Credo Shop

Había llegado el día.

Tras mucho pensarlo, tras darle muchas vueltas, tras marearlo, subirlo y bajarlo, había llegado el momento de adquirir un credo.

Se arregló con especial interés. No era una jornada cualquiera, cuando volviera a su casa, sería una creyente. ¿En qué? Esa era la incógnita pero…creería en algo… Se puso una blusa camisera de color blanco y puro porque pensó que era apropiado para aquella tarde de shopping de creencias. Eligió un traje chaqueta hecho a medida de color gris marengo. La americana era entallada y la falda, le quedaba ajustada a las caderas hasta la rodilla. Ser creyente no era excluyente de ser sexy, ¿no?

Los zapatos de tacón muy alto y fino le parecieron demasiado presuntuosos y se decidió por unos más austeros, con un medio tacón que le hacía parecer más bajita y chaparra pero se desabrochó uno de los botones de la blusa para compensar el efecto. Se miró al espejo y le complació lo que veía : una mujer adulta, decidida, reflexiva…que se iba a comprar una creencia.

Dudó a la hora de escoger el bolso que llevaría. Un credo. ¿Pesaría mucho? ¿Era voluminoso? O, por el contrario, ligero como una pluma y pequeñito, como para llevarlo en un bolso bombonera. Nadie le había sabido explicar cómo era un credo, así que , ganó su lado práctico y se colgó del brazo una bandolera de tamaño mediano, que podía llevar cruzada si , al final, resultaba que las creencias pesaban demasiado.

Se sentía muy alegre. Por fin, había decidido creer en algo… Ya era hora de poder contestar a aquellas preguntas : ¿Perteneces a alguna religión? , ¿Tienes alguna creencia? Y, finalmente, la definitiva : ¿En qué crees?. Hasta ese momento de su vida, no había necesitado uno de esos credos. Había crecido en una familia afectuosa, rodeada de bondad y nunca se había planteado en que creía. Debía buscar un Dios. Una Cosmovisión. Una Espiritualidad. Algo en lo que creer…Por normalizarse. Los últimos años habían sido duros. Sus padres fallecieron en un accidente y sólo el gran amor que siempre había rodeado sus vidas , le permitió salir de ese gran pozo de tristeza que la engulló. En esa época, se dio cuenta que los que “creían” se sentían más confortados que ella . Parecía que tomaban un atajo…

Después, se enamoró de un hombre maravilloso pero… él sí que tenía una creencia. No era una de las típicas …No. El novio tenía un credo exótico : pertenecía al Movimiento Raeliano. Íban al cine, salían a cenar, tenían sesiones de sexo fantástico, conversaciones interesantes y mucha afinidad hasta que salía el tema de la Iglesia de Rael. Ella intentó comprender eso de la transferencia mental y la inmortalidad. Lo intentó con todas sus fuerzas pero fue imposible. No lo entendía. No se lo creía, vaya.

Creencias, creencias… Sus amigas , en el trabajo, hablaban de catolicismo en su versión de bodas, bautizos y comuniones. En cambio, en el supermercado , la cajera le intentaba convencer para que asistiera a una misa evangélica. En las clases de yoga, le habían hablado de la Ley del karma, del Hinduismo… Richard Gere, Budista. Tom Cruise, Cienciólogo…Todos creían en algo, incluso los que no creían en nada, creían en eso…pero ella no era ni atea, ni agnóstica…No sabía qué era aunque fuera feliz y, con la edad adulta, necesitaba una de esas creencias …para explicar su felicidad, por lo menos.

Llegó a la fachada de Credo Shop.

La tienda era preciosa. Cuando entró en aquel espacio blanco e inmaculado, lo primero que sintió fue una paz interna que ya no recordaba. Sólo la había obtenido en el pasado, en los brazos de su madre. Un gran mostrador, también blanco y brillante, delimitaba la zona de atención al público. A ambos lados, había unas estanterías de un diseño ingenioso que parecían estar suspendidas en el aire. En cada una , unos rótulos plateados anunciaban su contenido. Mientras tocaba el timbre que había en el mostrador fue leyendo : Cristianismo, Islam, Budismo, Hinduismo, Religión tradicional China, Religiones indígenas, Religiones afroameriacanas, Sijismo, Espiritismo, Judaísmo, Baha’s, Gnosticismo, Jainismo, Shintoismo, Caodaísmo, Zoroastrismo, Tenrikyo, Neopaganismo, Unitarismo universalista, Rastafarianismo, Cienciología, Religiones Varias ( Rael, Tribu Yaohanen…)

Se mareó. ¿Había tantos credos?

-. Señorita, ¿La puedo ayudar en algo?- un hombre muy alto, vestido con una bata blanca de laboratorio, la miraba fijamente. Una media sonrisa se dibujaba en sus labios.

-. Mmmm. Venía a comprar una creencia pero me ha abrumado ver que hay tantas para elegir. ¡Hasta me he mareado!

-. Tranquila, suele pasar. Dígame, ¿Había pensado en algún credo en especial? ¿Tiene alguna inclinación personal?

-. No he pensado en nada concreto. Querría algo que fuera sensible, compasivo, ético. Sin restricciones de vestuario, quiero poder ver la belleza del mundo, que se base en el amor a los demás…- Miró al vendedor- ¿Demasiadas cosas?

-. No, siga, siga. Cuanta más información, más podremos acertar en la elección.

-. A mí me funciona lo que me decía mi madre : Trata a los demás , como quieras que te traten… Ah! Y aquello de que una sonrisa gana la más dura de las batallas…¿ Hay alguna creencia que adore las sonrisas? -Preguntó esperanzada.

-. Yo la veo rodeada de mucha espiritualidad y afecto pero si insiste en tener una creencia, yo no le voy a decir que no. Estoy a quí para vender, señorita. A ver, dígame ¿ Se mueve en un ambiente conservador o liberal? ¿De qué trabaja? Si trabaja en el barrio de los Diamantes de New York, yo le aconsejaría el judaísmo. Si es Guía de Viajes en Jamaica, el Rastafarianismo puede encajar…El Cristianismo, también funciona en muchos ambientes. Ahora tenemos de oferta, el católico no practicante. Se cree lo que hay que creer pero no practica el culto…El Islam ya no se lo ofrezco, ya que no se quiere tapar… No sé. Puede ver que hay muchas opciones.

-. Y, ¿Hay alguna verdadera?-preguntó desesperada por elegir. Nunca hubiese pensado que sería tan difícil escoger la correcta.

-. En realidad, la verdadera es la que la haga ser mejor persona. No importa cual si lo que hace es mejorar su humanidad…

-. Mmmm. Ya.- ojeó la información- Pues me lo voy a tener que pensar… De verdad, creo que intento mejorar cada día. Y ayudar a los demás. Y sonreír… Y sin credos, ni nada de nada… No sé…¿Tiene muestras de las creencias más importantes para que las pruebe?.

El vendedor le preparó un paquetito con unas muestras mientras ella miraba el contenido de la estantería consignada para la Iglesia de Rael .

Cogió la bolsa con cierta aprensión. Si el objetivo era “ ser mejor”, ¿Por qué debía gastarse el dinero ( las creencias estaban carísimas!) en una? Le prometió que las estudiaría y volvería y se marchó de la tienda, abrumada por las dudas y con exceso de información.

El hombre de la bata blanca, vendedor de creencias, la observó mientras ella caminaba calle arriba, con su bolsa, con el nombre de “Credo Shop” grabado en letras blancas.

Supo que no la volvería a ver por allí: aquella mujer ya creía…

 

«Desaboría».

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¡Que me haya pasado esto a mí, la persona más sosa del mundo, tiene su gracia! Mi ex suegra me llamaba la desaborida, aunque ella lo pronunciaba más como “desaboría” y para enfatizar mi falta de gracejo, acababa la palabra con una palmadita que a mí me sonaba a tortazo en todos los morros. Sólo le faltaba el “olé”.

Yo me hubiese definido como reservada o… discreta pero, ya veis que lo estoy escribiendo en pasado: ahora soy la alegría de la huerta. Lo juro. De ser la que no hablaba en las fiestas o reuniones familiares- o sólo lo justo cuando me preguntaban-pasé a ser la “animadora-oficial” de todos los cotarros a los que asistía.  Tengo un afinado sentido del humor que me permite decir lo que es ideal en cada ocasión y, además, lo hago de forma salerosa…

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A mi alrededor, la gente suele reír. Tampoco quisiera que pensarais que soy la graciosilla de turno, de ese tipo pesado que no sabe cuando hay que parar. No, para nada.  No se pasa del desaborío al salao de forma automática. Yo soy el punto justo de sal …y reparto alegría.

Antes, me vestía con tonos neutros y sobrios. Ahora, me encantan los colores. Brillantes en primavera, de tonos pastel para los atardeceres, llamativos para las fiestas, suaves para las primeras citas… Color, color y color…

Mi ex marido me llamaba la cucarachita. No voy a negar que sintiera debilidad por el negro pero el mote… el mote me daba asquito… claro que, cómo era una desaboría, tampoco me quejaba mucho. El último día que lo vi, en el cumpleaños de un amigo común, lo dejé deslumbrado. A la tercera copa, me llamaba mi capullito de alhelí. No vamos a entrar a discernir cual de los dos era el capullo…

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Además de un espectacular cambio físico -estaba tan contenta que me hice un nuevo corte de pelo, unas mechas de color chocolate que me quedaron de muerte y perdí unos kilitos y los que me quedaban, se redistribuyeron estratégicamente en lugares sensuales -, de la renovación de mi vestuario y de la chispa alegre que irradiaba mi persona y que atraía a los demás como un imán, además de todo eso: podía poner en ese estado de gracia, a quien yo quisiera.  Nota : Campanilla y Disney a mí me han hecho mucho daño, queda claro ¿no?…

La cucarachita desaboría (mi otro yo) era muy supersticiosa. Aún hoy, no entiendo por qué pero…era de esas personas que si se les cruzaba un gato negro, vivían atemorizadas esperando “la mala fortuna”. Jamás pasaba por debajo de una escalera, temía romper un espejo  y… la sal.

La sal,  me obsesionaba.

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Mi ex marido no soportaba mi manía de no darle el salero en la mano. Lo dejaba en la mesa para que él lo cogiera…Por lo de la mala suerte… Si se derramaba un poco de sal, me daban taquicardias pensando en todos los infortunios que nos iban a caer encima e inmediatamente, lanzaba un puñado por mi lado izquierdo…Estuviera dónde estuviera y con quién estuviera. ¿Tuve yo la culpa que mi ex suegra estuviera a mi espalda y le entrara la sal en el ojo? ¿Qué hacía allí?… En fin, no podéis imaginaros la cara que se me quedó el día que en una de esas discusiones tontas con mi ex,-él tiró al suelo el salero.

No sé si leerá esto, pero si lo hace, no pude darle las gracias en su momento, así que lo hago ahora: Gracias por romper el salero, capullito de alhelí.

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Mi personalidad poco dada al dramatismo –hay que recordar que era una desaboría- me hizo actuar de la forma más práctica posible: no hay que pisar nunca la sal derramada, así que dejé que la recogiera él y,  presa del pánico, corrí a la calle en busca de un nuevo salero. Era de noche y todo estaba cerrado a esas horas. Recorrí las calles del barrio, pensando que en cualquier momento me caería una maceta de geranios en la cabeza o un meteorito cuando vi una luz…la tienda de los chinos.

Entré como una exhalación y le pregunté a la chica que había en el mostrador dónde estaba la zona del menaje del hogar. No entendió el significado de “menaje” y “hogar” la hizo fruncir el ceño pero respondió: al fondo, al fondo y yo me lancé a la carrera por un pasillo estrecho lleno de cachivaches de esos que sólo venden en los chinos. Cuando divisé la zona tuppers, ya me sentí más aliviada. Paré en seco buscando los saleros cuando de detrás de la estantería, salió un anciano chino mandarín. Lucía una sonrisa desdentada, una fina trenza de pelo cano y el típico gorrito de Fu Manchú. Su mano arrugada y tendida hacia mí, sostenía un precioso salero. Me dijo que era una figura china de los años 50, un salero muy especial…

salerochinoLo cogí, extrañada, mientras el hombre me decía: sal, cabeza, sal, cabeza. Pensé que sería el abuelo de la dependienta y que me había oído al entrar, así que cogí el salero y me dirigí a la caja. La chica miró el salero: No nuestro. Yo le respondí que me lo había dado el abuelo. ¿Abuelo? Yo sola aquí, me dijo un poco enfadada. Me hizo un gesto de despedida con la mano y me vi en la calle, con un salero.

Al volver a casa, ya más tranquila, rellené el salero y me cercioré de que no quedaban restos en el suelo… pero sí que había sal. Había montoncitos por toda la cocina… Me enfadé muchísimo con el capullito de alhelí y, en un arranque de furia, cogí mi salero nuevo y le grité : Si quieres que tengamos mala suerte, ya me tiro yo la sal encima y acabamos con esto -y con un movimiento rápido, me tiré sal por encima de la cabeza…

Una felicidad radiante inundó todo mi ser. Me pareció que la noche era la más preciosa del mundo. Tenía ganas de bailar y de reír. De salir por las calles y pasear y dejar que la brisa acariciara mi rostro… Me imaginé deleitándome con un helado de straciatella, con los pies colgando del muro del puerto… Mi ex, que lo fue oficialmente en ese mismo instante, me miraba asombrado mientras yo daba palmas y canturreaba: la desaboría,la desaboría…

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Mi estado de alegría energética me duró varios días. Mis íntimos intentaban hacerme entrar en razón y que volviera a la senda de la normalidad, menos mi amiga Puri que me hizo pensar en el chino mandarín. Y en el salero. Y en aquello que me dijo: Sal, cabeza, sal, cabeza… Así que hice el experimento: yo y Puri y el salero. Nos tiramos la sal por la cabeza y…

Alegría, alegría, alegría…

Nos atrevimos a probarlo con todo el que se dejaba y , sin quererlo, empecé a tener visitas multitudinarias de gente que quería que los “saleara”. Inevitablemente, se me iba acabando la sal… Ya había pensado que el fenómeno podía estar en la sal y no en el salero pero todo eran conjeturas y posibilidades y no estaba segura.

El viejo Fu Manchú había desaparecido del mapa (la chica de la tienda de los chinos,  me juró y perjuró que nunca había visto al chino mandarín) y yo lo único que sabía es que mi salero o mi sal, te quitaba las penas, te llenaba de alegría y positividad. Guardé las últimas raciones para uso personal y llegó el día que tuve que rellenar el salero, de nuevo.

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¿Os podéis creer que funcionó a la perfección?… El salero. Era el salero.

Este, es un gran tesoro que yo poseo y que  me obliga a llevar una vida extraña aunque dichosa. Estoy encerrada en casa. No en plan prisión, no os vayáis a pensar. Más en plan paraíso controlado: mi casa tiene mucha luz y habitaciones espaciosas. Es un lugar precioso pero… se ha corrido la voz de lo del salero y ya me lo han intentado robar varias veces… Ahora, lo tengo en una vitrina con unos cristales de máxima seguridad que se abren con una contraseña que sólo conozco yo.

Y estoy todo el día a su lado. Vigilándolo…Eso sí, con alegría.

Una de las cosas que más hago es conectarme a la red y visitar los blogs que me gustan. Puri me ha hablado de este libro “Objetos sencillos que tienes en casa” y creo que es un buen lugar para divulgar mi historia.

El salero sólo funciona cuando lo utilizo yo. Soy yo la que me encontré al chino mandarín y fue a mí a la que dio el salero así que, ahora que ya es público, sé que me quieren a mí y al salero. No sé cuánto tiempo tardarán en conseguir burlar los sistemas de seguridad pero me temo que ya están cerca de conseguirlo.

Son muchos: unos que lo que quieren es la gallina de los huevos de oro, otros que lo que quieren evitar es que la gente esté contenta y… la familia del capullito de alhelí que no puede soportar que la desaboría sea tan salá… Demasiados enemigos de la alegría…

En caso de que yo y mi salero, desaparezcamos de la faz de la tierra, me gustaría que no se olvidara mi historia…ni a mi salero…

Ni que nada pueda con la alegría.

Puri os avisará si pasa algo.

Gracias a todos.

Capítulo 7 de : «Objetos sencillos que tienes en casa».

Perdedores.

Entre dos de los temas propuestos ( «Los Sentidos» y «Perdedores») en el Grupo de Escritura de Soopbook, he elegido el segundo.

Las normas del grupo permiten como máximo, 1200 palabras y he condensado una idea que me daba para unas cuantas palabras más…

Perdedores

-. … ¡Qué pasen Amancio y Borja, los concursantes que han llegado a la gran final de la I Edición del Reality Show : Los Perdedores.

Un estruendo en forma de aplauso , enmudeció la voz del famoso presentador de televisión, Javier Mario Numberone, conocido por J.M. Inclinó la cabeza , en un gesto reverencial hacia el público y esperó que los aplausos fueran más tenues para levantar la mirada y fijar su vista en un punto indeterminado del plató.

-. Durante seis semanas, hemos seguido las andanzas de nuestros perdedores. La audiencia ha ido conociendo a los concursantes y han ido evaluando su evolución en el concurso. Ustedes han sido los verdaderos protagonistas de Perdedores ya que con sus votos, hemos llegado a esta noche.- JM inspiró y dejó que la pausa se alargará un poco más… Tensión…Millones de personas estaban siguiendo la Gala en directo – Sólo dos perdedores han conseguido superar las difíciles pruebas de supervivencia. Sólo dos, optaran esta noche al premio de Perdedor del año.

 JM se dirigió a una gran puerta metálica que había en un extremo del plató – No esperemos más, aquí están : Amancio y Borja. Un gran aplauso para nuestros Perdedores... Mientras se unía al aplauso del público, se maravilló, una vez más, que le hubiese llegado el éxito , presentando un Reality Show como aquel. Cuando más se hundían los concursantes y más miserias eran grabadas en directo, más subía la audiencia…y más famoso era él…JM, , presentador de fama mundial, observó a los concursantes.

Amancio : Hombre de 43 años. Los reporteros encargados de la selección de concursantes, lo encontraron en la cola de la Oficina de Empleo. Era el último de una larga fila que daba la vuelta a la manzana. Su mirada era un fiel reflejo de la derrota. Amancio no había podido conservar un empleo, jamás. No era por su culpa : las empresas en las que trabajaba, cerraban por quiebra, por traslado, por jubilación…

Se decidió a montar su propia empresa de jardinería que era su gran pasión, pero aunque tenía muchos clientes, menos de la mitad hacían efectivos los pagos, por lo que al cabo de un tiempo, fue él el que tuvo que cerrar el negocio. Mimos para Tu Jardín, se llamaba…

En el interludio, su novia se cansó de esperar que pudieran tener una estabilidad para alquilar un pisito e iniciar una vida en común. Lo abandonó tras quince años de noviazgo y se casó . Estaba esperando gemelos. Amancio se sumió en una depresión profunda.

Vivía con sus padres , aunque ahora pendía una orden de desahucio sobre el piso que habitaban. Con lo que les quedaba de pensión de jubilación y los gastos de Amancio, no les llegaba para pagar la hipoteca.

Hace unos meses , tuvo un accidente con su vieja motocicleta. Justamente, un día después de que venciera su póliza del seguro. Ahora, está realizando trabajos sociales para poder pagar los destrozos que ocasionó en la terraza del Restaurante contra el que embistió su vieja vespino.

En el centro social ha conocido a Lucía, una voluntaria que realiza trabajos en la cocina y que le ha conseguido un trabajo de jardinero en la casa de unos familiares. Está sentada entre el público. Le brillan los ojos cuando ve aparecer a Amancio.

Borja : Hombre, de 55 años. Abogado matrimonialista. Lo encontraron en la puerta de un cajero automático, durmiendo encima del suelo y tapado con cartones. Estaba muy lejos de su barrio, de su ciudad. Vivía en las calles de un lugar en el que nadie lo conocía .

Tenía tres casas, un yate, varios coches y una mujer que no era modelo, porque él no la dejaba. Era coleccionista de relojes y un gourmet de gustos muy caros . Además de todo eso, era cocainómano. Siempre mierda de la mejor calidad . La más pura. Cuando se le rayó el cerebro por exceso del polvo blanco, su exitosa carrera en el mundo del derecho se vino abajo. Su carácter presuntuoso y tirano se fue gangrenando hasta llegar a ser en extremo violento. Si no tenía coca, se le comían los demonios. Al final, los demonios se le acabaron comiendo toda su fortuna, se quedó sin casas, sin yates, sin coches …

Su mujer lo abandonó cuando les embargaron la segunda de las casas ( la de la playa , en Ibiza) . Después, lo dejaron todos y pasó de ser cocainómano a ser alcohólico. Siempre tenía alguna moneda para comprar vino en tetra-brick y entrar en un sopor automático. Aún hundido en la miseria, no dejó que su carácter soberbio y agresivo se hundiera con él. Antes de poder ofrecerle participar en el Reality Los Perdedores, los reporteros habían recibido un buen baño de escupitajos e insultos.

Tanto Amancio como Borja, habían sido escogidos por la audiencia para llegar a la gran final. Amancio tenía una mirada triste y entró , andando con inseguridad y la cabeza gacha. Borja, al contrario, en esos momentos no parecía un perdedor. Duchado, vestido con ropa nueva y con el pelo engominado lucía cómo lo que no era. Sólo cuando veías aquellas profundas sombras oscuras debajo de los ojos, apreciabas su aspecto demacrado.

Se sentaron en unos taburetes en el centro del plató, bajo un foco de luz cruel. El ganador de Perdedores, conseguiría una importante suma de dinero y un trabajo en la televisión como tertuliano político. El perdedor, recibiría una compensación económica menor.

Amancio levantó la cabeza y buscó entre el público. Cuando sus ojos identificaron a Lucía y sus miradas conectaron, sintió millones de mariposas revoloteando en su estómago. Haber llegado a la final ya era un gran éxito. Con la cuantía del premio, podría solucionar el problema de la hipoteca de la casa de sus padres y devolverles el dinero que le habían prestado para su empresa de jardinería. Sólo le quedaba ese último tramo…Ya casi había acabado…Le lanzó una tímida sonrisa a Lucía…

Borja también estaba buscando a alguien. No sabía a quién, ya que había expulsado a todos los seres queridos de su vida pero, entonces, descubrió a la rubia despampanante con grandes pechos redondos y una sonrisa estirada al límite. ¡Su ex mujer! La observó y reparó en sus ojos de grandes pupilas dilatadas y supo que en aquel bolsito bombonera , aquella tipa llevaba algunos gramitos de ala de mosca…Algo se contrajo en sus tripas… Le guiñó un ojo , con gesto lascivo.

-. Uno de ellos se convertirá, por fin, en “el ganador” y será con su participación y sus votos.- JM afinó su entonación– No olviden enviar su mensaje(*) al 666 con la palabra Amancio si él es su elegido o al 666 seguido del nombre de Borja, si prefieren a éste concursante.

 (*)  3 $ por mensaje

 (…)

Borja miró el cheque. “Él” era el ganador. Había vencido, con diferencia, … Dinero, fama … Una sonrisa se expandió en su rostro. Miró los pechos de su ex mujer que habían aumentado un par de tallas desde la última vez que la vio. Después, se inclinó, cogió el rulo que había hecho con un billete y aspiró con fuerza…

 

 

Las Bolas tienen un Book-Trailer!

Sí! Un book-trailer!

Bo y Las estaban tan tranquilas y ,de repente, se ven en formato de libro de digital y participando en una muestra de trailers.

Ha sido la gente de SoopBook con su idea ( son perseverantes) de introducirnos en todo este planeta digital que rodea al libro.

Las nuevas tecnologías están obligando a las editoriales a adaptarse a las nuevas formas de estos mercados que más que emergentes, son aplastantes. No es suficiente con la promoción en el punto de venta. Ahora, hay que estar en la red aunque tu libro sea de papel: en foros, en portales , en las redes sociales y, por supuesto, con el correspondiente book-trailer en YouTube. En poco tiempo , ( si no es ya , en «el ahora mismo»), cualquier libro que se precie , deberá tener su trailer.

Stephen King ya hace tiempo que lo tiene claro.

Es todo un reto, aplicar la metodología del lenguaje cinematográfico a los libros y transformar las letras, en un conjunto de imágenes ( con o sin movimiento) que venden el argumento de la obra, enganchan al consumidor  y le crea expectativa …y le hace comprar ese libro…Es una técnica muy reciente que, aunque ha crecido de forma vertiginosa, nació en el 2003, en una convención del sector en USA en la que se presentó el libro «Sinfonía Oscura» de Christine Feehan con un book-trailer.

Hace poco tuve noticia en Twitter de este trailer de la última novela de Pepe Colubi » California 83″, realizado por la Agencia Espora . Un trabajo excelente que , creo, promociona con acierto este libro ( que tengo encargado y que nunca llega…).

Esto es para que se entienda que el trailer de Las Bolas que os presento a continuación, es una producción casera ( pero elaborada con mucho cariño) . Hecha con el iMovie y las propias viñetas de Las Bolas ( al ser humor gráfico ha sido más fácil de montar «visualmente»).

Sin más preámbulos, os presento mi primer Book-Trailer :

 

 

 

ePub : probando…

Ya hace un tiempo que estoy interesada en los formatos digitales y, en concreto, en los libros electrónicos.

Ya me había descargado algunos libros en mi iPad y, sorprendentemente, muchas noches antes de ir a dormir, en mi ratito de lectura previa al paso al Morfeo’s world, lo que sostienen mis manos es el artilugio de Apple y no un libro tradicional. Por otro lado, los blogs de WordPress que sigo, se leen muy cómodamente y en un formato fantástico, cuando se hace desde un dispositivo de lectura electrónica , por lo que muchas lecturas de las entradas del día, también las hago desde el iPad.

En SoopBook, ya hace un tiempo que anunciaban la apertura de una tienda de libros en formato ePub y la posibilidad de convertir a dicho formato,  las obras que se crean en esta red.

Yo tenía mis viñetas cómicas de «Las Bolas» en formato blog, pero tenía muchas ganas de compilarlas en un único formato para que se pudieran leer «a vuelta de página» y no «de clic en clic «y «de post en post».

Imposible resistirme… He creado un libro en SoopBook, con todas las bolas y lo he pasado a formato ePub. El resultado ha sido fantástico  y el procedimiento , rápido y sencillo.

Las Bolas, ya está en la tienda de SoopBook para su descarga gratuita.He estrenado la categoría de Humor ( Tiras Cómicas).

SoopBook Shop

N.B 1 : A Bo y Las,  les ha encantado su ebook….

N.B 2 : Más información sobre el formato  EPUB. Aquí.

 

 

Echarse flores ( o bombones)…

O no tener abuela…Que viene a ser lo mismo que el autobombo .

Spoiler : que es , exactamente, lo que voy a hacer en este post .

Es un poco feo, lo sé, pero no puedo evitar escribirlo y, echarme las flores pertinentes, claro.

En primer lugar, está el amigo Arístides , contribuyendo a crear un «monstruo» al dejar su comentario que me ha llegado a mi alma de escritora y que ha impactado profundamente en casa, donde ahora me llaman «bombonera» ; – ) .

Hoy, mientras saboreaba una pastilla de chocolate me ha dado en pensar en que su dulzor amargo recuerda a la grandeza de esos escritores cotidianos. Sí, cotidiano de diario. De todos los días. Gente que escribe sin cobrar derechos de autor y que nos dejan todos los días su dulzor sin que lo sepamos degustar.
Plumillas que transmiten en sus textos un poquito de su alma y que se convierten en bocados de delicatessen. Algo de eso me sucede con esta bitácora. Me siento afortunado de leer a una escritora de bombonera, con chocolatinas de muchas texturas y sabores en su interior.
Un abrazo.

Lo he copiado y pegado y al reelerlo aún lo veo más bonito…Gracias, Arístides.

Esto ya me plantó una sonrisa en la cara en la noche del viernes que funcionó como una perfecta noche de viernes ( y en ambiente primaveral-veraniego).

Hoy, tras un buen despertar, descubro que he ganado la Semana4 del Grupo de Escritura de Soopbook con el relato «El increíble caso de Apola Calíope» y me ha invadido esa extraña y profunda alegría que aún me dura y que he contagiado al entorno…

La fluidez-esa del universo confabulado a mi favor, me ha regalado un día en el que todo parece estar en equilibrio , en armonía. Los colores son especiales, está todo tranquilo y tengo todo el tiempo del mundo para hacer lo que me plazca…

Exactamente lo que se merece una escritora de bombonera… ; – ) – ¿Lo veís? : Un monstruo!

Feliz Fin de Semana.

 

 

 

 

 

 

El sillón de los abrazos.

Me llaman pija pero yo digo que lo que soy es fashion. Cool total. Tampoco me importa mucho que me llamen pija, la verdad . Me da absolutamente igual : ni juro por Snoopy ni hablo arrastrando el osea’s. Simplemente, me gustan las cosas de marca:  lujo y trendy.

Si entras en mi casa, en esta preciosa urbanización residencial tipo Wisteria Lane, te encontrarás con un mundo que parece sacado de una revista de decoración y… estarás en lo cierto: lo he copiado de las revistas de decoración… Y, además, copiar, lo que se dice copiar total.  Pero no a base de imitaciones. ¡Eso nunca!. Todo lo que ves original.

Ese jarroncito tan mono , el gabinete lacado, la mesa tallada, las velas gigantes, el cuadro del tiburón y la escultura de látex …todas esas cosas están firmadas por diseñadores de prestigio . Los más in del momento, por supuesto. Así que no sé porque estoy escribiendo esto en “Objetos sencillos que tienes en casa” porque yo, en casa tengo de todo menos “Objetos Sencillos”.

Pero…también tengo el sillón. Mi lujoso y super-fashion sillón que no tiene nada de sencillo ( que conste) pero que hace cosas increíbles como todos estos objetos que aparecen por aquí.

Por cierto, debo decir que el salero ese es horroso ( parece de restaurante de menú de polígono industrial) y…la cafetera vieja. ¿Nadie le ha hablado a esa persona de George Clooney y sus deliciosas ( y monísimas) capsulitas?…No sé, me parece que aquí no se tiene en cuenta el diseño. Quiero decir al que lleve este tema del libro, que  tenga más cuidado al seleccionar los objetos.

El sillón es uno de los últimos diseños de Giacomo Abbraccio y lo adquirí en la Feria de Milán . Es una serie limitada. Sólo se han fabricado tres ( tengo un certificado en el expediente del sillón que confirma esto que os digo. Es más, siempre que puedo, enseño a mis invitados estos certificados…Para que quede claro que todo es o-r-i-g-i-n-a-l ).  No os diré lo que cuesta , eso me parece una vulgaridad, pero para que os hagáis una idea, el día que lo compré, se organizó una pequeña fiesta para que conociera al Signore Abbraccio . Os confesaré que me llevé una decepción cuando lo vi por primera vez, ya que era un hombre mayor con una larga barba blanca ( odio las barbas) , vestido con una túnica de lino marrón y una extraña gorra. Me pareció muy excéntrico  pero no del tipo Monsieur Dior Galiano. Más bien, en plan anacoreta.

No conectamos.

Cuando me lo presentaron, me miró a los ojos y negó con la cabeza. Por un momento pensé que no quería firmarme mi sillón de Edición Limitada pero, con ese mismo gesto de negación , cogió un rotulador indeleble y rubricó su firma en la parte trasera del mueble. Si me hubiese dejado elegir, le hubiese pedido que lo hiciera en el frontal (que se ve más) pero prácticamente, no pude ni abrir la boca. El artista, al que acompañaba una traductora , le pidió que me explicara yo sé qué tontería de los abrazos.

Si amas o te ama, la persona que abrazas puedes obtener un estado de paz y confort inigualable en esos brazos”.

Bla, bla, bla… Le dije que: Gracias, que muy bonito y tras tomarme una copita de Champagne, salí de allí lo más rápidamente que pude y que me dejaron los preciosos zapatos Louboutin que me había comprado para la ocasión.

El sillón es  un éxito. Todos mis invitados quieren sentarse en él y, algunos, se pasan allí horas, abrazados… No sólo me dan las gracias efusivamente. Lo hacen “muy efusivamente”, tanto que me molestan esos achuchones y esos besos en la mejilla. ¿Qué no saben que sólo hay que rozar el aire entre-pómulos?…pero no, ellos se levantan del sillón absolutamente emocionados y con ganas de hacérmelo saber.

Y los entiendo. Sólo lo he sentido una vez. En una única ocasión.

Mi madre vino a visitarme y se sentó en el sillón. Yo me coloqué en mi lugar ( ¿ Os he dicho que es un sillón de dos plazas? ) y, sin saber muy bien por qué, la abracé. Rodeé su cuerpo con mis brazos y me dejé caer sobre su hombro. Aspiré su suave perfume de lilas y…sentí como una gran caricia, recogida .Interna. Llegó hasta mi corazón y lo meció suavemente. Después, una sensación de paz inmensa que, en vez de quedarse por dentro, irradiaba hacia fuera y, finalmente , el confort de mi alma, absolutamente sosegada y dulcemente adormecida…

El impacto es tan profundo que te engancha como una droga. Hasta ahora, venía mi madre una vez al mes y nos abrazábamos para recibir mi dosis pero ,ahora, ella está ocupada. De crucero en crucero… En estos momentos, exactamente, en Aruba… Supongo que tuvo algo que ver, el abrazo de tres horas con el Sr. Martínez, un hombre que conoció en la consulta del dentista. Un Jubilado que tenía una Colchonería de barrio en la que vendía unas almohadas muy cutres. ..Por cierto, fue él el que me habló de esta web….

Como mamá está de viaje, he tenido que recurrir a amigos y conocidos. Incluso vecinos.   Me he ido sentando ahí, en el sillón, y me he dejado abrazar pero… no he vuelto a sentir nada igual. Y ya llevo demasiado tiempo sin “eso”.

No me gusta  que me arruguen la ropa, ni que me opriman los pechos-que son perfectos -, ni que me despeinen,…Poneos en mi lugar y entenderéis que para mí es un sacrificio  tener que hacer todas esas cosas para poder sentir lo que se siente en el sillón pero estoy dispuesta a todo.

Incluso, estoy dispuesta a que me toquen…

Si sabéis de alguien –si puede ser bien situado, de apariencia agradable y sin barba-que quiera venir a abrazarme, que contacte aquí.

Urgentemente.

NB1 : Para ByPils: Adjunto la foto del sillón para que no ponga una de esas fotos sosas con las que ilustra” Los objetos”.

NB2 : NO, N-O vendo el sillón. Abstenerse los interesados.

 

Otro relato del libro «Objetos sencillos que tienes en casa» en Soopbook.com

Soopbookeando, again.

Ya estoy en la Semana4 del Grupo de Escritura de Soopbook.

El texto que presenté bajo el lema «Tocando fondo», resultó ganador (compartido con Sherezade y su color Negro) y , por lo tanto, nos tocó a las dos elegir tema. Sherezade eligió : Aquellas Canciones y yo La Palabra Oculta.

Fue una experiencia muy grata y emocionante. Sigo pensando que es un buen ejercicio de aprendizaje el que, cada semana, escribas o leas sobre lo que los miembros del grupo «crean» a partir de un tema. Puede ser un poema, un microrelato, un guión…Es fascinante ver como cada uno plantea su punto de vista, lo diferentes que son todos y la creatividad que desborda de cada uno.

Es una herramienta fantástica para aquellos que aman escribir, leer y compartir.

Esta semana, la cuarta, sigo participando en la lista de «escritores». He presentado mi texto bajo el lema Aquellas Canciones.

Aquí lo dejo…también.

El increíble caso de Apola Calíope.

Lo llamaron a las siete de la mañana.
Cecilio Ceres había sido encontrado muerto en su despacho y reclamaban su presencia en el lugar del suceso.
El Profesor Cecilio Ceres era un reconocido musicólogo, famoso conferenciante internacional, e investigador de renombre. El hombre había muerto, tapándose las orejas, con un gesto de terror en el rostro. Lo habían encontrado arrodillado, delante de un diván freudiano… Nada hacía pensar que la muerte no fuera por causas naturales pero, la notoriedad del personaje y las extrañas circunstancias, habían activado el código rojo en la Brigada de Homicidios.
Seren examinó concienzudamente la escena del crimen. Su nombre completo, Serindipity García, describía a la perfección su habilidad. Era un experto en hallazgos afortunados que ayudaban a resolver los casos.
Revisó todo papel que encontró, mientras su mente procesaba datos fortuitos .Fue entonces cuando un nombre se hizo evidente: Pola. Se repetía con asiduidad en las entradas de la agenda del profesor.
Oyó el click familiar en su cabeza, que le indicaba que había encontrado una pista y se concentró en Pola. Encontró un abultado expediente, con las transcripciones de entrevistas, fotografías de Pola, Cd’s de diferentes estilos musicales y un pequeño cuaderno en el que el profesor estaba escribiendo un ensayo : El poder de la música : aquellas canciones.
Apola Calíope ( alias Pola), 32 años. Mujer. Licenciada en Bellas Artes.
Acudió a la consulta, diciendo que había canciones que la dominaban y la obligaban a hacer cosas. El profesor, había subrayado la frase : las canciones me poseen. Tras derivarla a un psiquiatra amigo, la paciente volvió a visitarlo con un diagnóstico de normalidad y una efusiva recomendación de su colega para que prestara atención al caso.
El primer día de sesión ,Pola le explicó al profesor que si escuchaba Love is in the air, se enamoraba de quien ella eligiera , en sentido bidireccional. Lo hacía “conectándose” con la canción. ¿Love is in the air?
A Seren le impactó aquella mujer y su extraña locura e, incluso, sintió compasión por la muchacha de ojos castaños y tristes pero… la investigación de Celestino Ceres y sus primeras conclusiones le dejaron estupefacto: el profesor explicaba detalladamente los factores neurológicos que podían favorecer esa extraña transmisión de energía y describía varias pruebas empíricas en las que Pola, con Love is in the air, consiguió actuar de Cupido de forma dirigida. La comprobación de más de 25 enamoramientos intencionados, confirmaron que Pola era especial.
El problema, según consignaba el erudito, residía en que Pola no sabía que canciones la poseían, cuales activaban sus poderes especiales y, tampoco, en qué consistían esos poderes. Love is in the air, había sido un hallazgo fortuito y sólo se había producido otra posesión con You are the sunshine of my life , canción que hacía que Pola brillara y repartiera luz. El profesor describía profusamente el “estado de paz” que se sentía si se estaba cerca de Pola cuando irradiaba la luz… En este punto de la lectura, Seren ya empezaba a sospechar que el eminente Profesor Celestino Ceres estaba tan loco como la tal Pola. ¿Qué una canción te posee ¿ ¿Qué tontería era esa?
¿Amor?, ¿Luz?, ¿Paz?…
Estuvo a punto de abandonar el expediente pero la curiosidad pudo con él y se llevó toda la documentación a su casa para continuar con la investigación.
El profesor , con una fe absoluta hacia Pola, ideó un sistema para identificar las canciones que funcionaban y las que no. Durante meses, escucharon canciones.
Miles, millones de canciones.
No hicieron grandes avances y sólo consiguieron identificar que con Think, Pola podía desparecer , si conectaba justo en el momento en el que la canción atacaba el estribillo del Freedom.
¿Desaparecer?
Se hizo de día y se preparó para asistir a la reunión de la Brigada, cuando sintió el click serendípico : “Rolling Stones”. En la última entrada del ensayo del profesor describía una sesión con canciones del grupo para la siguiente sesión con Pola. No había fecha consignada y no sabía si se había producido, pero pensó en comprobar unos detalles…
Pasó por la consulta del profesor y pidió la cinta de vídeo de seguridad del edificio. Después, entró en la sala donde se hacían las sesiones y miró el anticuado reproductor de CD’s. La funda que había sobre el aparato, era de uno de los trabajos de los Rolling : Let it Bleed. La pista en la que se había parado era la número 7, por lo que supuso que era la número 6 la última canción que habían escuchado entera. Miró la carátula del CD y apuntó el título: Midnight Rambler.
Ya en su despacho, visionó la cinta y vio la figura de Pola adentrándose en el ascensor. La hora de entrada de la mujer y la supuesta hora de la muerte del profesor parecían coincidir. Tecleó en su ordenador el título de la canción de los Rolling y descubrió que explicaba la historia de un asesino, el estrangulador de Boston…
Y entonces… casi pudo ver a Pola, estirándose en el diván y colocándose los auriculares. Al profesor pasando las canciones, con el mando a distancia, mientras ella negaba con la cabeza y, finalmente, el cambio en la rigidez de su cuerpo cuando Midnight Rambler empezó a sonar, la mirada brillante y febril, aquella extraña sonrisa en la cara de Pola… El profesor Cecilio Ceres, muriéndose mientras la canción le iba taladrando el cerebro y a Pola la poseía la canción y la conectaba con la muerte.
Era ella. Se lo decía el click.
La detención fue rápida y limpia. Interrogó a Pola para saber cómo había asesinado al profesor, pero la chica se limitó a decirle que las canciones la poseían y que ella no sabía ni qué canción lo haría ni que es lo que pasaría si encontraban una con la que conectara. Lloró por el profesor y confesó que había sido ella la culpable de su muerte. Le pidió que la ayudara, le rogó que buscara a alguien que pudiera solucionar su problema pero Seren, tras obtener la confesión le dijo que intentaría interceder para que la internaran en un centro psiquiátrico. Fue ese el momento en que Pola pareció rehacerse . Dejó de llorar y su mirada se endureció y le preguntó, directamente, si Seren la creía. Y , él, incapaz de mentir ante el escrutinio de esos ojos , le dijo la verdad : Pola, creo que no estás bien. Las canciones no pueden poseerte. Necesitas ayuda.
Fue la última vez que vio a Pola.
Tras acabar el informe y el papeleo, Seren se dirigía hacia los calabozos para hablar con ella antes de ser llevada ante el juez , cuando oyó a uno de los Agentes comentar que “había dejado que la chica de los ojos marrones se quedará el iPod”.
Click.
¿Pola con acceso a las canciones?
Corrió hacia la celda.
El iPod estaba en el suelo y allí no había nadie.
Nadie.
Tembló al recoger el reproductor de mp3 y se estremeció al ponerse los auriculares: la potente voz de Aretha Franklin cantando Think, reverberó en sus oídos.
Freedom.
…………………………………………..

Think

B.S.O El caso de Apola Calíope
http://open.spotify.com/user/bypils/playlist/0JRUIXSh2GSioTpY5kIbrU

Soopbookeando.

Soopbook, un portal para crear libros 2.0 y literatura colaborativa, me ha robado el corazón. Algo que se inició como una exploración, como un experimento entre las tantas cosas a las que me apunto, se ha convertido en un oasis para mis letras.

Además de ir creando mi libro 2.o «Objetos sencillos que tienes en casa» (del que voy colgando los textos en el blog -un lápiz, un sofá, un cuchillo y un tenedor, una almohada, unas pastilla de jabón y una cafetera-) , pertenezco a un grupo de escritores noveles-aficionados-enamorados de los relatos de nombre «Sala de Escritura» que hace tres semanas que funciona. Cada semana el autor ganador , propone un tema,  para que el resto ( diez por vuelta) escríbamos nuestra aportación.  Esta semana he presentado el texto bajo el lema «Tocar fondo» que es el que tocaba…

Aquí os lo dejo.

Tocar Fondo

Estoy muy cansado… Me asfixio, me falta el aire…

Prefiero dejarme ir, flotar, hundirme, morir,…No hacer nada porque ya no tengo fuerzas para hacer nada. Nada. Eso es lo que siento que soy en estos momentos, una gran Nada que pesa toneladas de Nada, en medio de la Nada absoluta…

¿Qué se va a perder?, ¿Una vida triste y gris?…

¿Quién me va a echar de menos? En mi Nada no hay Nadie. Los he ido expulsando de mi vida, poco a poco… He sido egoísta y no he querido amar.  Ha sido tanto el dolor que ha padecido mi alma,  que escogí no amar para no perder… Para no sufrir…

Si no hay Nada ni Nadie que me importe, Nada ni Nadie me hará sufrir. Y no he sufrido pero… me he quedado vacío. Tan, tan hueco de todo, que me extraña que ahora mismo no pueda flotar…

Me estoy meciendo, empiezo a bajar. No quiero moverme. No quiero respirar.

Me sorprende un tópico: mi vida pasa por delante de mis ojos en pequeños retazos de imágenes y sensaciones.

Me veo de niño, sonriendo, con aquel gran paquete envuelto con papel de regalo, que contenía ese velero auto dirigido con el que tantos mares exploré.

La sonrisa de mi madre, a la vera de la barbacoa en la playa, asando unas sardinas mientras nos observaba chapotear en la orilla.

Veo la cara de Mar, sus ojos irisados y también brillantes diciéndome que sería mi compañera de vida.

Una imagen de una rosa blanca encima de una lápida y la tristeza inmensa al decir adiós al amor de mi vida.

La mano de mi sobrino, envuelta en la mía. Sus ojos arrobados mientras le explico los secretos de mi antiguo velero de juguete.

Una comida familiar salpicada de risas. Oigo las risas.

Las oigo.

El rostro de mi madre, de nuevo pero envejecido… con esa gran sonrisa eterna mientras me abrazaba, ayer, antes de lanzarme a este viaje maldito.

Oigo a Mar diciéndome Vive por mí.

Todo brilla.

Resplandece.

Siento que he vivido con los ojos cerrados y no he podido percibir esos deliciosos destellos de luz que irradian los que me rodean pero, ahora, a punto de dejar que mis pulmones se inunden de agua, estoy abriendo los ojos y, aunque todo está oscuro, yo veo como brilla.

Y no quiero dejar de verlo.

Mis manos y mis pies despiertan y empiezan a moverse, buscando el mejor movimiento para emerger hacia la luz que yo veo, aunque ahí fuera la noche sea profunda.

La sonrisa de mi madre y la voz de Mar, me impulsan hacia arriba. Mis pulmones están a punto de estallar pero una fuerza brillante me anima.

Subo, subo, subo…y, por fin, respiro. Lo hago con furia, mientras el agua se mezcla con ese aire frío que me vuelve brillante y poderoso. Me bebo el oxígeno a grandes bocanadas, mientras mi cuerpo reacciona con violencia a esta nueva situación.

No quiero hundirme.

Estoy exhausto pero feliz. He visto toda la luz que me rodea y no quiero perderme en este mar oscuro.

Lentamente, mi respiración se acompasa. Me tiendo sobre el agua, mirando hacia el cielo, con los brazos en cruz. Me río, pensando que estoy haciendo el muerto cuando lo que he decidido es vivir.

El agua me mece y me lleva. Mis músculos se relajan y se preparan: hay que nadar hacia ese mundo brillante que me espera.

Algo me roza el brazo y me inquieta pero me hace sentir vivo. Tengo miedo y después de tanto tiempo sin Nada ni Nadie, recibo con placer un sentimiento, aunque sea ese.

Nado, nado, nado y nado.

Mi mente me tatarea una canción y acoplo el ritmo de mis brazos a lo que oigo en mi cabeza.

Nado, nado y nado.

Sólo me importa avanzar.

Nadando.

Cuando acaba la música,  mis brazos y piernas se hacen más pesados. Me preparo para descansar, de nuevo. Parar, relajarme y seguir nadando hacia la luz pero, cuando mis piernas alcanzan la posición vertical, siento algo en la punta de los dedos.

Es algo mórbido y mullido, que me acaricia los pies y que siento como una delicada caricia.

Me conforta.

Me deleito en la sensación, intentando mantenerme a flote hasta que mi cerebro procesa una posibilidad.

El fondo.

Estoy tocando fondo.

Me impulso pero esta vez hacia abajo y las plantas de mis pies chocan con una superficie arenosa que me llena de alegría.

La energía es tan poderosa que me permite dar unas brazadas más, venciendo a mi cuerpo que ahora es de plomo, e incorporarme, emergiendo del agua, con mis pies firmemente clavados en la fina textura de esa arena milagrosa.

Camino sin ver, arrastrándome, dejando surcos que anuncian que estoy vivo.

Me derrumbo en una playa pequeña, en la arena seca que aún conserva la tibieza del sol.

Encima de mí, un manto de estrellas relucientes me da la bienvenida.

Todo brilla.

 

La almohada.

Los que duermen sin ella, no entenderán la importancia del gesto que hice al donarla. Por el bien de la humanidad, me dije. Y , claro, el concepto de humanidad es tan trascendente que no hubiese podido dormir ( con almohada o sin almohada) durante el resto de mi vida si no hubiese compartido los dones de la mía…

Curiosamente, ahora que ya no la tengo,  empiezo a sospechar que la cabeza que se apoya , también es importante en la ecuación pero… dejad que os explique un poco esto de la almohada.

Mi vida estaba anclada en una cierta normalidad, hasta que descubrí a mi mujer ( siete años de feliz matrimonio!), refocilándose en mi cama, con un tipo alto y moreno. No quiero entrar en detalles y es mejor que no lo haga pero si que quiero incidir en uno en concreto . Cuando abrí la puerta del dormitorio conyugal (había dado la vuelta del camino del trabajo para ir a buscar mi móvil, olvidado en casa, cargándose en la mesilla de noche. Más típico, imposible), la imagen que vi y que quedó grabada en mi cerebro , a cámara lenta, fue la de las manos morenas de aquel hombre, sosteniendo mi almohada e iniciando la acción de “te la coloco bajo el trasero para alzarte las caderas”… Mi mujer, mi almohada, …mis cuernos.

Nos separamos (tampoco entraré en detalles) e inicié mi solitaria vida actual en un pequeño apartamento que pude comprar con la mitad de la venta de la casa común. No quise ninguno de los muebles, ni cuadros, floreros o floripondios que me recordarán a la traidora. Sólo incauté mi colección de música, mis libros, mis utensilios de cocina de calidad chef ( espero que el tipo alto y moreno sepa cocinar como yo) y objetos sencillos que eran míos y tenían un valor especial para mí : dos juegos de toallas bordadas por mi madre, con mis iniciales ( nunca le había gustado mi ex mujer y se había negado a bordar las suyas), una camiseta del Barça firmada por Ronaldinho y una bola de nieve que compré en Nueva York, en un viaje con mis amigos antes de liarme con la traidora.

Adquirí mis nuevos muebles en IKEA y me dediqué a abrir las cajas que se habían quedado apiladas tras la mudanza. Coloqué los libros, los CD, la bola de nieve… Abrí la última caja y saqué la camiseta, las toallas ( ¡Qué lista era mi madre!) y… allí estaba , aplastada contra el fondo de la caja, la asquerosa almohada que había sido mía , antes de la traición.

Puedo entender que mi ex la pusiera allí sin mala intención… Casi me lo creo. Soy de ese tipo de ser humano que si no tiene la almohada precisa, justa y exacta, duerme mal, se despierta con terribles dolores de cuello o… directamente no duerme. Y me había costado mucho encontrar “La Almohada Perfecta”… ¡Tantas pruebas, tantas almohadas! Pillow, no pillow;  con forma cervical, alargada o en forma de cuadrante, de consistencia baja, media, intensa o dura; de plumas o de látex; aromatizada, ecológica…

Tras muchas noches sin descansar bien había encontrado “La Almohada Perfecta”  y esa era la que el tipo alto y moreno había utilizado para…en fin, prefiero no conjurar esa imagen. Estoy casi curado. Casi…

Con guantes de látex, le hice una autopsia a La Almohada Perfecta con todo el dolor de mi corazón pero… no pude evitar sentirme extrañamente liberado cuando el cuchillo jamonero rasgaba las última porciones de  plumas y jirones de tela… Me cargué la almohada…

 

Así que volví a empezar la búsqueda. El modelo de la tristemente desaparecida almohada, estaba descatalogado y probé otros similares pero nada. Fui a todas las tiendas especializadas que hay en mi ciudad, compré por Internet…Nada.

Un sábado al salir de casa de mi madre ( me había llamado sólo para decirme que había hecho cocido) había decidido ir a la mía paseando ya que  las lorzas de cerdo que mi madre ponía al puchero se balanceaban en mi estómago.

Al llegar al final de la calle, vi el escaparate de la Colchonería Martínez, del Señor Martínez de toda la vida, con un gran letrero de “Se traspasa. Se liquidan existencias”. El Sr. Martínez estaba en la puerta y me saludó al reconocerme. El barrio ha cambiado, la gente ha cambiado. Todos van a El Corte Inglés a comprar sus colchones y sus almohadas. Y si no, eso de Lo Monaco los convence… me decía el Sr. Martínez meneando la cabeza. Fue decir almohada y despertarse mi ansia : ¿Tiene almohadas en la tienda?

Así fue como salí de allí con una almohada que ya no se fabrica, que el Sr. Martínez guardaba como si fuera un tesoro y que me regalo con una reverencia y una ceremonia que me hizo sentir un poco violento… Más que una almohada parecía que me estaba regalando El Santo Grial, sea lo que sea eso…

Mientras me alejaba, el Sr. Martínez me gritó: Y no te olvides de consultar todo con la almohada– y ya no sé si lo que siguió fue una risita siniestra o encantadora.

Nuestra primera vez fue mágica. Aquella almohada y yo nos entendimos a la perfección y pude descansar bien por primera vez en mucho tiempo. No era dura , ni blanda. Ni muy alargada ni muy cuadrada…Perfecta. Una vez en mi poder, lo de la almohada dejó de preocuparme hasta que me encontré al Sr, Martínez en el portal de casa de mis padres. Era domingo y había caído una paella marinera de quitar el hipo. Mi padre había sido generoso con el cava y no sólo me sentía lleno, también un poco mareado.

El hombre me saludó y me preguntó si me encontraba bien . Le contesté lo habitual, intentando hablar con naturalidad y sin balbucear ( que era lo que hice, claro). Entonces, me guiñó el ojo y me dijo : ¿Ya has consultado con la almohada?.Le respondí que la almohada, bien, gracias pero él insistió : Veo que aún no le has consultado nada, chaval. Consulta, consulta. Se alejó con aquella risita siniestra o encantadora. No lo sé. Ese momento está un poco borroso en mi mente…

Llegué a casa y mi cuerpo me rogó una siestecita. No, más que una siestecita : una siestaza. De las de “con pijama y en la cama”. Le concedí su deseo y me hundí en mi colchón ergonómico apoyando mi cabeza en la almohada.

No pude evitar que se me escaparan unas risitas: Consulta, consulta– recordé la voz del Sr.Martínez. Aún riéndome (ese cava era excelente), me incorporé, miré la almohada y le dije : A ver, quiero consultar una cosa con mi almohada…¿Qué te puedo consultar, chata?…Mmmm.¡Ya lo sé! Mañana pasan la porra de la empresa para el partido Barça-Madrid.¿Qué resultado elijo, almohadita?… Sí, sé que suena ridículo pero estaba chisposo y me salió así…

A la mañana siguiente, debajo de la almohada había una notita blanca : “3-2” ¿Miedo? No, no sentí miedo. La cosa era tan , tan estúpida que no quise analizar de dónde había salido aquella notita. Sólo sé que aposté por el 3-2 y gané 800 euros que me hicieron bastante feliz…Ya sobrio, la noche siguiente decidí consultar a mi almohada, un problema técnico que teníamos con una reproducción vectorial de un nisomágrafo de partículas ( olvidé comentaros que soy ingeniero) y, a la mañana siguiente, en vez de una notita había dos folios tamaño Din A-4 con una profusa descripción de los errores de cálculo que habíamos cometido y su corrección… Me temblaban las manos cuando acabé de leer el contenido de aquellas páginas. No hace falta que os diga que conseguimos hacer funcionar el nisomágrafo sin problemas…

Ese día, al salir del trabajo, fui a ver al Sr. Martínez. La tienda ya estaba cerrada y nadie sabía a dónde había ido con el dinero del traspaso. Al llegar a casa, me dediqué a observar la almohada con interés científico. La toqué, la palpé, la escaneé …Nada la hacía diferente de una almohada normal…Y era tan suave…Y tan perfecta. ¿Qué mal había en tener una almohada con la que consultar tus problemas?.

Mi vida ha sido un éxito continuo desde entonces. Todas las decisiones que había tomado, gracias a consultar con la almohada, me han llevado por un camino de gratificaciones, de victorias , de placer… Tengo una pareja estable ( estamos embarazados!), amigos de verdad, he ascendido en el trabajo, me he comprado una casita en el campo…Esta vez , mi madre sí que ha bordado las iniciales de mi mujer en las toallas de turno y… todo es maravilloso. No sé que más le puedo pedir a la vida.

En cambio, en España las cosas cada vez van peor: crisis, desempleo, crisis y crisis

En uno de esos momentos de autocomplacencia y ante esta plenitud vital que me embargaba, yo que siempre he sido generoso, me dije : Con lo mal que va el país ¿Por qué no donar mi almohada al gobierno?.  ¿Qué mejor lugar que debajo de la cabeza del que toma las decisiones?.

No fue fácil llegar hasta él . No fue fácil convencerlo pero tuve un golpe de suerte cuando vino a inaugurar el nuevo nisomágrafo de la Universidad donde trabajo.

Me comentó que tenía dolores en las cervicales ( el nisomágrafo, entre otras cosas iba a servir para eso) y yo le hablé de la almohada…Le dije que la probará. Una vez. Fuera por mi autoridad en el campo científico ( gracias a la almohada) o por lo convincente de mi discurso que el Presidente aceptó que los servicios de seguridad analizaran la almohada y si no había nada raro, iba a dormir con ella. Yo le recordé : Y consulte, consulte.

Fue uno de los momentos más dolorosos de mi vida pero sentía que debía hacerlo. Me separé de la almohada…por el bien del país.

Un mes más tarde, me llegó un mensaje del Gabinete de Gobierno. El Presidente estaba encantado con la almohada de la Colchonería del Sr. Martínez. Al final de la nota el mismo Presidente había escrito de su puño y letra : Y consulto, consulto…

Ahora estoy empezando a sospechar que cometí un grave error. Algo está fallando en su funcionamiento. Ha sido “ Consultar a la almohada” y  están pasando cosas como bajar las pensiones o limitar la velocidad a 110Km/hora para ahorrar combustible… El paro sigue subiendo y el gobierno subvenciona el cambio de neumáticos antiguos por los ecológicos…¿Alguna medida para fomentar el empleo,? No. Lo de los neumáticos.  Nada. La almohada está fallando…y la cosa puede ir a peor…

Ya íbamos mal pero ahora, por mi culpa, consultando a la almohada, esto se está poniendo raro…

Si alguien conoce al Sr. Martínez ( se fue a un viaje del Inserso y no ha regresado), o lo ha visto últimamente, ruego se pongan en contacto conmigo. Él es el único que puede tener la información para desactivar el modo “Consultar con la almohada” de la susodicha almohada.

Sr. Martínez, si lee estas líneas : soy el hijo de la Pruden. El que le compró la almohada. Necesito ponerme en contacto con Ud. Es muy urgente.

 

N. B: Este relato forma parte de un «proyecto» de libro 2.0, con el nombre «Objetos sencillos que tienes en casa». De momento, existen 4 capítulos : un lápiz, un sofá, un tenedor y un cuchillo y una almohada…

http://objetosencillos.soopbook.com/