Ya hace tiempo que no me daba por una sesión lunática. Por algún motivo desconocido, la cámara siempre estaba hostil. O no la había cargado, o no tenía tarjeta o el objetivo se negaba a avanzar hacia un zoom decente. Este fin de semana la rescaté del olvido, la cargué, le puse la tarjeta y la dejé muy a mano.
Esta noche, he sentido el verano. Por primera vez en este verano, confieso

.
Una brisa persistente, suave y muy agradable, la cigarra y los móviles de viento, las guirnaldas de luces solares y ese aroma indescriptible que mezcla sal, jazmín , tomateras y antimosquitos.

Y la luna, preciosa…
Así que : sesión lunática.




























