Me hicieron una pregunta : ¿Qué habilidad querrías tener al despertar mañana? O sea, te despiertas y sabes hacer algo que la noche anterior no sabías… La pregunta parte de una situación en contexto de “normalidad”.
Lo remarco porque hay situaciones excepcionales de la vida que nos dan la respuesta correcta. Hace poco vi un vídeo en el que preguntaban a personas que estaban separadas por un biombo. ¿Qué te gustaría hacer mañana? A un lado del biombo había personas enfermas. En el otro, no. En un lado, las respuestas eran tipo: Sentir la brisa en la cara y en el otro: Viajar a Nueva York, así pues lo que yo os planteo, es trivial.
En este marco de trivialidad, la primera respuesta que me vino a la cabeza fue “Disfrutar haciendo ejercicio”. Por mucho tiempo y entrenamiento que lleve en mi elíptica (ya somos viejas conocidas), me da una pereza inmensa y sigo deseando que el relojito marque el fin de mi sesión. Los últimos diez minutos se elongan en el tiempo…Estoy casi segura de que son más largos…Me gustaría ser de esas personas que dice: ¡Qué ganas tengo de ir al gimnasio! ¡Qué bien ir a correr por la playa! Y no sólo lo dicen: disfrutan del “momento-ejercicio” e incluso lo necesitan.
Aunque después de pensarlo mejor, decidí cambiar mi respuesta.
Me gustaría despertarme mañana y ser completamente bilingüe español-inglés, pero…la respuesta de un amigo me hizo volver a cambiar de habilidad.
“Volar”, me dijo…
NB1 : Este post lo escribí hace unos años. Hubo respuestas con una lista de “habilidades” deseadas:
Ser invisible
Ser un escritor famoso
Poder teletransportarse
Dominar cuatro o cinco idiomas
Modificar /Cambiar el tiempo
Ser capaz de que no te afecten las gilipolleces
Tocar el piano, el chelo y el saxo.
Bailar de todo y de lujo
Hoy, años después, y pensando solo en trivialidades, me decido por el teletransporte… ; – )
NB 2 : La foto de la chica volando : by Edu Lauton on Unsplash