Día Mundial de las Palomitas Dulces.

Tengo una relación extraña con las palomitas de maíz. Sólo las consumo en el cine. Lo primero que hago es decir “No, no quiero palomitas”. Engordan, me dan sed, me …enganchan…Los que van conmigo, ignoran mi determinación y compran las palomitas. Siempre acabo sentada con un cucurucho ( el pequeño que ya es muy grande) de palomitas dulces!. Empiezo a comerlas, pensando que sólo serán un par de puñados, pero, entro en el bucle de las palomitas. Me las voy zampando, poco a poco… Cuando salgo del cine, ya noto que las palomitas están ocupando todo el espacio libre de mi estómago y me prometo NO comer en la próxima cita cinematográfica.

No sé por qué lo hago. Debería asumir que tendré ese cucurucho en mis manos… Sé que acabaré sucumbiendo a su aroma, a su melodía y a esa inexplicable sensación de que, sin ellas, la experiencia cine no es lo mismo…

Para justificarme, me digo que esa relación con las palomitas ya viene de nuestros ancestros. Su rastro se remonta a milenios atrás . Las palomitas más antiguas fueron encontradas en la Cueva de los Murciélagos de México y están datadas de hace 5.600 años. Es más, el polen de maíz se remonta a unos 80 mil años.

Llegaron al Cine de la mano de la emprendedora Julia Braden. Fue ella la que vio que , en los años de la Gran Depresión en Norteamérica, cuando de los cines lujosos se había pasado al cine como espacio de ocio para las clases más bajas, el cine constituyó unos de las pocos entretenimientos para la población norteamericana y  el único lujo que se podían permitir era un cucurucho de palomitas, asequibles y saciantes.

La primera vez que se comercializaron, fue en el Linwood Theater de Missouri.  Julia convenció a los dueños de la sala para que permitieran poner un puesto de palomitas en el interior de su local. Tal fue el éxito, que en 1931 ya tenía cuatro puestos en distintos cines, con un beneficio de más de catorce mil dólares de la época.

La próxima vez que me coma mi cucurucho de palomitas dulces con remordimientos, pensaré en Julia.  Ella es la culpable… ; – )

NB :  El significado de la expresión «BAE» vendría de las siglas que componen la frase: «Before Anyone Else«, expresión que se puede traducir literalmente como «antes que cualquier persona»,

 

Día Mundial de Saltar Encima de Las Cosas.

Te lo voy a explicar ya que hoy es el Día Mundial de Saltar Encima de Las Cosas pero… no se lo digas a nadie. ¿Vale?

Cristina me dijo, en nuestra tercera cita, que tenía una afición que no desvelaba antes, para no ahuyentar a sus posibles conquistas. Resultó que su afición era visitar a un adivinador, una especie de gurú, que era su guía espiritual. Tampoco es que me entusiasmara la idea, pero, puestos a esperar cualquiera de esas cosas que acaban en “filia”, el adivinador-gurú me pareció un mal menor.

Recuerdo que no pensé lo mismo cuando me vi, sentado en aquella incómoda silla, delante de una mesa llena de ángeles, velas y plantas y con aquel tipo moreno, mirándome fijamente a los ojos.  Tras un intenso momento de silencio atronador y ni un pestañeo, el adivinador sonrió y le hizo un gesto afirmativo a Cristina. Ella, suspiró aliviada. Antes de irnos, quiso hacerme una sesión a solas. Ya no me hablaba, susurraba. “Mira, me caes bien. Te voy a dar el poder del “jump” Hace tiempo que tengo pendiente otorgarlo a un elegido y no lo encuentro. Te lo voy a dar a ti”

¿Jump? ¿Poder? Confieso que, en ese momento, estaba tan sorprendido que ni me di cuenta que el tipo entonaba un cántico y después, tiraba del dedo meñique de mi mano derecha. “Cuando quieras saltar, levantas el dedo meñique y harás un jump.”

Salí de allí muy confuso. Quise olvidar esa experiencia lo antes posible y así lo hice. La borré de mis recuerdos… Con Cristina, las cosas no funcionaron. Lo dejamos el día en que me negué a visitar al gurú de nuevo…Ese mismo día, por eso, hice un jump.

Iba caminando al trabajo porque era el Día de Ir Andando Al Trabajo. Cuando llegué a la calle por la que atajaba el camino, me encontré con un gran container lleno de escombros de demolición de un edificio. Seguir la ruta normal me hubiese supuesto llegar tarde a la oficina así que, sin pensarlo, me acaricié el dedo meñique de la mano derecha. Y, después, lo levanté. Se me antojó como una mini-peineta al obstáculo… Y, no sé cómo lo hice, pero, de repente, me encontré al otro lado del container. Había saltado por encima, sin enterarme…

Me temblaban las piernas. Me seguía acariciando el dedo meñique… ¿Había saltado por encima del container? Miré a mi alrededor buscando otro obstáculo que saltar mientras me aseguraba que no hubiese nadie observándome. ¿De verdad, había saltado esa enormidad de hierro llena de escombros? Entonces, vi aquel coche, aparcado de tal forma que me permitía intentarlo otra vez, sin despertar sospechas… Levanté el dedo meñique y ¡jump!, salté por encima…

Desde ese día, no paré de saltar. Siempre con cuidado de que no me descubrieran, salté por encima de montañas, lagos, edificios, puentes, … Una maravilla…

Foto de Joshua Earle (http://www.unsplash.com)

No volvía a ver al gurú. Lo busqué, pero nunca lo encontré. Se lo había tragado la tierra. Ni siquiera Cristina sabía dónde estaba y lo había sustituido por una anciana que le preparaba tisanas personalizadas. Nunca pude agradecerle que me hubiese otorgado ese poder tan especial y es que, con el tiempo, descubrí que había algo más…

Fue por casualidad, en una comida familiar. Mi madre, parloteaba. Mi cuñada, hacía los ecos. Que si no te casas, que si no me darás nietos, qué que me pasó con Cristina, que si había otra, que sí… Levanté el dedo meñique y… Seguía sentado en la mesa, comiendo con mi familia, pero estábamos hablando de política y de las pensiones. De mi situación personal, de los temas espinosos, nada de nada…

Lo puse en práctica con temas más peliagudos y con personas más complicadas: mi jefe, mi vecino, Cristina, mi hermano, compañeros de trabajo, amigos… A la que la conversación tomaba un tono desagradable, tedioso, molesto, poco interesante o, directamente acusador, levantaba el dedo meñique y me saltaba todo ese torrente de palabras tóxicas. Sin más.

“Saltarme” todas esas conversaciones, me convirtió en una persona más feliz. Sí, estoy seguro que pensaras que, también, en un ser muy egoísta… Todo lo que me molesta, me lo salto, pero… una vez empiezas, no puedes dejar de hacer jump.

Te hablo desde China. ¡Sí! Estoy a punto de saltar por encima de la Gran Muralla. Con el tiempo, he ido perfeccionando mi técnica y me he pedido una excedencia para poder ir a saltar por todo el planeta. ¿Qué dices? ¿Qué me lo estoy inventando todo? ¿Mentiroso, yo?

Pues mira, mira mi dedo meñique.

¡Jump!

Curiosidades  ( de Wikipedia):En China  se considera vulgar el levantar y enseñar el dedo meñique a otra persona de la misma manera que en la cultura occidental se juzga como vulgar o agresivo mostrar el dedo medio.

 En Japón, tener levantado el dedo meñique al hablar sobre dos personas significa que ellas están vinculadas sentimentalmente. Este gesto es considerado anticuado y vulgar, sin embargo en ciertas escenas anime se lo usa intencionalmente.

En Norteamérica, llevar un anillo en el dedo meñique posee un significado simbólico. El dedo meñique es el dedo de las relaciones, y por lo tanto llevar un anillo en él es indicación de que uno es abierto y cariñoso.

En India, levantar el dedo meñique es una señal de «katti» o amistad rota, un signo de que alguien está enojado, o una sugerencia en tono de broma de que la persona que le muestra el meñique a uno no desea hablar con usted.

Día Mundial del Pan de Pueblo.

Hoy, toca el Día Mundial De Apostar pero, como este “Día De” no me gusta,  voy a cambiarlo por otro día más …bonito. Y va a ser “El Día Mundial De Pan de Pueblo”.

Es una de las cosas más deliciosas que he probado jamás. Pan, pan . Pan, de verdad. Hecho con harina casera, con agua cristalina, con manos expertas, con horno de leña, con mimo…Ese pan.

Ese pan que sabe a gloria y a buenos tiempos. A naturaleza y a artesanía.

Ese pan que, recién horneado, se abre y humea desde la miga esponjosa. Esa corteza crujiente y melódica…

Ese pan que, casi,  ya no existe.

Especie en extinción…

Ese pan.

Feliz Día del Pan de Pueblo.

Hoy es el Día De Ir Andando Al Trabajo…

Ojalá. Me gustaría poder celebrarlo como toca e ir andando al trabajo pero el entramado de carretera y autopista, no hace especialmente apetecible el plan. Envidio a todos aquellos que pueden ir andando al trabajo. O en bici.

Foto de Gaelle Marcel (www.unsplash.com)

Seguro que llegan mucho mejor que yo. En un estudio realizado por la Universidad de Stanford, los investigadores sometieron a 176 voluntarios a diferentes pruebas, determinando la eficacia de caminar a la hora de conseguir que las ideas fluyan y podamos pensar mucho mejor mientras andamos. Solo por el hecho de andar un poco nuestro corazón comienza a bombear más rápido, enviando más sangre al cerebro y permitiendo que llegue más oxígeno. Esto hace que los procesos mentales se realicen con mayor agilidad y más eficazmente.

Foto De Redd Angelo (www.unsplash.com)

Así que, quien lo pueda celebrar, que disfrute de esta magnífica herramienta de higiene mental.

Feliz Día de Ir Andando Al trabajo.

NB : España posee uno de los porcentajes más altos de personas que se desplazan a pie al puesto de trabajo (18,5 %) y uno de los más bajos en el uso de la bici (1,5 %), y seis de cada diez opta por su coche.

La semana de los «Día De».

Cada día del año, tiene asignado un “Día Internacional De”. Oficialmente, es la ONU la que marca y asigna los días y su temática. Son días serios, en los que el objetivo es concienciar o dar visibilidad a enfermedades, injusticias…

Hay, por eso, otros Días De. Más frívolos, menos serios. Están recogidos en esta web. He buscado los que nos tocan…

El Blog Imperfecto, inaugura La Semana de los Días De.

Hoy es el Día Mundial del Arcoíris. Un buen “Día De” para un lunes…

Lo primero que me ha pasado es que he dudado entre escribir “arco iris” o “arcoíris”. He ido a la RAE y ambos sustantivos son considerados correctos aunque se recomienda su uso como única palabra . Así que: arcoíris.

Después, me ha dado por pensar ¿Cuántos arcoíris he visto yo en mi vida? La verdad, es que no han sido muchos. El último hace poco, mientras conducía, y me impactó. Y mira que sé que, en realidad, estoy viendo una ilusión óptica producida por un fenómeno atmosférico. Ya se encargó Isaac Newton de darle la explicación científica de la dispersión de la luz pero… debo admitir que siempre me sorprende y le da un toque mágico al momento. Me olvido de Newton… ¿Y nuestros antepasados? ¿Esos que no tenían explicación a ese magnífico arco de colores que aparecía en el cielo? Tenían que sentir esa magia, multiplicada por 1000.

Foto de Patrick Fore ( unsplash.com)

No me extraña que existan tantas leyendas, en todo el mundo, sobre el arcoíris. Que aparezca en la mitología griega, incluso en la Biblia, cuando acaba el diluvio universal.

Se dice que es la Diosa Iris anunciando el pacto entre humanos y Dioses tras la tormenta. O que está formado por el alma de las mariposas de colores de los indios Araucos. Que es el sendero de los amantes de la tribu de los Cashinahuas en Brasil. O que dónde acaba, vive un duende que custodia un fabuloso tesoro…

Foto de Stas Kulesh (unsplash.com )

Yo sólo sé que espero volver a ver otro arcoíris. Y que me seguirá sorprendiendo su belleza. Y que , es posible que me plantee, ir a buscar el lugar dónde se acaba… A ver si doy con el duende…

Feliz Día del Arcoíris.