Dicen que aunque se hable mal de un anuncio, por lo menos se habla y, por tanto, el hecho en sí mismo es una victoria ya que con tanto producto y tanto creativo suelto dispuesto a dar lo mejor de sí mismo, cada vez es más difícil «recordar»un spot o, peor aún ( sobre todo para el anunciante que es el que paga!),asociarlo a una marca.
Hay anuncios horteras ( Limpiador No-se-qué Bang: los lavabos y cocinas que se van a limpiar, estan tan, tan guarros que si ves el spot a la hora de la comida, cierras los ojos del asco que da. );anuncios tontos ( Marca de coches : Un robot que corre como un galgo y se convierte en coche. Musica machacona.); anuncios frikis ( El de la Mega Tienda de Electrodomésticos que bajo el pretexto de «no ser tonto», nos ofrece un orgasmo de lo más estúpido); anuncios feos , anuncios surrealistas, anuncios…irritantes.
Ya es malo que nos corten el morro en un momento álgido de nuestra serie o programa favorito para que encima, los anuncios sean una verdadera molestia. De momento, y en según que cadenas, el volumen se rebela y toma vida propia y se sube! cuando se emiten spots. Si encima , el anuncio nos regala el oido con un surtido de timbres y ruiditos sin fin, la irritación alcanza las cotas más altas.
Hace poco que una importante empresa de telefonía, promociona su conexión a Internet con un anuncio en el que empieza a sonar el timbre de una puerta y este sonido se convierte en la base de la musiquilla que conforma la B.S.O del spot. H-o-rr-i-b-l-e!!!! .Cada vez que lo oigo, me rechinan los dientes…
Me irrita.
Tenemos la suerte de vivir en un país en el que la industria publicitaria es buena pero… de vez en cuando, aparece una apuesta así que , sinceramente, disturba la tranquilidad de la Republica Independiente de Mi Casa.

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