Una onironauta en potencia ( que no lo es).

No news. Nada nuevo en el horizonte de mis sueños. Un par de veces, he registrado el mismo lugar isleño y encantador en el que me muevo pero los recuerdos fugaces de mis sueños,  no han sido nada relevantes.

No he vuelto a ser consciente de estar soñando en mi sueño…

Photo by John Westrock on Unsplash

Ya he acabado el libro y confirmo que tengo un regusto a pseudo-ciencia y detecto un excesivo optimismo en la capacidad del ser humano de controlar el mundo onírico. Nuestra neuronas son astutas, mucho más que nosotros, así que difícilmente dejaran que controlemos sus sistemas de borrado y orden…

Photo by Renee on Unsplash

Cierro mi apartado onironaútico de este blog hasta nuevo evento nocturno de despiste neuronal.

Photo by Javardh on Unsplash

NB 1 : Eso sí, mis registros de sueños me han dado una idea para un relato. ; – )

NB 2 :Una onironauta en potencia : (I); (II) (III); (IV);

 

 

Una onironauta en potencia (III)

Previamente :

Una Onironauta en potencia (I) y (Parte II)

 

 

Ya estoy en la mitad del libro sobre los Sueños Lúcidos. Los autores son muy optimistas y consideran que habrá un momento en el que experimentarás uno de esos sueños y, por lo tanto, lo que hacen es darte consejos para que te “muevas” en ese mundo onírico.

Hay un apartado que es “Transporte” y aquí, he de deciros, que me he desmotivado un poco…

Empecé a interesarme por este tema después de experimentar un sueño en el que tuve consciencia de que era un sueño. Eso fue muy llamativo porque eliminó el miedo, la angustia y cualquier otra sensación negativa (creo que en el sueño estaba escapando de algo) y cuando pasé al estado (supuestamente) lúcido, lo que sentí fue como una gran euforia, un “ahí os quedáis”, un “hago lo que me da la gana porque este es mi sueño” y, claro, como estaba en uno de esos estados en los que te quieres mover y no puedes, lo de volar pareció una forma acertada de largarme. Sólo pude alzarme unos centímetros (5?) antes de despertar pero la sensación fue brutal.

Photo by Mohamed Nohassi on Unsplash

En el libro te dicen que volar en los sueños requiere de una serie de trucos y de entrenamiento. Tanto para despegar como para aterrizar. También para hacer giros y esquivar objetos… Mi cerebro quisquilloso me dice: si estoy en un estado onírico en el que no hay leyes físicas y las normas las creo yo, ¿por qué voy a intentar volar como si lo hiciera en el mundo real? Dan ejemplos: como Superman, con saltos, con algún artefacto… ¿?

Y, otra cosa, se menciona que cuando ya estés acostumbrado puedes decidir un destino. Por ejemplo: las Pirámides de Egipto… Pero yo no he estado allí jamás. Tengo una imagen mental pero no es real así que… ¿Qué Pirámides veré? ¿Las oníricas???

Photo by Simon Matzinger on Unsplash

De momento, lo más positivo es el haber creado el Diario de Sueños. No puedo recordarlos todos los días, pero cuando tengo esa pequeña huella y los escribo brevemente, me asombro de la capacidad del cerebro para jugar con los estímulos. Y de lo surrealista (y cabroncete) que es…

De momento, no pasa nada más. Sé que sueño, que no he vuelto a sentir que estaba en un sueño de forma lúcida, y que lo de volar… ni en sueños…

(To be continued)

 

 

Una onironauta en potencia (II)

Photo by Sylvie Tittel on Unsplash

Viene de aquí.

Voy descubriendo, en mis pesquisas sobre el sueño lúcido que, realmente, de los sueños ( y del sueño) no se sabe casi nada.  Si elimino de mi marco de trabajo a los místicos y tarotistas, lo que me queda es un campo vasto de desconocimiento en el que tanto puede ser que esto del sueño lúcido sea un deseo como que no, que sea un comportamiento neuronal específico con una argumentación científica que aún no tenemos disponible en esta época.

El libro que estoy leyendo es muy ameno y … optimista. Básicamente, te explican una serie de pautas para inducir los sueños lúcidos. No aseguran éxito seguro, pero sí que insisten en que es una habilidad disponible en todas las personas que duermen. Otra cosa es que esté oculta, no entrenada y …que sea más difícil de lo que parece, engañar a nuestro cerebro. También aportan experiencias de onironautas en los que parece que puedes “controlar” cosas (escenarios, personas, situaciones) … Yo, ahí, ya me temo que mi nivel de escepticismo es muy alto.

Estos días estoy siguiendo la guía que marca el libro. Aún estoy por la mitad, pero he iniciado los primeros pasos a medida que avanzo la lectura.

  • Confirmación de la realidad. Consiste en crear una señal que me indique que estoy en la realidad y no en un sueño. Esto sirve para en el caso de que esté aproximándome a un sueño lúcido, y tenga dudas de ello, debo hacer el “tip” elegido. He avisado a mi entorno cercano de esto que hago para que nadie dude de mi cordura: cuento los cinco dedos de la mano izquierda. La hipótesis es que, en el sueño, veré mi mano rara, o tendré más dedos, o ninguno, o vete tú a saber, pero no me los podré contar normalmente. Teóricamente, sabré que estoy en el sueño. Así que si veis a alguien haciendo esto en el supermercado, igual soy yo…; – )
  • Antes de dormir, pienso que voy a tener un sueño lúcido y voy a ser consciente de ello. Esta es fácil.
  • Diario de sueños. Aquí ya se complica la cosa. Básicamente, consiste en anotar tus sueños, nada más te has despertado. Es imprescindible que sea muy rápido porque, por lo que sea, se olvidan rápidamente. Llevo cuatro días haciéndolo. Os confieso que lo primero que pensé es que no escribiría nada porque, lo más frecuente, es que no me acuerde de lo que sueño, pero lo que me pasaba es que me olvidaba rápidamente (yo creo que es a los pocos segundos, de verdad).

Photo by Kelly Sikkema on Unsplash

Me cuesta mucho escribir esas cinco o seis líneas, pero, una vez hecho, me permite recordar “un poco” la estructura del sueño. En el libro te aconsejan dormir 6 horas, despertarte, estar 20 minutos en vigilia y volver a dormir. De esta forma, te metes en la fase de REM de pleno. Para mí, esto es totalmente imposible. Hoy, me he despertado espontáneamente a las seis horas de haber iniciado el sueño. Y me acordaba del sueño que ahora no recuerdo (nada de nada) pero mi cerebro me ha dicho: ¡Te queda un rato! Y me he dado media vuelta … Nada de escribir. Nada de levantarse 20 minutos…Pero al releer los recuerdos surrealistas de mis sueños, veo que es alucinante lo que ha estado haciendo mi cerebro nocturno estos días…

Mi curiosidad aún no se ha agotado así que seguiré los pasos siguientes .

Seguiré informando.

NB: 1,2,3,4 y 5!