Espero que este post, sea una gran mentira.

Es posible que no sea nada. Es posible que mi mente , exagere. Es posible que haya visto demasiadas series sobre un futuro apocalíptico.

Es posible, sí , pero dentro del mundo de las posibilidades también tienen cabida esas extrañas sensaciones. Esas dosis de información puntual , en plan goteo, a veces inconexa, a veces relacionada.

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De la naturaleza: los volcanes,  las riadas , las inundaciones, los terremotos , el deshielo , las temperaturas desequilibradas, las sequías,…

Del hombre : el acopio de recursos hasta quedarnos sin recursos , el cambio climático y la contaminación desaforada del mar y la tierra que provocamos, las políticas de confrontación, la desigualdad…

Lo curioso es que pensamos que no pasará de aquí. Que queda lejos. O peor, lo vemos pero nos sentimos impotentes.

Pero ya oímos la palabra “escasez” en los informativos : energética , de materias primas, de chips,… Hay fábricas que deben parar la producción. Nos dicen que compremos ya los juguetes de navidad. En UK, hasta el pavo .

Y, llega ese día que todo se conecta.

Ya está: el planeta no da para más.

Nosotros, tampoco.

Todas esas cosas dispersas que ocurrían y se deslizaban por aquí y por allá, se unirán y la triste realidad se parecerá a una de esas series de ficción…

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Dejo enlace a un interesante artículo de Antonio Turiel y Juan Bordera en ctxt “El otoño de la civilización (y la ruptura de la cadena de suministros)”

#Encasa ( lo del pesimismo.)

Esta semana, por primera vez, he tenido sensaciones negativas. Es curioso que, tras ocho semanas de confinamiento,  estables emocionalmente y ante los buenos datos sanitarios que estamos teniendo en los últimos días , en vez de estar pensando que esto de la desescalada va en serio y vamos bien, me rodea una atmósfera extraña.

No es una cuestión de pánico. Mis miedos son moderados y no me han desestabilizado . Creo que , como todos, me estoy acostumbrando a salir a la calle con la mascarilla, a las medidas de seguridad y a todo ese nuevo estilo de vida que tenemos que adoptar obligatoriamente.

Lo de la “irrealidad” fue al principio. Y lo de la hiperactividad . Ya me he aposentado en esta realidad de ahora, pero con un cierto desasosiego. Y es que , para afrontar esto , necesito respuestas que , de momento, no existen.

No me quiero ni imaginar como se sentirán los que las están buscando, aunque con la presión por la magnitud de las preguntas y el tic tac del reloj, supongo que no tienen ni tiempo para dejar que les aceche un sentimiento frustrante.

Yo tampoco voy a dejar que me ronde. Por eso escribo este post: para que mi pesimismo extraño, se entere que ya lo he detectado .

Debe abandonar , de inmediato,  esta fase de acercamiento.

No lo quiero.

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