cosa dura dos días pero en Valencia, Baleares y Cataluña, nos vamos a tres. Por rematarlo. Hoy se ha celebrado el dia de Sant Esteve y , en mi casa, hemos acabado con la traca final-tradicional : los canelones de mi madre ( y los aperitivos, las ensaladas, las bocas, el salmón y, por si nos quedàbamos con hambre, pollo con prunas). Me cuesta escribir esto porque me hace pensar en …comida y, aunque estaban tan buenos que casi te podías morir después de catarlos , solo puedo canalizar mi cariño en estos momentos hacia el gran vaso de Agua de Vichy con hielo que me acompaña toda la tarde y cosas como las de la foto…
Estas comidas hipercalóricas ayudaban a combatir los fríos inviernos de nuestros ancestros. Las fiestas navideñas en Cataluña, se extendían hasta Sant Esteve, ya que los familiares debían desplazarse a grandes distancias , lo que suponía viajes muy largos que se debían aprovechar al máximo. La comida de hoy, los canelones, era el plato estrella del último día de celebración. Para su creación , se utilizaban los restos del «pollastre rostit» y la «carn d’olla» que habían sobrado de los días anteriores.
Evidentemente, ni hemos tenido que viajar con nuestros caballos , burros o andando, cruzando el país, para llegar a la comida de Navidad Familiar. Más de uno, ha dejado el coche y ha optado por el taxi. Es lo que tiene el binomio Mossos y Cava. La Navidad fria no se ha dejado notar. Ha llovido, pero sin bajas temperaturas…Hace ya tiempo que , a excepción de un par de días, no es necesario llevar abrigo en el invierno barcelonés… Y plantearse que mi madre va a hacer «sus canelones» con las sobras de Nochebuena y Navidad, es irreal. Nada de sobras en la cocina materna…
Así que, como no me voy a tener que ir andando 150 kilómetros hasta mi pueblo( eso seguro que hacía bajar los canelones) , lo mejor es optar por una dieta detox. Aunque sólo sea para preparar el cuerpo para la Noche de Fin de Año…
De momento, los tuppers de mi madre que me he agenciado me dan repelús. Pavor.
Necesito unas horas para reconciliarme con los manjares que allí hay depositados.
Estoy en estado detox.
