#NuevaRealidad ( buscando ideas.)

Escribir es una terapia para mí y, ahora mismo, necesito terapia.

Estoy buscando ideas, algo que me haga conectar y que me permita documentarme y absorber para después, con esa idea peregrina estructurada,  escribir sobre ese algo. Todo ese conjunto de acciones es evasión.

De momento, no hay un “clic” definitivo.

Primera idea (de momento): Me he acercado a la historia de la pintora Aurelia Navarro (Granada, 1882). La primera mujer que pintó un desnudo femenino. Con esta obra consiguió la Tercera Medalla de la Exposición Nacional de 1908 , en una época en que la mujer no gozaba de visibilidad…ni libertad. Tuvo que abandonar su carrera pictórica por la presión familiar y social y acabó ingresando en un convento de la orden de Las Adoratrices a los cuarenta años. Pintó el retrato de la fundadora de la Congregación, que fue presentado en El Vaticano,  pero poco más. Su talento pictórico quedó anulado. Murió en Córdoba en 1968.

Aurelia Navarro me atrae por esa faceta creativa y libre ( estudió Bellas Artes en Madrid hasta que , su éxito provoca que su padre la vaya a buscar y se la lleve de vuelta a Granada) y, a la vez, por esa resignación ante la decisión familiar de la reclusión en un convento.

Aurelia me ha llevado a plantearme una posible historia que transcurre en el convento,  con una serie de cuadros pintados en secreto que se descubren ahora, ya en el siglo XXI … Ahí estoy dándole vueltas…

Cantando…

Su armónica voz atraviesa la calle y entra por mi ventana. Después, se desliza en mi cerebro, suavemente, haciéndome abandonar el mundo de los sueños. Unooo, Doosss, Treess, Cuatrooo, Cincooo.

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 En el seisss ya suelo estar despierta. En el doooceee me estoy tomando mi café matinal, reposadamente, esperando el treeecee y la espectacular cadencia del quiiiinnnce

Tras el veintiuuuno, ya estoy duchada y vistiéndome para salir de mi pisito. Recuerdo la sensación de bienestar que me invadió cuando el agente inmobiliario me enseñó aquel coqueto piso de alquiler. Era un tesoro. Luminoso, pequeño, precioso. Precisamente lo reducido de su tamaño era uno de los inconvenientes para su renta rápida, pero a mí me iba bien y la terracita interior tipo Soho, acabó por convencerme.

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El mismo día de la mudanza y ya firmado un alquiler para diez años, el amable agente inmobiliario me advirtió de la presencia de una vecina un tanto especial. “Te va a cantar las cuarenta “, me dijo con una sonrisa extraña. Pasé todo el día un tanto nerviosa. ¿Habría una inquilina agresiva? ¿Ese era el motivo de que aquel pisito mono y a buen precio estuviera libre?

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 Treintaytrrrreeeessss. Oigo el treinta y tres, es mi número preferido sin duda alguna…La respuesta al enigma llegó por la mañana. A las ocho en punto, la hora en la que tengo programada mi alarma en el iPad, una voz dulce y armoniosa me despertó. Por el tipo de edificio y cuestiones de resonancia, el canto parecía estar en el interior de mi piso. Uno, dos, tres y así hasta el número cuarenta. Mi vecina cantaba los cuarenta números con un magnífico tono de soprano.

Ya me he acostumbrado y, confieso, que me gusta…

Cuarentaaaaaaa.

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NB 1 : Expresión coloquial

Cantar las cuarenta:  se utiliza cuando alguien amenaza con reñir o abroncar a otra persona por algo que ha hecho, y normalmente con tanta razón que el regañado no tendrá excusa para defenderse ante las acusaciones recibidas.Su origen data de un juego tradicional de cartas español: el tute. En el juego,  el jugador que logra el caballo y el rey del palo (oro, copa, espada y basto) debe cantar en alto los 40 puntos obtenidos. Durante el juego , la expresión “te voy a cantar las cuarenta” , se usa también para amenazar a los otros jugadores con la posibilidad de lograr la máxima jugada.

NB 2 : Las fotos son de un estudio en Brooklyn …