Parte I
La música es un factor imprescindible para que yo conduzca en estado de confort…Bien la radio, las tertulias, las noticias, pero yo necesito música… En mi coche había instalado un iPod que funcionaba a la perfección hasta hace unos días en los que decidió no mostrarme los títulos, ni los autores…Tengo más de 1500 canciones de nombre: Pista 01, 02,03…y así…
También hace unos días que me cogieron ganas (ansia) de escuchar una de las canciones favoritas de mi padre. Cuando un ser querido nos deja te dicen que siempre estará contigo pero… hay momentos en los que necesito “conectarme” , sentir la presencia, buscar ese “estar contigo”… Hay una canción que hace mucho tiempo que no escucho y es “la canción”. La que me conecta, la que necesito pero… búscala entre la Pista 01,02,03… Y lo que pasa siempre : no la puedo escuchar y, por supuesto, la quiero escuchar más que nunca…
Ansia.
Bien, el coche tiene CD. Ya está! Me hago una lista de reproducción y la grabo en un CD…
¿Un qué? …
Busco CD’s por casa. Ni uno virgen. Antes siempre había una cajita , ahora nada de nada. En el trabajo, tampoco… ¿CD? Sólo un par de DVD’s… Al final, rebuscando en el almacén de material oficina en la zona dónde está todo lo obsoleto, encuentro 1 CD!!!
700 Mb de capacidad. ¿Qué poco, no?…Me llevo el único CD que he encontrado en mi entorno para grabar la canción ansiada y ponerla en mi coche… Cuando lo estoy haciendo me doy cuenta que ya hay seres humanos vivos que nunca, jamás, han utilizado un CD. Ni saben lo que es…Este, tal vez , sea el último de su especie en mi hábitat.
Parte II
Cuando lo pongo en el coche, no puedo evitar sentir cariño por el CD…Está en peligro de extinción, pobre…
Me pongo en marcha.
La música me traslada a otros tiempos, a otro lugar. Me encanta esa canción. Está grabada en mi memoria. Todos sus acordes…Los anticipo, los espero. Me llegan…
Subo el volumen y Entre Dos Aguas de Paco de Lucía, me llena la cabeza …y el corazón…