Viajen más, por favor.

 

Este es un mensaje para nuestros políticos, gobernantes y aspirantes a serlo. También para cualquier ciudadano curioso que quiera situarse en la realidad tal y como es y no tal y como creemos que es…

“Estar viajado” es una expresión extraña. Viajado es participio del verbo viajar y no existe como adjetivo y es una pena, porque sintetiza muchos conceptos. El que esta viajado, conoce mundo, diferentes lugares, gentes, culturas, paisajes… Su horizonte mental se amplía hasta límites insospechados… Los que están viajados,  son seres más brillantes, más libres, más empáticos…

Para estar viajado, señores/señoras gobernantes, no hace falta coger un avión. Ni un barco. A veces, podemos viajar más cerca, incluso a lugares a los que podemos llegar caminando.

¿Os acordáis del slogan “Piensa globalmente, actúa localmente”? Pues sirve para los viajes. No hace falta, ni siquiera, cambiar de país. Podemos viajar a pueblos cercanos, en nuestra provincia, fuera de nuestra comunidad autónoma.  Podemos explorar los barrios de nuestra ciudad, incluso nuestras calles… El viaje, incluso, se puede realizar en la sala de espera de un Hospital…

Viajando, kilómetros o metros, seremos conscientes de nuestras maravillosas diferencias, de nuestra semejanza como especie y nuestra convergencia en intereses comunes. Seremos más justos, más felices… Aprenderemos más…

Sólo los no viajados se quedarán en ese mundo de miras estrechísimas que acabará asfixiándolos.

Viajen más, por favor.

NB : Photo by STIL on Unsplash

Desmedida.

Una vez me preguntaron si con la ropa que tenía en ese momento en el armario, podía vivir toda una vida… Examinado mi armario y todas esas prendas que NO aparto de mí por lo del “Y sí” y por lo del “enganche emocional con la prenda”, tengo no para una vida, no. Yo creo que ahí hay volumen para dos por lo menos…

¿Camisetas? No quiero ni contarlas…Es por eso que me sorprendo a mí misma cuando me da un ataque de histeria-y-búsqueda-obsesiva cuando no encuentro esa camiseta blanca, de cuello fino ( odio los bordes gruesos) que se adapta perfectamente a mí .

Estoy acabando de hacer mi maleta y esa camiseta no aparece por ninguna parte.

Es, cuidado, la camiseta que nadie ve. La que va debajo y la que sólo asoma ese cuello finito por el escote. No es “esa vieja y querida camiseta” principal e importante. Es la auxiliar…

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Y, sí, soy incapaz de sustituirla por otra de las decenas de camisetas blancas de todas las tallas que hay en el cajón. Tiene que ser «esa». Y sólo «esa».

Al final, me doy por vencida y decido prescindir de esa camiseta y cierro la maleta y…entonces me acuerdo que la doblé y la dejé en un lugar especial para no perderla de vista. Está claro que la táctica de remembering ha sido desastrosa…

Abro la maleta y la pongo allí . ”Esa” camiseta viene conmigo.

Y, si, asumo que siento una satisfacción no proporcional.

Desmedida…