Introducción :

Esta es la imagen del anuncio de la cena – espectáculo «Soul Dream » en el Gran Casino de Barcelona.
Debo decir que la agencia que contrataron para diseñar la Campaña Publicitaria ha hecho un gran trabajo ya que induce a pensar en que vas a asistir a un espectáculo de black soul.
Chapeau! .
Descriptivo de la experiencia: Muy de vez en cuando, he ido a Casinos. En concreto, al de Sant Pere de Ribas ( que fue sustituido por el actual, de Barcelona) y al de Perelada, donde cada verano suelo asistir a una actuación del Festival de Peralada . Para mí, estas dos «experiencias» habían situado el concepto «Casino» en un nivel de lujo, refinamiento y clase. El de Sant Pere estaba ubicado en una hermosa Masía en la que se celebraban bodas preciosas y el de Peralada, aún hoy está en un hermoso paraje de l’Alt Empordà. Esta percepción glamurosa del asunto, se desvaneció hace unos años .
Mi afición por el juego es nula. Si alguna vez hemos asistido en grupo, hemos acabado jugando máximo unos euros que hemos visto desaparecer ( siempre) a una velocidad de vértigo, mientras inténtabamos comprender por qué nunca, jamás, salía el 22… Pero me gustaba asistir a espectáculos y después , darme una vuelta por la sala de juego para ver el ambiente .
El pasado viernes, asistí al espectáculo Soul Dream. Celébrabamos un cumpleaños y todos somos entusiastas del soul , así que nos pareció una buena opción para un viernes noche. La entrada al Casino, fue de lo más deprimente. Además de la cola pertinente para acreditar tu identidad, para llegar a la sala Baccara, debíamos pasar por la zona de juego . Me asombró lo rancio que se veía todo. Lo cutre y feo. Las mesas estaban abarrotadas ( yo creo que estaban todos los ciudadanos chinos que viven en Barcelona) y la sensación de todo viejo no presagiaba nada bueno.
La sala Baccara es una minidiscoteca (tipo hotel de vacaciones), oscura y lúgubre en la que el escenario y la pista de baile tienen una medida rídicula para el espectáculo que íbamos a ver ( o eso nos pareció). Tras la cena ( que estuvo bien. Eso sí que lo suelen tener los Casinos -menos mal!-. Una cocina excelente, la verdad)), empezó el show (que ya os advierto que no tiene ninguna relación con los típicos espectáculos de los casinos de Las Vegas :-)). La banda y los cantantes ( ninguna voz negra, por cierto.) hicieron lo que pudieron . La música y las voces sonaban bien y me gustaría verlos actuar en otro contexto pero… en el mini escenario, apretaditos como anchoas, y con un sonido de excesiva potencia, tenían que luchar contra el entorno que, de verdad, era hostil…por que al espectáculo se le suma un cuerpo de bailarines que, aún con todo lo que se esfuerzan, molestan casi toda la actuación. Creo que la calidad de la banda se vio absolutamente eclipsada por la globalidad del espectáculo .
La excesiva cercanía con el público, hace que las coregrafías mediocres sean más mediocres si cabe y los pobres humanos danzarines( que buenos, de haber, los había pero poco podían hacer) sudaban la gota gorda, en la mini (todo mini) pista de baile. El vestuario, friki power a más no poder. A la cantante ( muy buena), en una de las canciones le hacen poner un vestido plateado que nos produjo un poco de vergüenza ajena ( y digo que » le hacen poner» por que las bailarinas, llevan el mismo esperpento).
Enfin, la sensación de cutre fue muy, muy potente y sabe mal, la verdad, por que los artistas se esforzaron…
Por último, solo me falta felicitar al publicista que creo esta campaña, por que realmente nos hizo creer que viviriamos una noche super black y soulera…
La verdad es que fue una noche de risas que coronamos con un paseo por la playa y una copa en una de esas fantásticas terrrazas de Barcelona…así que tampoco me voy a quejar.
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