Maravilla.

Habrá pocas palabras en este post.

Una visita a un nuevo hogar. Gente joven. Preciosa ilusión. La vida por delante… ¡Qué maravilla!

He llevado un ramo de romero, menta, laurel y tomillo. Todo de mi casa, para esa casa.

Para desear un futuro pleno de la más fragante felicidad del mundo…

Y (me repito) : ¡Qué maravilla!

No hay que dormirse en los laureles…

Nos ha ido bien. Tras meses de mucho trabajo, hemos conseguido sacar el proyecto adelante. Wow! Lo hemos celebrado y, al terminar, uno ha dicho : Todo esto es fantástico pero…no hay que dormirse en los laureles.

Según la RAE, dormirse en los laureles es “descuidarse o abandonarse en la actividad emprendida, confiando en los éxitos que ha logrado”

Todos entendemos la expresión y sabemos que el famoso laurel hace referencia esa corona que reconocía los logros en la época del Imperio Romano. ¿Por qué una corona de laurel? ¿Por qué no de oro, plata, brillantes…? ¿Laurel?

En pleno siglo XXI, estamos utilizando una expresión cuyo origen remonta al año 8 a.c. Aparece en el relato de Ovidio, “La metamorfosis”.

La mitología griega explica que Dafne, una ninfa de los árboles, se vio obligada a escapar de Apolo. ¿Por qué? Eros, disparó una flecha de oro hacia Apolo y otra de plomo hacia Dafne. La flecha de oro hizo que uno se enamorara perdidamente. La otra, la pobre Dafne atacada por el plomo, sintió repulsa absoluta por Apolo. Y ahí los tienes, el persiguiéndola, ella huyendo.

Desesperada, y a punto de ser alcanzada por el Apolo enamorado, le pide a su padre, el Dios Ladón, que la ayude y al Dios del río no se le ocurre otra cosa que convertirla en un laurel. Un árbol…Apolo, que seguía enamorad de Dafne, prometió reverenciar el laurel de por vida y hacer que sus ramas coronaran las cabezas de sus héroes.

Así que, cuando oiga esa frase de “Dormirse en los laureles” pensaré en la pobre Dafne. Me acordaré de una mujer convertida en árbol. La piel, corteza. El pelo, hojas y los brazos, ramas…A Eros ( culpable 1) y a Ladón ( culpable 2) que les den morcillas divinas…

NB : El Beso de Klimt. En la literatura más reciente se ha interpretado este lienzo como una representación simbólica del momento en que Apolo besa a la ninfa Dafne que se está convirtiendo en laurel, Su visión debe completarse con la del friso de Klimt en el comedor del Palacio Stoclet de Bruselas, en el que la metamorfosis se consuma y se produce el nacimiento de un nuevo laurel.

Zutanita.

fulanito

Fulanito, Menganito y Zutanita son tres vinos. Uno tinto (Ribera de Duero), otro blanco (Rueda) y un tercero rosado (Côtes de Provence), de la empresa Cuveé 3000.

menganito

Unos queridos amigos me han regalado un Zutanita, sabiendo de mi predilección por el rosado…

zutanita

Copio de dviciobarcelona.blogspot.com.es : “Zutanita es sin duda un rosado con clase elaborado en la Provence Francesa, tiene un alma fresca y ligera con un toque afrutado muy suave, lo que te hará tomarte la botella sin apenas darte cuenta.”

Doy fe. Ni me he dado cuenta…

Tras disfrutar del vino, la comida y la compañía me he guardado la botella ( como ya viene siendo habitual) y le he puesto unas ramas de romero y laurel.

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Estará en mi cocina, dando testimonio de un puñado de buenos instantes…

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