A veces, me olvido de que estamos en pandemia. O, según los expertos, ya he normalizado la pandemia como forma de vida.
Mascarilla, gel, el paso atrás cuando estimas que te acercas demasiado, compras más rápidas ( menos lúdicas), selección de oferta de restauración según posibilidades de exterior y si no, take away, contactos sólo con la burbuja de convivencia ( ¡y muchas ganas de ampliar burbujas!) y sin salir de mi territorio…
Mi franja de edad y la consideración de que no soy esencial ( que yo ya lo sabía), me deja en los turnos más avanzados de la vacuna así que me administro dosis ingentes de máxima resignación y paciencia a tope.
El día que mi entorno esté vacunado y todos a salvo creo que viviré una experiencia mística con todos a los que quiero y a los que echo mucho de menos.
Ya me veo levitando…
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