
Greta Thunberg lo dijo en su discurso en la ONU. Pronunció la palabra: extinción. “Estamos en el comienzo de una extinción masiva y lo único de lo que habláis es de dinero” (G. Thunberg)
Soy de naturaleza optimista y no voy a dejar de intentar hacer lo que yo pueda, como nano-micro-nimia unidad que soy, para combatir el fin del planeta como lo conocemos hoy, pero, confieso, que, a veces pienso que esa es la única solución: la extinción. Es brutal, condena a dos o tres generaciones más, pero libra al planeta de su peor enemigo: nosotros.
Nuestra cultura consumista, profundamente arraigada y presente casi de forma inconsciente, hace difícil que esto se solucione. Admiro a esos jóvenes que salen a las calles y nos increpan de forma directa. Tienen toda la razón: el modelo en el que les hemos hecho crecer, los ha condenado.
¿Cuántos de ellos tienen montones de camisetas y jeans de esos de 5€ en su armario, que emergen de una industria textil low cost contaminante y descontrolada? Exactamente los mismos que nosotros, los que ya no somos jóvenes y hemos educado a los que ahora lo son: demasiados montones de ropa. ¡Es tan barata! ¿Cuántas veces cambiamos de teléfono móvil, sin necesitarlo? ¿Y electrodomésticos? ¿Ordenadores? ¿Sabemos dónde van los residuos tecnológicos? ¿Las baterías?? ¿Cuánta comida malgastamos a la semana? ¿Cuántas veces viajamos en coche y/o avión? Y en coche, ¿Cuántos trayectos hacemos solos? ¿Una persona/un coche?
Y es que las respuestas a estas preguntas son el presente. Es lo que hay ahora mismo. Se habla de transporte (en global) eléctrico, de energías renovables, del fin de los combustibles fósiles, de reciclaje, pero, en nuestro día a día, ese futuro queda muy lejos. La gestión política y el sistema económico que rige nuestra vida hace imposible la ruptura total con el sistema que hemos creado. Los científicos van acortando los tiempos en los que prevén que se avecinará el desastre: dentro de 150 años, dentro de 100 años, dentro de cincuenta años… Eso es hoy.

Sólo nos queda apoyar esta lucha. Hacer lo que podamos. Espero, esperanzada, que no sea demasiado. Ni demasiado tarde.
Tenemos que reciclar, sí, pero también tenemos que cambiar nuestro modelo de vida hacia un consumo muy responsable. No comprar tanta ropa, ni tanta comida, ni cambiar tanto de móvil y “cosas”, movernos en trasporte público, penalizar a las empresas que utilizan plástico , que no respetan la huella ecológica, que contaminan, que no se hacen responsables de sus residuos, consumir productos de Km. 0, no viajar en avión/barco hasta que no sean no contaminantes, presionar a nuestros dirigentes-a todos los poderes, los cubiertos y los encubiertos- para tener objetivos comunes ante esta emergencia planetaria, etc., etc.… Dicho esto y pensando que sólo funcionará si vamos todos, todos a una, a nivel mundial: ¿Lo veis posible?
¿Cómo lo hacemos las nano-micro-nimias unidades?
¿Cómo?
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