No hagáis caso.

Hace un tiempo que soy asidua de las salas de espera de un hospital oncológico. Acompaño a un familiar y espero… Observo y oigo a todos los que suelen estar en esa sala, a la misma hora, esperando su tratamiento.

Tanto los que esperan como los acompañantes, aún estando unidos por la enfermedad, somos completamente diferentes: el carácter, la actitud, la forma de interactuar, la edad, … Hay yoístas, pesimistas, sentenciadores, tristes, quejosos… Hay positivos, alegres, dinamizadores, animosos… También los aislados, que no se relacionan más que con el saludo al entrar y salir…

Como os imaginaréis, es mejor encontrarse con los que positivizan la situación, pero, ahí estamos todos y hay que ser empático y entender que es bueno escuchar a los que lo están pasando peor, pero… ¡Ay!  Es posible que te encuentres expertos en las “predicciones-en-base-a-la experiencia-propia”: Esto se te pondrá peor, no podrás ni comer, el cansancio te vencerá, etc., etc.… No hay mala fe. A ellos les ha pasado y lo quieren compartir. Incluso, creen que te ayudan…

El otro día, una chica muy joven, estaba exultante porque era su último día de tratamiento. Una compañera de tratamiento, mucho mayor (y que es habitual que siempre esté hablando de lo suyo) le comentó que “a su edad, había más posibilidades de volver a tener la enfermedad, porque era muy joven”. Dijo esta frase y la llamaron para entrar. Así que me quedé con la chica, casi a solas. Su alegría había disminuido proporcionalmente a la reflexión de aquella otra paciente. Me acerqué y la felicité. ¡Fin de la radioterapia! ¡Bravo!

También le expliqué que el primer día del tratamiento, tuvimos una reunión con el equipo médico. Además de los aspectos médicos, nos dieron un consejo que parecía trivial, pero ha sido de gran ayuda en el proceso.

 “No hagáis ningún caso a lo que oigáis en la sala de espera “.

Cada persona es un caso. Un paciente único.

Y si se hace caso a lo que se oye, que sea con discriminación positiva. En este caso, en sentido literal.

Al salir de su última sesión, la chica me dedicó una gran sonrisa.

 

NB : Aplicable a casi todas las salas de espera…

Rodeada de “especialistas”.

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Es algo con lo que tengo especial cuidado. Yo soy “especialista” pero sólo en Psicología y Logopedia. En esas áreas, en las que tengo una formación “especializada”, tampoco me significo porque soy consciente que hay asuntos que requieren de una especialización de la especialización…

En estos últimos días, por un tema de salud familiar, he sabido que vivo rodeada de “especialistas”. Debería sentirme afortunada ante tanto conocimiento a mi alrededor, pero…

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Estos especialistas, son seres humanos que creen que sus vivencias y/o experiencias ( aunque no tengan nada que ver con el tema en cuestión) son las de la verdad absoluta. La del remedio milagroso. Las correctas.

  • Yo hubiese hecho esto” (actuar en un “pasado” que no puede ser intervenido ni corregido, es de gran ayuda. ¡Gracias!)
  • A mí me dieron este medicamento” (pero es otra cosa, se parece pero no),
  • Uy, yo tuve un dolor similar y lo mejor es…” (pues si lo tuviste, que poca empatía tienes con el doliente. ¿No dices qué sabes de la intensidad de ese dolor?¿Por qué explicas el tuyo– el único- con pelos y señales?)
  • “Estos médicos no se enteran de nada”. Ellos sí, claro. Por supuesto.

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La actitud es muy relevante a la hora de catalogar a estos especialistas. Hay a los que les mueve el interés genuino por ayudar. Estos son los únicos admisibles. El resto, adolecen de un profundo yoísmo y de una percepción alterada de la realidad que les hace creerse que saben de algo de lo que no tienen ni idea.

Yo, especialista en psicología, les recomendaría una terapia de choque. Hacérselo mirar, de verdad. O, por una cuestión de karma, que les llegue la experiencia concreta para que puedan opinar con conocimiento de causa…

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La desconexión.

Si alguna vez habéis vivido la experiencia de «Urgencias» en el Hospital ( espero que no y espero que os libreís) desde el lado más amable de la barrera que es el de» familiar- que -espera» y no del lado del que está jodido (que ese está en otra batalla) supongo que habreís sufrido lo que he bautizado como «la desconexión».

Consiste en el momento en que tu ser querido ( querídismo) desaparece tras una puerta en la que pone bien claro «Acceso Restringido. Sólo Personal Autorizado» y tú te quedas absolutamente aíslado de lo que ocurre tras aquellos cristales difuminados. No hablo de una intervención quirúrgica en la que hay un tiempo aproximado establecido, si no de esas actuaciones médicas que son una prueba tras otra y dependiendo de los resultados, más cosas , más pruebas o la mencionada intervención. Hay espacios de horas en las que no sabes nada,no tienes información y , tampoco, nadie que pueda ayudarte.

Tú no estás en tu mejor momento. Es posible que los nervios y la ansiedad te hagan vulnerable y diferente a como eres todos los días. Es posible que estés muy irritable pero sólo porque estás muy asustado. El alma tiembla y todo se viene abajo. Preguntas a esos paseantes que llevan bata blanca y un distintivo identificativo pero no consigues más que : ya lo llamarán , ya lo avisarán o un «no puede estar aquí». Hay mucha gente con problemas y los médicos, enfermeras y celadores van de culo. Eso, lo ves pero tu cerebro se niega a tener en cuenta esa información y te azuza para que busques respuestas.

Las enfermeras contestan al «preguntante» 1527 del día , de mala gana, frías y distanciadas de ese amasijo de nervios que » es el familiar que espera» y tú eres consciente que eres el 1527 y que esa chica , ya tiene el culo pelado de mirar indiferente y seguir con su trabajo ( que, de verdad, es mucho y mucho). !Tanto que hemos avanzado en medicina para tan poco que lo hemos hecho en la comunicación «sanitaria»!

Hay una profesión ( que no sé si existe pero sí sé que es necesaria) que podría crear puestos de trabajo y actuar de bálsamo en la compleja situación que vive «el familiar que espera». Una batería de personas, con la información básica de lo que le pasa al que esperas: «Le han hecho la prueba tal y lo suben a la planta tal», «Le han hecho tal y cual y no podrán verla hasta dentro de dos horas», … Sería el «Informador médico». El suficiente número de personas,asignadas a las familias, visibles en las zonas de espera y a las que se pueda acceder sin dificultades. Es más, su trabajo es proporcionar un ambiente lo más tranquilizador y «enriquecido» de información para hacer más fácil el trance.

Los médicos y enfermeras que lean esto se estarán muriendo de risa. Tras haber estado unas 12 horas en Urgencias y haber indagado lo que cobraban y las horas ( y guardias) que implicaba ese salario, sé que no se puede pedir más de lo que ya hacen. Y hablo, claro, generalizando y excluyendo según que prácticas privadas que pueden ser más lucrativas. Pero la realidad es que un MIR de primer año cobra una media de 14 € / hora de guardia. (estudio de salarios aquí). 14€???? Y yo, con la gran idea de introducir «informadores»…. Es necesario que arreglemos estas cuestiones : el personal sanitario en este país debe ser remunerado , como mínimo, al nivel europeo y, para ser justos, con bandas salariales acordes al trabajo que desempeñan. Muy motivado has de estar para estudiar 6 años de una carrera universitaria para cobrar 14 euritos la hora, la verdad.

También me da por pensar en la cantidad de dinero que se gastarán los partidos políticos en propaganda electoral ( vacía y chorras), en mítines multitudinarios,… O lo que se dejan y han dejado los gobiernos ( en este caso el de Catalunya) en  chorradas tipo las «embajadas» de Carod, …todo ese dinero …que es mío. Y yo, necesito informadores en los Hospitales ( hay que ser más empático con el que espera) y que los profesionales ( y ya me lanzo y digo que no sólo del sector sanitario , también en la enseñanza) estén mejor pagados. Ellos son los que educarán a nuestros niños del futuro, los que los sanarán, a ellos y a sus mayores … y  , si hubiese Comunicación, los que esperan , por fin, lo podrían hacer más confortados.

No hay que olvidar que , por desgracia y por la vida, te esperarán y esperaras …

N.B : Por cierto, tras la espera y la desconexión, todo ha salido bien.