Experiencia musico-mística.

Estoy reencontrándome con la música, gracias a unos cascos que me regalaron y que no había probado con profundidad por aquello del “aislamiento”.  Este último fin de semana, he practicado el encierro musical…

Una de las canciones que han aparecido entre esas miles que ya acumula mi iTunes, ha sido “Entre dos aguas” de Paco de Lucía. Me pilló, sentada en una butaca confortable, al aire libre, con el sol dándome en la cara, el cielo azul y la sensación de que el mundo, en ese instante, era yo y esa canción.

Mi padre nos dejó hace ya cinco años. Esta era su canción…

Hablo con él casi cada día, en esta extraña y preciosa comunicación que se establece entre los que estamos y los que ya no están… Y digo extraña porque aunque creas que es un monólogo, al final, hay respuestas. Cada uno las recibe de un modo diferente y las procesa, también de forma distinta pero, hay comunicación bidireccional entre almas.

Cuando empezaron los acordes de la guitarra del maestro Paco de Lucía, me sentí transportada a un lugar muy bonito, en el que no hay nada físico pero sí una gran superficie emocional. Con aquellos cascos, la música se adentró en mi espíritu y conectó con el de mi padre.

No sé si fue místico pero sí que fue espectacular. Unos minutos de paz, de regocijo, de placer, de amor…

Mi monólogo interior obtuvo su respuesta…

CD’s y esa canción.

Parte I

La música es un factor imprescindible para que yo conduzca en estado de confort…Bien la radio, las tertulias, las noticias, pero yo necesito música… En mi coche había instalado un iPod que funcionaba a la perfección hasta hace unos días en los que decidió no mostrarme los títulos, ni los autores…Tengo más de 1500 canciones de nombre: Pista 01, 02,03…y así…

También hace unos días que me cogieron ganas (ansia) de escuchar una de las canciones favoritas de mi padre. Cuando un ser querido nos deja te dicen que siempre estará contigo pero… hay momentos en los que necesito “conectarme” , sentir la presencia, buscar ese “estar contigo”… Hay una canción que hace mucho tiempo que no escucho y es “la canción”. La que me conecta, la que necesito pero… búscala entre la Pista 01,02,03… Y lo que pasa siempre : no la puedo escuchar y, por supuesto, la quiero escuchar más que nunca…

Ansia.

Bien, el coche tiene CD. Ya está! Me hago una lista de reproducción y la grabo en un CD…

¿Un qué? …

cd2

Busco CD’s por casa. Ni uno virgen. Antes siempre había una cajita , ahora nada de nada. En el trabajo, tampoco… ¿CD? Sólo un par de DVD’s… Al final, rebuscando en el almacén de material oficina en la zona dónde está todo lo obsoleto, encuentro 1 CD!!!

700 Mb de capacidad. ¿Qué poco, no?…Me llevo el único CD que he encontrado en mi entorno para grabar la canción ansiada y ponerla en mi coche… Cuando lo estoy haciendo me doy cuenta que ya hay seres humanos vivos que nunca, jamás, han utilizado un CD. Ni saben lo que es…Este, tal vez , sea el último de su especie en mi hábitat.

 

Parte II

Cuando lo pongo en el coche, no puedo evitar sentir cariño por el CD…Está en peligro de extinción, pobre…

Me pongo en marcha.

La música me traslada a otros tiempos, a otro lugar. Me encanta esa canción. Está grabada en mi memoria. Todos sus acordes…Los anticipo, los espero. Me llegan…

Subo el volumen y Entre Dos Aguas de Paco de Lucía, me llena la cabeza …y el corazón…