Quiero la leche en botella de vidrio.

 

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Si me dan a elegir entre una Coca Cola en lata o botella de plástico a una Coca Cola en botellín de vidrio, no me lo pienso ni un segundo. Cualquier cosa que me des en vidrio, me gusta mucho más.  A veces,  he dejado de beber una Coca Cola simplemente porque iba en lata…

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Lo mismo me pasa con la cerveza , con el vino , con el aceite, con la leche.

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En el caso del vino y el aceite, no se puede concebir máxima calidad sin envase de vidrio ( eso lo saben muy bien los italianos que hacen virguerías con nuestro aceite).

 

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La leche ya no se encuentra de cristal fácilmente. Y es una pena, esa botella es como un placebo y actúa en mi cerebro , alterando mi percepción de las cosas. En esa botella de vidrio la leche me sabe mejor… ¿O es qué realmente sabe mejor?

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Puede ser una cuestión psicológica, vale , pero ( es acerca de la Coca Cola) :  “Sara Risch, química y miembro del Instituto de Técnicos de Alimentos, sostiene que es posible que se den casos de alteración del sabor, aunque muy sutiles. Por ejemplo, el polímero que reviste las latas de aluminio puede absorber el sabor soluble del refresco. Lo mismo pasaría en las botellas de plástico, en las que el acetaldehído del plástico podría transferirse al refresco. Las de vidrio, pues, conservarían el sabor más puro, pues el vidrio es el material más inerte de todos”

Definitivamente, prefiero el vidrio . Es natural, es sano y es reciclable hasta el infinito.

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Aunque sea psicológico…

NB 1 : Más información sobre el vidrio en Friends of Glass.

NB 2 : En casa , la leche es de El Cantero de Letur. Bio y en vidrio!

 

 

 

 

Va de botellas…

Tengo una cierta fascinación por las botellas… Colecciono botellas de agua y me gusta curiosear el diseño de los envases. En los últimos tiempos, me quedo encandilada en las secciones de ginebra y vodka , destilados que se la juegan con botellas preciosas…Queda raro quedarse delante de esas estanterías, como embobada, observando las botellitas de alcohol…Lo sé…

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Pero hay dos botellas que son “míticas” en este mundo del apasionado por las botellas. Una, evidentemente, es la de la Coca Cola.

La famosa botella “contour” , que se dijo que imitaba la figura de Mae West. En realidad, la botella está inspirada en una vaina de cacao , ya que buscando inspiración para el diseño, se buscó la imagen de los ingredientes y se confundió coca con cacao… De Mae West, nada de nada. Cacao.

La botella se empezó a fabricar en 1915 y  fue patentada por Alexander Samuelson, de origen sueco pero afincado en Estados Unidos. Este señor parece ser el diseñador de una botella que nació bajo las consignas de ser reconocible en la oscuridad (qué bueno) e, incluso, hecha trizas (ya, total).

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La otra botella de la que quiero hablaros es la de Anís del Mono.

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El origen de ese grabado de rombos, proviene de una copia de un diseño de una botella de perfume. Vicente Bosch, propietario de una destilería, vio el perfume en la Plaza Vêndome , París . La compró para copiar el grabado ( dicen que el perfume, se lo regaló a su mujer). El origen del nombre tiene varias teorías : la más simpática dice que en uno de los barcos en los que les enviaban la materia prima, apareció un mono que ya se quedó por la fábrica… Otra, asegura que es un guiño «creacionista» a las teorías evolucionistas de Darwin, en boga en esos momentos. Vale.

Lo curioso de esta botella es su versatilidad. Para perfumes, para anís y…¡como instrumento!

Se han cantado millones de canciones, villancicos y malagueñas, al son de la botella, rascándola con una cuchara o un cuchillo o…lo que fuera…

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Por cierto, si pasa algo en este mundo que solo permita comunicarnos con mensajes en botellas ( para tirarlos al mar) , sabed que estoy bien provista. ; – )

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La belleza del exterior.

Eso de que la “belleza está en el interior” es el anti-slogan para el arte del packaging. En cuanto a productos se refiere, mejor si la belleza también merodea por el exterior…

Hay productos que son afectivos, emocionales. Por ejemplo : El chocolate.

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La miel…

El packaging  cuenta con el argumento del propio producto.

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No pasa lo mismo con, por decir algo, unos huevos. El » argumento» es más difícil…

 

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O un limpiador para el hogar ( para la Operación Bikini!)

 

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O papel higiénico.

 

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O unos preservativos.

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No acabaré este post de packaging sin hablar de la Coca-Cola.Aunque me contengo y sólo me la concedo como premio ( si paso el nivel 23 del Candy Crush, me pienso tomar una! ; – ), soy una lover de la Coca-Cola Clásica .Ni Zero, ni light, ni cherry , ni nada. La clásica y en cristal.

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Este año la marca introduce “Ella”, botella inspirada en la Contour de 1915.

Me gusta que no tenga etiqueta de papel…

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Pero lo que me ha encantado es esta botella de hielo, que presentaron el 2013 sólo para Colombia. No debió funcionar : o había que beber muy rápido, o se pegaban los labios , o…¿? No sé qué es lo que no ha hecho repetir la experiencia pero…¿ A qué apetece una Coca-Cola en una botella de hielo?

hielo

 

Anuncios peliculeros…

Me gustan los anuncios…¡Qué le vamos a hacer!

1) «Sí, esa clase de rico» (Comentario : amigos así, mejor que no…)

El anuncio es de la Lotería de Nueva York ( New York Lottery Powerball)

2) Hay que tomar leche. En EEUU, es tradicional esta campaña de promoción del consumo de leche. Spot peliculero total.

3) La típica pesadilla en la que corres y vas a cámara lenta. La empresa anunciante -Steiff-vende productos infantiles ( y ositos de peluche). Lo primero que  he pensado es que me voy a comprar uno de esos Teddy Bear… »

4) Típica persecución de película.Bueno, en realidad de «películas»… Es de Coca- Cola. Un anuncio interactivo en el que la gente votaba para elegir al ganador de la …carrera. Yo hubiese votado por la chicas, por supuesto .

¿Quién ganó?

Injusto total. Tenían que ganar las Showgirls ( el cañón de confetti y purpurina me parece genial. ; – )

 

 

Muy, muy fría…

   Tenía mucha sed. Mucha.

Llevaba unas semanas de severa restricción sobre la Coca Cola. Al principio, tomaba una de vez en cuando (con pizza , por ejemplo) y más en verano que en cualquier otra época del año pero…. de una manera lenta y silenciosa, en pocos meses aumenté mis dosis, hasta llegar a una diaria. LLegados a este punto y reflexionando sobre el papel relevante de la  Coca Cola en casa , se decidió (por unanimidad) proceder a su disfrute, sólo de vez en cuando.

Lo de la Coca Cola es fascinante.   Hay datos de consumo de 45.000 botellas por segundo, está presente en todos los países del mundo ( en plan icono globalizador) menos en Cuba , Myanmar(Birmania) y Corea del Norte. Hace un tiempo leí un libro ( que intento recordar el título, y no…) en el que el punto de partida era una catástrofe mundial a partir del envenenamiento de la bebida. Todos los seres humanos que el “Día X” , bebieron Coca Cola, murieron…Imaginad!. El mundo devastado…

Y es que , esa agua carbónica negra!, engancha.

Como yo nunca he sido del tipo “cocacolero” creí que esta situación de privación, pasaría sin pena ni gloria en el apartado “alimentos y bebidas prohibidas” de mi vida. Pero no fue así. Cada vez que abría la nevera y veía el botellín oscuro(me gusta más en cristal) , tenía que luchar contra la tentación (¿Qué pasa por una coca cola , eh?) de insertarle el abridor y oír el plashhhhh del gas al ser liberado de su prisión.

La verdad: ha sido soportable. Nadie se muere por no beber una coca cola (o sí?. En eso , sinceramente, no había pensado…)Como no es mi caso, he cumplido a rajatabla mi dieta anti-coke …hasta hoy.

No he pecado. Todo lo contrario, me he concedido un premio.

Si conseguía lograr mi objetivo , que implicaba un gran esfuerzo físico y mental, me iba a premiar con una Coca Cola muy fría, en un vaso ancho de cristal , con mucho hielo y sin limón. ¿Quién me iba a decir que una Coca Cola me iba a motivar tanto?… El objetivo ha sido alcanzado y barrido y cuando he llegado a casa tenía sed. Así que me he lanzado sobre el premio, como el tipo ese de los chistes que lleva toda la vida en el desierto buscando un oasis y lo encuentra.

El primer trago ha sido alucinante. El gas cosquilleaba y ese dulzor extraño invadía mi paladar . Después, me he calmado y he bebido más serenamente. Incluso, con una cierta melancolía al ver que el botellín se iba vaciando y ya se acababa mi “bonus extra” del día.

El que esté enganchado o semi, a esta bebida, me entenderá… El que no, ese que cree que la controla ( incluso que ni fú ni fá), que no empiece que tiene trampa…Yo pensaba que lo mío con el Vichy Catalán iba a ser mi única adicción ( el gas, siempre presente) y, mira, sin darme cuenta, me tengo que racionar la bebida que conoce el 94% de la población mundial.

Si se pusiera toda la Coca-Cola que se ha fabricado hasta ahora en botellas de tamaño normal (20.cc) y se colocaran en fila una detrás de otra en círculos orbitales alrededor de la tierra, un satélite que viajara por esa trayectoria tardaría 11 años en recorrerla.

Ya lo sé: mal de muchos, consuelo de tontos pero …

N.B : El extraño  ; – )logotipo que encabeza este post, es obra del diseñador gráfico Graham Smith, y forma parte de su trabajo Brand Reversioning. El siguiente, es su complementario en esto de la reversión de marcas.

1 tanque = 131.000 peluches

Estamos rodeados de  datos negativos. La información se concentra intensamente en lo malos que somos como humanidad y deja muy poco espacio para lo bueno

Buscar esa cara de la moneda ( la optimista) es uno de los objetivos de Coca Cola en la estrategia que inició con su campaña mundial «Destapa la Felicidad»  ( ¿ Os acordáis de Josep Mascaró? ).

Y sí, es una multinacional y esto es publicidad ( con el objetivo de incrementar ventas, of course) pero… se agradece, oye.

Se agradece que, durante 20 segundos, se nos recuerde que , además de lo malo, va pasando lo bueno

La Campaña «Razones para creer» ha sido realizada por la Agencia Santo de Buenos Aires y adaptada a España por McCann Erickson. La canción , cantada por el coro Young People’s Chorus de New York City, es una versión de Whatever del desaparecido grupo Oasis.

Os dejo las Razones para creer … en lo bueno .

So cute!

 


No te pares a pensar, canta.

«Ande, ande,ande, la Marimorena, ande, ande, ande que es la Nochebuena «. La Marimorena iba andando, o la obligaban a andar mientras tanto hacia Belén iba «una burra, rin, rin, yo me remendaba , yo me remendé, yo me eché un remiendo, yo me lo quité, cargada de chocolate» , hecho que muchos han interpretado como un claro mensaje entre narcotraficantes ( en clave).

La Marimorena, andando. La burra, el remiendo y el chocolate dirigiéndose hacia el punto de encuentro y ¿Qué creéis que hacen los peces? , ¡beben en el río!. ¿Podrían beber en otro lugar?, ¿Es un botellón de peces?… «Y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver a Dios nacer.» Clarisimamente, los peces de este villancico están , cuando el susodicho acaba, o borrachos ( en el caso de que el agua les coloque) o a punto de reventar…

A todo esto, le sumas el efecto zambomba y el resultado final es devastador. Lo que pasa es que ya nos hemos acostumbrado a este tipo de «ritual de festejo» y hemos aprendido estas consignas para siempre. Se han quedado grabadas a fuego… ¿A qué eres capaz de recordar (mínimo una estrofa )de cualquiera de los villancicos surrealistas que he mencionado anteriormente?…Y mira que lo del remiendo del «Hacia Belén va una burra» tiene su miga !…

Y en estas , las de los recuerdos, me ha venido una canción navideña de Coca Cola , de uno de sus anuncios de los 70 que , como las letras de estos villancicos, se ha quedado grabada en el apartado musical de mi cerebro para siempre.

Es aquello de «Al mundo entero quiero dar, un mensaje de paz…»  que aunque lo recuerdo como si fuera ayer, me da que ya es vintage.


 

La magia de las cosas…

Hace años, cuando iba a estrenar mi casa, me atacó el virus de «todo-acabado-perfecto». Esta bacteria te obliga a comprar t-o-d-o : los cuadros del recibidor, las mesillas de noche, las cortinas del salón, etc,etc,… La idea es que la casa luzca con todos los detalles decorativos pertinentes, nada más entrar. Las reformas me las había hecho un decorador,  padre de una amiga con el que  había una confianza máxima . Así que el día que me vió con las típicas láminas de Matisse ( que viene a ser como los Girasoles de Van Gogh, en cuanto a su expansión multitudinaria en nuestros hogares), meneó la cabeza , me las quitó de las manos y me dijo algo más o menos así: «Tu casa, la decorarás con el tiempo. Encontrarás cosas que , de repente, te enamorarán, te encajarán en el lugar preciso o, simplemente, tendrán un significado especial que les otargará un lugar , también, especial». Debo confesar que el consejo quedó registrado en el apartado correspondiente en mi cerebro pero, como ya estaba contagiada por el virus «todo-acabado-perfecto» y ya lo tenía casi todo, pasé del consejo y colgué todas las reproducciones de Matisse

Con los años, todas estas cosas «prefabricadas» han ido desapareciendo de mi hogar. Al final,el consejo más que un consejo es una descripción realista de lo que te va a ir pasando, a medida que caminas la vida : Una teera rescatada de la casa natal de mi suegro, una estrella de metal oxidado para poner velas , regalo de unos amigos. Las toallas antiguas con las iniciales de mi madre, un florero de cristal de mi abuela, un cuadro pintado a cuatro manos, una ampliación de una foto en Eurodisney, un molino de café antiguo que mi padre encontró en un rastro, aquella máscara tribal que cargamos en el viaje de novios , hasta llegar a destino… Si miras a tu alrededor y tienes ese camino recorrido ( el período inicial se inicia en el IKEA y es , a partir de ahí que cuenta), encontrarás tus cosas mágicas.

Pueden ser de hoy o de ayer. Fruto del esfuerzo o de la casualidad. Con una anécdota especial marcada en sus formas o, simplemente, procede de alguién que lo convierte en significativo. Dependerá de nuestra historia y… de nuestro camino.

Si volviera hacia atrás , haría caso a mi decorador favorito y dejaría espacios vacíos …Esperaría a llenarlos (con todo lo que implica) y así me hubiese ahorrado el «reubicar», «donar», «reciclar», «tirar» todas las cosas que no tienen «touch».

La nevera antigua de Coca-Cola que ilustra este post, es una de esa cosas «con alma» que pronto estará en uno de mis espacios. Disfrutaré con su puesta a punto y, cada vez que la vea, recordaré que tiene magia…

La chispa de la vida…