El aloe se queda…


Llegó de otras latitudes, hace siglos, viajando de mano en mano. Con el tiempo se adaptó a cualquier clima que no fuera de frío intenso o muy húmedo. No la veremos en Canadá ni en Singapur, pero cualquier clima semiárido le sienta de maravilla a esta planta suculenta.

No sabía si el frío del invierno y la tramontana la harían sentirse cómoda, pero, contra todo pronóstico, decidió quedarse en casa. Aprendió a doblarse sin romperse, a guardar agua y paciencia, a dividirse para llenar nuevas macetas o para regalar. Siempre en forma, creciendo, multiplicándose.

He visto que sus hojas se tiñen de morado y pensé que el aloe había enfermado, pero no: es un truco químico de una planta perspicaz, pigmentos que produce cuando el frío, el viento y el sol se pasan de intensidad. Ese color funciona como protector y, más que un problema, indica que la planta está activa y a gusto.

Grandes, pequeñas, en flor: todas comparten el mismo mensaje.

Te está diciendo : “yo de aquí no me muevo”.

Este aloe vera ya es de aquí…

Crónica de una orquídea anunciada.

No sé si es que no aprendemos o si queremos hacer de esto una tradición en mi casa. Yo digo: «No quiero orquídeas; se me mueren todas», pero, cada año, sin hacer caso a mis indicaciones, tengo orquídeas. Y, en esta ocasión, dos.

Me siento culpable solo con verlas ahí, envueltas en su papel de regalo, tan lozanas y bonitas. Su vida está en mis manos y se acabará, seguro, bajo mis cuidados. Pero quien me las trae lo considera un ejercicio de perseverancia: «Esta vez vivirán y las flores rebrotarán», me dice. Lo celebro, porque siempre es motivador que alguien tenga confianza en ti, pero, en mi interior, me siento una serial killer de orquídeas, porque ya llevo un número considerable de fracasos.

Busco la vida media de la planta y me encuentro con esto: «Una orquídea, con los cuidados adecuados, puede vivir entre 10 y 15 años o incluso más, llegando a vivir décadas o incluso más de un siglo en algunos casos excepcionales, como una Phalaenopsis de más de 100 años. Su longevidad depende en gran medida de las condiciones ambientales y del cuidado especial que se les brinde».

A ver si me redimo con estas dos, o con una de ellas, que ambas es demasiado optimismo…

De un simple ficus a Cherrapunjee…

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Esto es un ficus elastica, también se le llama Planta del Caucho, de la Goma o Gomero. Cuando una rama se quiebra o se poda, exuda una savia lechosa de textura de látex, que, transformada por procesos industriales se convierte en caucho.

El objetivo de este látex es proteger la planta del “ataque” de posibles depredadores ya que esta sustancia es tóxica e irritativa. Además, le sirve para cicatrizar rápidamente, el lugar en el que ha sido herida… En cualquier caso, es un arma de protección de la naturaleza. Lo del caucho, ya es cosa de la humanidad…

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El ficus elastica ha estado presente en mi vida desde la infancia. Siempre me ha llamado la atención, como esa vaina rojiza contiene esas preciosas hojas, enrolladas a la perfección, a la espera de su despliegue máximo… Estas gruesas hojas, actúan como un purificador de aire, absorbiendo toxinas aerotransportadas. Precisamente, que no produzca flores de colores llamativos es por una co-adaptación evolutiva. Sólo polinizan las llamadas avispas del higo y, estas son las únicas que detectan estas vainas. Si fueran flores multicolores, atraerían a otros polinizadores y no les conviene por el tema de la supervivencia mutua…

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Hay muchos ficus “ornamentales” en la zona de la costa mediterránea. Está tan adaptado al entorno que yo pensaba que era autóctono, pero…no. Viene de la India y el sur de Indonesia y no fue hasta 1887 que no apareció en España.

Al noreste de la India, hay una zona llamada Cherrapunjee (una de las regiones más húmedas de la tierra) donde los nativos utilizan las raíces y ramas del ficus elastica para construir puentes…

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Concretamente en Meghalaya hay puentes que han sido utilizados, diariamente, durante más de 500 años. Y es que se ve que las raíces y ramas, aún se hacen más fuertes con el paso del tiempo.

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Un destino para tener en cuenta en nuestra agenda de futuros viajes…

¿Vamos?

Azul que es blanco.

La Phalaenopsis Blue es una variedad de orquídea de las más de 25.000 especies que existen. No es azul de forma natural.  

Existe una de las variedades, la orquídea Vanda Coerulea, que sí que es azul en la naturaleza. Este color no es el más habitual en las flores, pero aparece de vez en cuando: en las hortensias, en las campanillas, en los hibiscos, en los lirios, etc.

Para crear flores azules, la planta realiza un proceso a través de unos pigmentos llamados antocianinas.Cuando consigue la tonalidad que busca, la flor se abre y es azul. Este color les permitirá atraer a insectos, pájaros, polinizadores en general y diferenciarse del resto. 

En la mía, la Phalaenopsis, el proceso químico natural, se ha sustituido por un tinte que, aunque presume ser natural y no afectar a la planta, es artificial. Solo actúa en las primeras flores. 

Requiere, como mínimo, tres o cuatro años para la floración, así que esta que tengo es el resultado después de este tiempo. La floración es anual y si consigo que florezca una segunda vez -nunca he conseguido que una orquídea sobreviviera a mi vera- las flores serán blancas. O sea, volverá a su estado natural. 

La cuidaré siguiendo las instrucciones que me han dado y en un año, veremos si he conseguido preservarla y si mis cuidados permiten ver, de nuevo, esas preciosas flores en su color verdadero.

Bonita, en azul, lo es un rato…

El cactus.

Una mañana fui de compras a un súper y en la entrada, había un expositor con muchos artículos para hacer tus DIY. Antes que la fruta y la verdura, cargué en el carrito: letras de madera, dos cajas, un cactus de cartón y pegamento. En casa tengo pintura de pizarra …

La figura del cactus siempre me ha gustado. Una planta de tipo suculenta, que almacena agua en sus tallos y necesita poca para sobrevivir. Es de climas extremos y poco amables. Se dice que los cactus tienen espinas para defenderse de los depredadores, pero no son solo un arma de protección. Su principal cometido es ayudar a la planta a soportar temperaturas extremas) de hasta 60 ºC). Son hojas modificadas para retener el agua.

Tiene mala fama. Yo la he utilizado en este blog como metáfora de las personalidades tóxicas. Todos habréis oído frases del tipo: “Amar a quien no te ama, es como abrazar un cactus” “Cuanto más lo abraces, más te dolerá” pero hemos sido injustos con los cactus.

Le atribuimos el mal abrazo cuando no deberíamos abrazarlo, ni sentarnos encima, ¿no? La lógica es abrumadora.  Y en cambio, olvidamos que simboliza la resistencia y que, aun estando en el desierto, florece y cuando lo hace sus flores son preciosas. 

Resistir y florecer, después. 

Eso es el cactus.

Media taza.

Ver el vaso medio vacío o medio lleno”, el clásico ejemplo para describir una personalidad optimista o pesimista. También, está su versión más objetiva, la que dice que el vaso siempre está lleno, sea de agua o de aire. Una buena aportación a la positividad desde la racionalidad. 

El mismo recurso se podría utilizar con una taza que es lo que yo tengo para aportar la solución definitiva al dilema del vaso: que si vacío o que si lleno.

Es la media taza. Una media taza de madera que encontré en un mercadillo y que tengo en mi casa ya desde hace unos años.

 

Sirve para ver el mundo siempre lleno y da igual como la mires. Ahí está, maciza y desafiante. 

NB1: Quién sabe si en algún lugar del mundo, habrá otra media taza que encaja perfectamente con la mía y lo que pasa es que no es un símbolo de lo del vaso si no de lo de la media naranja…

NB2: La planta de la primera foto es la sansevieria, conocida popularmente como lengua de suegra. Es una planta de interior, muy fácil de cuidar, que ayuda a limpiar el aire de nuestra casa.

Cubos y regaderas.

Foto de Amritanshu Sikdar en Unsplash

Antaño, mi madre siempre que llovía, sacaba sus cubos y regaderas para tener agua de lluvia para regar a posteriori. Antes, llovía más y muchas veces la hacíamos desistir de su acopio porque, a la vez, el agua estancada hacia proliferar los mosquitos tigre en esta zona mediterránea. Ahora, lo vuelve a hacer y, con razón. Emergencia. Sequía.  Quiere tener agua para, cuando no llueva, regar las plantas del pequeño jardín que mi padre le dejó con un mandato: “Cuídalo”. A ella le encanta: cortar flores marchitas, cambiar macetas y… regar. Ahora, no lo hace. Si los agricultores no pueden regar sus campos ella, no va a regar unas plantitas. Y mira que ese pequeño jardín es un refugio emocional donde se reencuentra con mi padre, pero es sabia y respetuosa. Y sabe que él hubiese hecho lo mismo.

Compraré cubos y regaderas de más para que esté más tranquila y por si hay suerte y hay más lluvia. Hay sequía y restricciones de agua en el campo. Si no llueve de aquí a septiembre, restricciones en los hogares. 

Y la incertidumbre de cómo podemos gestionar lo que viene. Porque viene y con los cubos y las regaderas no solucionamos, aunque mi madre ponga todo su empeño…

Foto de Markus Spiske en Unsplash

Papilion Machaon en Abelia Grandifolia

Dicen que la Macaón es una de las mariposas más bellas de Europa y el arbusto , que florece de primavera a finales de otoño, se llama Abelia.

Dos cosas bonitas ,de un mundo bonito,  que hacemos feo…

Jazmín.

Planta nueva en la familia.

Tenemos unos amigos que siempre que nos visitan , nos traen una planta. Este jazmín, nos trae el aroma del verano avanzado en una primavera muy…breve .

Crisantemo polifacético.

Data de 1500 a.C. Su cultivo es originario de Japón y China.

En cada zona del mundo tiene un significado. Dime de dónde eres y te tocará un crisantemo triste, poderoso, sabio o alegre.

En España, es una flor melancólica. La de la paz y el descanso eterno. Es la más demandada para decorar cementerios por Todos Los Santos. En cambio, en Japón es una de las flores nacionales, la flor del poder, en China es la flor de la sabiduría y en Estados Unidos la de la alegría.

Pero de lo mejor que he leído es lo del Feng Shui : los crisantemos atraen la risa al hogar.

Me quedo con la risa.