Tenía mucha sed. Mucha.
Llevaba unas semanas de severa restricción sobre la Coca Cola. Al principio, tomaba una de vez en cuando (con pizza , por ejemplo) y más en verano que en cualquier otra época del año pero…. de una manera lenta y silenciosa, en pocos meses aumenté mis dosis, hasta llegar a una diaria. LLegados a este punto y reflexionando sobre el papel relevante de la Coca Cola en casa , se decidió (por unanimidad) proceder a su disfrute, sólo de vez en cuando.
Lo de la Coca Cola es fascinante. Hay datos de consumo de 45.000 botellas por segundo, está presente en todos los países del mundo ( en plan icono globalizador) menos en Cuba , Myanmar(Birmania) y Corea del Norte. Hace un tiempo leí un libro ( que intento recordar el título, y no…) en el que el punto de partida era una catástrofe mundial a partir del envenenamiento de la bebida. Todos los seres humanos que el “Día X” , bebieron Coca Cola, murieron…Imaginad!. El mundo devastado…
Y es que , esa agua carbónica negra!, engancha.
Como yo nunca he sido del tipo “cocacolero” creí que esta situación de privación, pasaría sin pena ni gloria en el apartado “alimentos y bebidas prohibidas” de mi vida. Pero no fue así. Cada vez que abría la nevera y veía el botellín oscuro(me gusta más en cristal) , tenía que luchar contra la tentación (¿Qué pasa por una coca cola , eh?) de insertarle el abridor y oír el plashhhhh del gas al ser liberado de su prisión.
La verdad: ha sido soportable. Nadie se muere por no beber una coca cola (o sí?. En eso , sinceramente, no había pensado…)Como no es mi caso, he cumplido a rajatabla mi dieta anti-coke …hasta hoy.
No he pecado. Todo lo contrario, me he concedido un premio.
Si conseguía lograr mi objetivo , que implicaba un gran esfuerzo físico y mental, me iba a premiar con una Coca Cola muy fría, en un vaso ancho de cristal , con mucho hielo y sin limón. ¿Quién me iba a decir que una Coca Cola me iba a motivar tanto?… El objetivo ha sido alcanzado y barrido y cuando he llegado a casa tenía sed. Así que me he lanzado sobre el premio, como el tipo ese de los chistes que lleva toda la vida en el desierto buscando un oasis y lo encuentra.
El primer trago ha sido alucinante. El gas cosquilleaba y ese dulzor extraño invadía mi paladar . Después, me he calmado y he bebido más serenamente. Incluso, con una cierta melancolía al ver que el botellín se iba vaciando y ya se acababa mi “bonus extra” del día.
El que esté enganchado o semi, a esta bebida, me entenderá… El que no, ese que cree que la controla ( incluso que ni fú ni fá), que no empiece que tiene trampa…Yo pensaba que lo mío con el Vichy Catalán iba a ser mi única adicción ( el gas, siempre presente) y, mira, sin darme cuenta, me tengo que racionar la bebida que conoce el 94% de la población mundial.
Si se pusiera toda la Coca-Cola que se ha fabricado hasta ahora en botellas de tamaño normal (20.cc) y se colocaran en fila una detrás de otra en círculos orbitales alrededor de la tierra, un satélite que viajara por esa trayectoria tardaría 11 años en recorrerla.
Ya lo sé: mal de muchos, consuelo de tontos pero …
N.B : El extraño ; – )logotipo que encabeza este post, es obra del diseñador gráfico Graham Smith, y forma parte de su trabajo Brand Reversioning. El siguiente, es su complementario en esto de la reversión de marcas.

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