Esta es una maceta que lleva conmigo muchos años.
Donde ahora hay esos orificios, antes había un asa de mimbre que, con la lluvia, el sol y el viento acabó desintegrándose.
Sin la asa, la maceta tenía parecido a una cara. O , por lo menos, dos ojos.
Y entonces, veo la tiza.
Le dibujo una mueca . Es una manifestación de hartazgo vital y pandémico, pero, después me lo pienso mejor. “Hay que tener paciencia “( esto me lo repito frecuentemente) y constato que, cada día que pasa, hay más vacunados a mi alrededor. Ya llegará.
Va. Borro la mueca.

Hay que tener paciencia.