Desde aquí, un ruego a todos los adultos responsables del mundo: mientrás exista la más mínima duda en la mente de un niño, hay que confirmar y asegurar que los Reyes Magos existen.
Dicen que las Navidades se han convertido en una fiesta puramente comercial y, es verdad, los «mayores» la hemos vestido de consumo y hemos centrado nuestros esfuerzos en comer, comprar, regalar y que nos regalen. Es nuestra condena … Pero los niños están a salvo de esa tiranía. Alguno pensará que no es del todo cierto, ya que la propia sociedad hace que nuestros hijos y sobrinos sean consumistas precoces ( Tener una Wii por que es imprescindible para su «desarrollo» social – todos sus amigos la tienen-; comprar todos los accesorios de las Princesas Disney ( si no es Disney, no es lo mismo…. LEtc, etc..) pero es un consumo dirigido ( y no por los padres, desgraciadamente, sino por las potentes empresas y sus departamentos de marketing (-ya se utiliza el concepto «viral» en esta disciplina, así que ya me dirás…-). Si estuviera de moda una caja de cartón pintada de verde, con bolitas de papel de colores en su interior,los niños querrían eso . Asi que, SI que están a salvo del consumo feroz…y se creen , de verdad, que unos señores mágicos, se pasean con su camellos repartiendo regalos…es un buen ejercicio recordar mis Reyes Magos de niña: aquellos juguetes que aparecían por la mañana, la comida preparada para los camellos que desaparecía, la cabalgata, los pajes, la carta… Era una verdadera maravilla. Los niños deben disfrutar al máximo de esta noche. Es su noche. Ya llegarán las otras en las que serán ellos los que dejarán los regalos mientras piensan en la hipoteca. Ahora, aún están limpios …
Dicho esto, espero que mejoren las cabalgatas, las caracterizaciones de los Reyes: en definitiva, toda la parafernalia. Que no sea cutre, please. Hagánlo por los niños, Ayuntamientos de toda España.
A los que ya hemos descubierto que aunque la magia existe, esos tres tios NO , no nos queda más que esperar nuestro regalo, ver como disfrutan los más pequeños y vivir nuestra pequeña cota de ansiedad ante la vuelta al trabajo y… a la crisis.
Se acabó el jolgorio ( o stress, según a quien le preguntes) navideño. La fiesta de Nochevieja es ya, efectivamente, vieja. Solo queda este último paso.
La gracia de asunto es que, paso a paso, estamos aquí. Pasándolo o disfrutándolo pero aquí.
Deseo que la magia de la noche ( como hay mucha ilusión proyectándose por ahí, seguro que algo bueno tiene la noche. ) os llegue de alguna manera…
Feliz Reentrée.
