Sonriamos…
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Humor, siempre.
El #8deMarzo visto por ilustradores geniales.
Una cuestión de nivel.
Niveles muy bajos. Bajísimos.
Es una desgracia para los ciudadanos de… ¿el mundo?
Según la RAE , en su tercera acepción de este sustantivo, nivel es “Grado de desarrollo o de progreso de una persona o de una cosa en relación con otras.” De los políticos, personas a las que cedemos nuestro voto para que gestionen nuestra vida en comunidad, ahora mismo sólo podemos decir que el nivel es muy bajo… Su “grado de desarrollo” es preocupante… Es más ¿Se han desarrollado?????
Tengo la sensación que soy una espectadora de una obra de teatro de humor negro: agresividad, insultos, discursos vacíos de propuestas (muy grave), gestos teatrales ridículos e inservibles, desinformación, opinadores (que no periodistas) dispuestos a confundirnos más, sistemas obsoletos, demasiado interés por el poder y poco interés por los ciudadanos y una extraña y preocupante animadversión a hablar. A dialogar. A escuchar, aunque lo que pensamos sea diametralmente contrario… ¿Qué sería de la humanidad sin esa habilidad? Es posible que aún viviéramos en la prehistoria, encerrados en nuestros territorios y enfrentados al resto de tribus…
Los domingos, compro prensa escrita de diferentes y opuestas corrientes ideológicas. Me dedico a comparar la información con la pretensión de entender qué pasa… Es una misión utópica. Imposible.
El nivel político es tan, tan bajo que da miedo…Y va por todos. Señores políticos: hay que prepararse, formarse, leer, reflexionar y bajar en la parada del mundo real para darse una vuelta por aquí…
NB1: Grande el Maestro Forges. Se le echa de menos…
NB2 : Este es un «quejío» en toda regla. Concepto acuñado por un buen amigo , autor de esta ilustración.
La Teoría del 7% y «Del ponerse de acuerdo».
Cada vez que salgo de la reunión de vecinos de “La Comunidad”, me acuerdo de la Teoría del 7%. En este caso, ha sido una experiencia en el edificio de mi madre, a la que represento en estos lances.
Los puntos de “atasco” en el Acta del Día fueron : 1) La planta de la entrada y 2) El color del vestíbulo ( tema estrella cada dos años que es cuando lo repasan).
El problema de la planta, no es más que dejarla crecer en su exuberancia ( el jardinero dice que no hay problema) o cambiarla por algo menos grande. La verdad es que no molesta, no produce ningún efecto secundario en la vida de nadie y es muy bonita pero… hay quien la ve enorme, gigante y que, no y no , oye. Mi madre vota por dejarla como está y va fuerte. Inamovible. Se encadena a la planta si es necesario… En cambio, la pintura del vestíbulo le da igual (Gracias a Dios, dicho sea de paso).
No recuerdo dónde leí esta teoría que voy a resumir de forma simplista pero se me quedó el dato . Ante una propuesta, en todos “los grupos” hay siempre un 7% de sus integrantes que se manifiesta en contra, en desacuerdo o con una opinión diferente al resto. De serie. De este porcentaje, hay unos que consensuarán su opinión , acercando posiciones, para no romper el esquema de funcionamiento del grupo y otros, que seguirán oponiéndose, sin aceptar los términos del consenso…En la Comunidad de Vecinos de mi madre, pude identificar –claramente- a este 7%.
Si consideramos un “grupo” a un conjunto de seres humanos que igualan o superan las tres unidades, la cita de 4 personas amigas y la típica situación ¿Dónde queréis ir a cenar? puede evocar , perfectamente, esta situación de la disconformidad y el consenso. El 7% , en este caso se convierte en un 25% pero ya se entiende : Uno propone un Restaurante. El otro, le dice que “me da igual , dónde quieras” pero… propone otro, diferente. Siempre en ese tono de “hacemos lo que queráis la mayoría” pero las propuestas son diferentes y hay que elegir. A veces, se entra en un bucle eterno del “dónde quieras” porque cuando el grupo casi ha consensuado, aparece alguna apostilla tipo : “ vale, pero os recuerdo que la última vez, tardaron mucho “que acaba con una salida de urgencia a cualquier sitio en el que tengan mesa, porque decidiendo dónde, se nos ha hecho tarde.
En grupos mayores y sin el factor de conexión afectiva que da la amistad, esto se complica. Nuestras “realidades objetivas” provienen de nuestros “pensamientos subjetivos” por lo que , las diferencias están servidas… Creemos que somos “objetivos” en nuestros razonamientos pero todas nuestras creencias y opiniones están tamizadas por un filtro interior, único e individual que nos otorga esa subjetividad. Nuestro entorno social, herencia familiar, experiencias vividas, lugar en el que vivimos, etc., etc., todas esas innumerables variables, hacen que nuestra realidad “objetiva” sea diferente a la de los otros. Todo es tan sutil que puede provocar que el vestíbulo de la entrada no se pinte de color blanco-crema o que no se apruebe el plan del rescate ( del rescate) de Grecia…
Para evitar “paralizar” los grupos, nos hemos inventado eso de las mayorías y con eso, vamos tirando pero nos falta un ejercicio de aprendizaje hacia la obtención del consenso . Acercamiento de posturas, reinterpretación de las situaciones,… O somos el 7% o somos de los que deben convencer al 7% .
Lo que me ha quedado claro ( ir a esas reuniones de vecinos me ha permitido la Observación in situ) es que, en general, hay una cierta incapacidad de , establecidas las diferencias, saber gestionarlas por el bien común. O por el sentido, también común.
Estaría bien que se impartiera una asignatura ( para todas las edades) “ Del ponerse de acuerdo”. Siempre seguiría existiendo el 7% , que se opone, que obliga a reflexionar y replantear . Eso está bien. Moverlo , arriba y abajo. Deconstruir para construir pero, en el tramo final, todos estaríamos en un camino común. Con acuerdos. Con puntos intermedios donde asirse.
Hoy estoy filosófica pero… es que me pongo reflexiva cuando entro en la casa de mi madre y veo esa magnífica planta, dándonos la Bienvenida. De momento, el 7% no ha podido con nosotras… ; – )