Visto así, lo del Caga Tió parece un ritual violento, difícil de explicar : Elegimos un tronco ( el Tíó), le ponemos cara y una barretina ( siempre el hecho diferencial ;-) ), lo tapamos con una manta y le damos de comer durante quince días. El día de Nochebuena ( después de la Misa del Gallo) o el Día de Navidad, le damos un garrote a los niños y les decimos que si pegan al tronco, éste , cagará regalos…
Además, nos da por poner una figura de un señor/a cagando, en pleno Belén….
No es de extrañar que se nos tache de escatológicos. Hoy he visto en «Se lo que hicistéis» en La Sexta un programa de la BBC en la que un actor inglés explicaba la tradición. La descripción objetiva del Caga Tió y de la figura de El Caganer es lo que es : un tronco al que pegas para que cague y una figura de alguien plantando un pino, de camino al portal.Para dar más morbo al asunto, la figurita se customiza : Caganer del jugador de fútbol, político o famoso de turno. Personajes y Personalidades . Nadie se salva…

Hecha esta reflexión, me doy cuenta que yo no percibo este sentido escatológico. Caca, no. En mi infancia, cuando mi abuelo nos ayudaba a montar el macro Belén , finalizábamos la obra de arte, ubicando a «El Caganer» en el lugar elegido ( diferente cada año). A mí, personalmente, me interesaba más el avance de los Reyes Magos de Oriente ya que en aquella época, era el día de la traca final. Ahora, por motivos prácticos, de marketing, de El Corte Inglés y la Coca Cola, ya se avanzan los regalos importantes con Papa Noel,(que estará más gordo pero llega antes que tres tíos subidos a sus camellos…).
El «Caga Tió» era un tronco mágico , del que salían regalos. Desde su aparición en la casa hasta el día «X», lo alimentabas, lo cuidabas y lo mimabas. El concepto «cagar» se anulaba de tu mente y la posibilidad de ligar la violencia al bastonazo al tronco era remota.Si nos hubiesen dicho que teníamos que acariciarle la barriga, bailar alrdedor o saltar por encima, eso hubiésemos hecho. ¿Qué para que salgan regalos hay que darle unos bastonazos? Pues bastonazos. Pero de esos , los de los niños. Los de la mirada limpia .
La normalización de estas dos «figuras» en mi vida es un hecho. El Caganer forma parte de mis recuerdos. Ya hace años que no monto el Belén y, eliminado el escenario, no me siento cómoda con un caganer aislado como figura decorativa en mi salón. No pega.
El Caga Tió se fue cuando crecí y ha vuelto con los más pequeños del presente. La noche del 24 de Diciembre, haremos que dos niños alucinen en colores, haciendo cagar al tronco sonriente ( no le importa que lo muelan a palos).
Ya hace un año que he introducido alguna mejora en lo del bastonazo. En el Ikea , encontré unos cojines estrechos y cilíndricos, rojos y consistentes pero a la vez , flexibles… Parecen grandes churros y sirven para hacer peleas tipo «guerra de almohadas» (también, violento, oye). Les pongo un super lazo, con motivos navideños y se convierten en los bastones mágicos que harán que el tronco, también mágico, les brinden los regalos que anhelan.
En cualquier caso y, aun dotándolo de toda la magia que quieras, es escatológico. Y un poco raro, sí.
Pero yo…ni lo noto.
Bon Nadal!
Más info : Origen del Tió de Nadal
El Caga Tió en otros lugares ( p.e. : en Altoaragón es la Tronca…)
Chiste gráfico : Carlos Areces.
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