Feo, feo, feo.
No sé. El ambiente mediático, el de las redes sociales, es feo.
Lo es en la política: sin argumentos ni propuestas. Un batiburrillo de fealdades. Me preocupa porque creo que la gente, en general, es bella. Y no está crispada. Intenta vivir y sobrevivir sin molestar. Es paciente. Es pacífica. Es la política la que es feísima y, desgraciadamente, presumida.
Lo es en el entretenimiento: con programas feos en los que el morbo feo gana audiencia y, encima, tapando tamaña fealdad con opiniones profesionales ( Psiquiatría, Psicología, Derecho, Social, etc.) . Y digo “opiniones” porque un experto, un profesional, no realiza diagnósticos, ni sentencias firmes con la información de la que se dispone en estos productos de entretenimiento. Nunca hay olvidar que son eso, productos : tienen un coste de producción y unos beneficios económicos y unas estrategias de marketing muy definidas para ampliar los beneficios. No hay más. Un producto feo, pero producto, al fin, que puedes comprar o no.
Es importante que no se nos contagie tanta fealdad, que es como un virus. Hay que aplicar medidas ante tanta cosa fea para que lo bonito que tenemos no se minimice: mascarilla visual, distancia racional y mucha higiene mental.
Para compensar el post , una foto bonita.
Photo by Jason Leung on Unsplash
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