
Aquello parecía la jungla. Follaje denso, sombra y humedad .De repente ( y digo “de repente” porque cinco días son poco tiempo), los tomates cherry, decidieron amotinarse… Cuando vieron que les ponía las cañas para “entutorarlos” ( ya la palabrita es fea), convocaron su 15 M tomatero y , no me preguntes cómo, casi duplicaron su tamaño, llegando a la cima de las cañas.

Esta acción descontrolada ,tuvo nefastas consecuencias. En primer lugar, las pobres lechugas vecinas se quedaron sin la luz del sol y no se ha podido evitar tener que sacrificarlas .

Ya sólo queda un reducto de lechugitas que me he propuesto salvar. Son un grupo de resistencia lechuguera y se hacen llamar “Comando Pepita”, en honor a la primera lechuga que nos dejó hace unos días.

Por una de esas casualidades de la vida, este fin de semana he conocido a un payés ( de verdad). Jaume, se llama y , además de encantador, ha sido muy generoso al regalarme su tiempo y sus consejos ( ejemplo : plantar guisante australiano, en lluna vella). Le enseñé las fotos de mi huerto en el iPad ( por cierto, alucinó con el artilugio y me consta que el lunes, se quiere hacer con uno ; – ) ), le expliqué “La Revolución del Tomate” y me dijo exactamente lo que tenía que hacer. Advierto : es doloroso.
He de confesar que lo ocurrido es el resultado de que una novata, sin idea de horticultora, se compra una mesa de cultivo y planta. Esa soy yo. Cuando planté los tomates cherry , consideré que aquella plantita tan diminuta no iba a ser suficiente y en donde debía reposar –tranquilamente-una única plantita, yo puse tres ( o cuatro) más. En palabras de Jaume, es como si pongo un plato en una mesa, con ración para una persona y se sientan cuatro a comer… Vale. Entendido. Me dijo que era muy importante que actuara y que lo debía hacer ¡ya!. Si no, no habrá tomate que valga…
Y, cabizbaja y triste, me he puesto el equipo de jardinera-horticultura, he cogido las tijeras de la cocina y he hecho lo que tenía que hacer.

Con todo, es posible que no consiga que estas plantas me den tomates pero, por lo menos, a fuerza de motín y acciones correctivas, he aprendido lo que NO debo hacer la próxima vez.
Lo tendré en cuenta, cuando plante los guisantes australianos…
Desde aquí, mi más sinceras disculpas a los tomates cherry , por todos los que han caído. Acepto mi culpa aunque… Lo de las lechugas… Eso, me ha tocado la fibra, la verdad .
NB : …Aunque admito que estaban muy ricas… Sabían a lechuga! : – )
Evolución de mi huerto, en http://mihuerto.tumblr.com
Compartir, imprimir y bla, bla, bla...
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...