En retrospectiva 2.

El pasado 22 de noviembre publicaba las fotos de la luna llena. Si me releo el texto, ahora lo veo excesivamente optimista . Me temo que , la realidad , un mes después, es que la última luna llena del año viene con aumento de contagios , posibles restricciones en lo que pensábamos que iba a ser una navidad “más o menos “ normal y la necesidad de la dosis de refuerzo de la vacuna porque nuestros anticuerpos, pasados los meses, han ido bajando…

No estamos peor que el año pasado, pero sí estamos peor que el mes pasado. Así que : vacuna, mascarilla, higiene de manos y distancia social.

Llegará esa luna llena en la que ya todo será “más o menos” normal, pero, no va a ser esta.

En el presente, prudencia y responsabilidad y a ver qué pasa en la próxima…

La Pruden.

Aunque a estas alturas, todos sabemos lo que hay y lo que no hay que hacer , para protegernos y proteger contra el COVID, no está de más invocar a la Tía Pruden para que nos acompañe estos días de puente festivo en toda España.

El año pasado no había vacunas y estábamos peor. Vale la pena recordarlo : 1) para disfrutar que todo va mejor y 2) para no desviar esta tendencia positiva respecto al 2020.

La Tía Pruden – que te la puedes imaginar como quieras- es esa voz responsable que te recordará las normas conocidas : mascarilla, distancia social, higiene de manos, cuidado que aquí hay mucha gente , ventilación,…

Photo by RepentAnd SeekChristJesus on Unsplash

(He encontrado esta foto en Unsplash que podría ser «mi Tía Pruden» )

Se puede hacer bien y pasarlo bien, no es excluyente.

¡Qué la Tía Pruden os acompañe!

Feliz puente.

NB : Pruden, forma coloquial de #Prudencia.

Ida y vuelta.

Acabo de aterrizar, casi literalmente. Por motivos de trabajo, he ido y he vuelto. Barcelona – Milán.

Mi primer vuelo desde que el COVID irrumpió en nuestras vidas…Tras hacer acopio de los QR requeridos para viajar ( Certificado de vacunación, EU Digital Passenger Locator Form (dPLF) y el Spanish Travel Health ) , tengo ganas de que me lo pidan todo, pero en la ida, solo presentamos la tarjeta de embarque. Vale. Olé por la seguridad.

En Milán, si no lleváramos mascarilla en las reuniones , casi se parecería a la vida pre-pandemia. Ya no hay frecuencia en la higiene de manos, las distancias se han acortado caramente y el saludo del codo muchas veces se sustituye por apretón de manos y abrazos. Me encuentro con gente de muchos países y continentes diferentes.

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Hablamos del miedo inicial, de las imágenes de las ciudades en las que vivimos cada uno de nosotros , desiertas y con aspecto fantasmal. De los padres y abuelos. De los que faltan. De la vacuna ( Anotación : todos, sin excepción , estaban vacunados). Del futuro esperanzador, pero , a la vez , inquietante. De cómo fueron cambiando nuestras vidas, las de todos.

Aún con las particularidades de la gestión, ejecución y evolución de la pandemia en cada zona del planeta, los sentimientos son comunes. Todos nos reconocemos, estamos metidos en el mismo saco. Estamos igualados en las emociones pandémicas.

Agradecemos el poder volver a vernos. Hay incredulidad ¿Quién nos lo iba a decir hace un año? ¿Quién nos iba a decir , hace dos , que en algún momento lo consideraríamos impensable, incluso imposible?

A la vuelta ,en Italia,  mis deseos se cumplen y me lo piden todo. QR’s aquí y allá. Y en la terminal del Prat, también el Spanish Travel Health. Bien.

Aunque todo se me ha hecho raro, me ha gustado reencontrarme con el mundo.

Todos con la misma experiencia emocional.

Para reflexionar.

Pauta completa.

Creo que mi sonrisa – tan grande que era evidente tras la mascarilla- ante la inminente segunda dosis de la vacuna y la euforia victoriosa del que me acompañaba ha obligado a la enfermera a recordarnos : 1) la inmunidad no la alcanzaremos hasta dentro de dos semanas y 2) es del 95%, no total.

La sensación post-vacuna es de un alivio inmenso, pero esto no ha acabado .

Y es verdad que hay que ir recordándolo.

Be careful .

¿Crisis de Civilización?

A muy grandes rasgos, una crisis de civilización se da en un momento histórico concreto, en el cual se alcanza un punto crítico , en el que afloran los aspectos más negativos de las estructuras socioeconómicas y las instituciones políticas.

Se lo oí a un excelente profesor de farmacología de la UAB, hablando del tema de las patentes de las vacunas. En este período tan crítico para toda la humanidad, prevalece el interés económico antes que la salud de toda la población del planeta. Da igual que haya mecanismos burocráticos que podrían permitir la liberación de las patentes en este estado de emergencia , repito, planetaria pero el entramado geopolítico y geoeconómico hacen imposible que , por encima de cualquier consideración,  esté la vida de las personas.  Ahí lo tienes : crisis de civilización en toda regla.

Photo by Ante Hamersmit on Unsplash

Hay que sumar una población desconcertada a todos los niveles por la gestión política. Tampoco se ha entendido en política lo que es una pandemia. Lo de que nos afecta a todo el planeta. No, siguen mirándose el ombligo, en su micromundo. Polarizados y destructivos. Es curioso que se pueda utilizar esta generalización para muchísimos gobiernos : autonómicos, centrales, europeos… Sin distinción de zona e idioma.

Y lo más obsceno : los votamos y nos representan, aunque en el aspecto más literal NO nos representan. En el mundo real, la gran mayoría de nosotros, no estamos en los extremos.

Así que, aunque tengo una tendencia a buscar los aspectos positivos , en este momento siento que ese concepto de “Crisis de Civilización” ( crisis climática, crisis sanitaria, crisis política, crisis social , crisis económica. ) se está manifestando de forma clara. Voy a investigar más en el tema , buscando su antídoto : el argumento racional y conciliador del que emerja una nueva civilización más empática y amable.

A ver si lo encuentro…

Últimas flores .

Llegó a casa en octubre. Es una planta que ha marcado mis tiempos pandémicos.

La camelia, el arbusto que florece en invierno, ha cumplido con lo prometido y ha estado recreándose en bellas flores todo el invierno.

Ahora, ya en primavera, sólo quedan tres ejemplares.

Dos a punto de caer .

Y una que aún tiene ese tono rosado intenso.

Cuando esta última flor desaparezca, la camelia será un arbusto verde durante todo el verano. Hasta que vuelva el frío.

Cuando emerjan los primeros capullos, habrá pasado un año y, espero poder dar testimonio fotográfico de cómo vuelven a abrirse las flores, mientras escribo que el mundo ya está a salvo del virus…

Tenemos una cita.

Terapia con una tiza.

Esta es una maceta que lleva conmigo muchos años.

Donde ahora hay esos orificios, antes había un asa de mimbre que, con la lluvia, el sol y el viento acabó desintegrándose.

Sin la asa, la maceta tenía parecido a una cara. O , por lo menos, dos ojos.

Y entonces, veo la tiza.

Le dibujo una mueca . Es una manifestación de hartazgo vital y pandémico, pero, después me lo pienso mejor. “Hay que tener paciencia “( esto me lo repito frecuentemente) y constato que, cada día que pasa,  hay más vacunados a mi alrededor. Ya llegará.

Va. Borro la mueca.

Hay que tener paciencia.

Carretera y mascarilla.

Vale. En la burbuja, ya nos hemos estudiado todas las normas y reglamentos y estamos preparados para salir de la comarca. ¡Qué emocionante!

Carretera y manta. No, perdón, «carretera y mascarilla»…Y sin salir de la comunidad autónoma.

Si me dicen , hace un par de años, que unos kilómetros en coche , iba a ser una aventura, un logro, un respiro, no me lo creo.

Photo by Thomas Bennie on Unsplash

Pues, en este 2021,  lo va a ser : aventura, logro y respiro.

Felices vacaciones.

Cuidaos.

NB 1 : Carretera y manta se usa para aludir al hecho de emprender un viaje.

NB2 : Ya puestos, he escogido una foto de Unsplash de una carretera muy chula.

Levitar.

A veces, me olvido de que estamos en pandemia. O, según los expertos, ya he normalizado la pandemia como forma de vida.

Mascarilla, gel, el paso atrás cuando estimas que te acercas demasiado, compras más rápidas ( menos lúdicas), selección de oferta de restauración según posibilidades de exterior y si no, take away, contactos sólo con la burbuja de convivencia ( ¡y muchas ganas de ampliar burbujas!) y sin salir de mi territorio…

Mi franja de edad y la consideración de que no soy esencial ( que yo ya lo sabía), me deja en los turnos más avanzados de la vacuna así que me administro dosis ingentes de máxima resignación y paciencia a tope.

El día que mi entorno esté vacunado y todos a salvo creo que viviré una experiencia mística con todos a los que quiero y a los que echo mucho de menos.

Ya me veo levitando…

Photo by Joseph Frank on Unsplash